Sonó la campana, el receso ha terminado y los alumnos están por regresar a sus aulas de clase. Un día normal en la preparatoria Ben Franklin, el sol quemaba, y el viento refrescaba el lugar para hacerlo algo más ameno. Estamos hablando de la época de otoño, o como muchos lo llaman, el pre-invierno. Estábamos en la semana de noche de brujas, el consejo estudiantil estaba organizando la fiesta para celebrar el día en el que todos iríamos disfrazados para ganar el concurso más emocionante a nivel escuela. El mejor disfraz podrá elegir lo que quiera, y se le dará por el resto del ciclo escolar. Imagínense lo ruda que debe estar la competencia. Sé que nunca ganaré, y por eso solo utilizo el día para divertirme con mis amigos y para elegir una temática de disfraz junto a mi novia, Lisa. El año pasado fuimos Jack y Sally, y vaya que me sentó muy bien ese disfraz, mi escuálida figura encajaba perfectamente.
Hablaba de la campana, sí, regreso a mi aula donde era hora de llevar la clase de matemáticas. Esta semana veríamos cálculo integral, nada del otro mundo. Lo siento, soy un cerebrito que ama las matemáticas, bueno, mi novia fue quien me pegó ese gusto, así como yo le pegué el vicio por la hierba. Solemos hacerlo de vez en cuando, atrás del gimnasio, nadie va para allá, porque. en realidad, no hay nada que ver ahí. En fin, el profesor comenzó a dar su tema.
-Muy bien, jóvenes, es hora de aprender a calcular el área entre curvas, el tema se llama factores lineales. Por favor, prestar mucha atención.
- ¡Buuuu¡ eso no servirá de nada, yo seré una estrella de futbol, y solo necesitare de mis grandes y rígidos músculos. Debería estar entrenando ahora-blasfemó Fred, el más nefasto de la clase.
-De acuerdo, Fred-dijo el señor Mason-, puedes irte esta vez, pero tendrás que reponer todo lo que veremos en clase. Te enviaré por correo todo lo que tendrás que hacer. Tienes todo el fin de semana. Que le vaya bien, señor.
- ¡Jaja¡, nos vemos, imbéciles-dijo el imbécil que se llamó imbécil a sí mismo.
Fred era el típico hombre popular que tenía a toda la escuela para sí mismo. Tenía a su favor, desde una gran cantidad de estudiantes, hasta los profesores más importantes de la escuela. Podría pedir que le hicieran su tarea a alguno de nosotros, en este caso sería al chico más indefenso y tímido, y mentiría si digo que Fred no es un acosador, o, mejor dicho, un "hijo de puta". Pero nadie lo ha enfrentado. O eso espero.
(¡Ring¡) Las tres de la tarde, es hora de ir a casa. ¡Al fin! Lisa me espera, recargada en mi casillero y lista para ir a terminar la tarea de la clase que tenemos en común. Cuando nuestros padres no están, aprovechamos para fumar un poco de la hierba que compro los fines de semana en el parque donde llevo mi patineta, y cuando Lisa está de humor, para tener un poco de acción.
- ¿Algo nuevo?-pregunta Lisa, mientras caminamos hacia la puerta de salida.
-Adivina.
- ¿Fred?
-Así es, no hay novedad, salvo que, el desgraciado del profesor nos dejó una investigación para dos días.
-Nada que yo no pueda hacer-me guiñó el ojo, mientras acariciaba el centro de mi tronco, manteniendo esa mirada seductora, al parecer quería tener acción esta noche, pero no me sentía bien el día de hoy.
Caminamos por todo el vecindario, dejamos a un lado el tema de Fred y continuamos hablando de tonterías tan irrelevantes que no mencionaría. Siempre me perdía en su mirada, su piel era pálida como la luna, sus ojos eran verdes oscuros, y su sonrisa era similar a la de un conejo. Era delgada, bastante diría yo, y su cabello suelto cubriéndole la cara la hacía la niña más hermosa de todas.
- ¿Oye?-pregunta un poco inquieta.
-Oigo.
- ¿Has notado que en la clase de música se redujo el número de estudiantes?
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Pesadillas
Science FictionEsta obra que tienes frente a ti es una antología de cuentos de terror, suspenso y drama, producto de una pesadilla. Puede que alguna de ellas te haga sentirte identificado/a, puede que pienses que su autor está loco. El terror puede estar en las co...