La guerra del mar

Cementerio

El comedor empezaba a llenarse de gente mientras las nubes se veían iluminadas por un leve sol. Lily y yo teníamos zumo y pizza mientras comentábamos un capítulo de una de nuestras series favoritas.

Iván nos alcanzó y logramos tener una mesa junto a la ventana. Acabó de dar el primer mordisco a mi pizza cuando Lily me dio un codazo tan fuerte que estuve a punto de protestar, pero logré captar su mirada fija en una mesa cercana. Selene estaba sentada rodeada de su gigantesco grupo de amigos riendo alegremente. Otro codazo más y noté la embelesada mirada de Iván.

—Mira, nos sentamos cerca del grupo de los populares —comenté con ironía—, es agradable tener una buena vista para variar.

—Podría ser modelo —dijo Iván, sin despegar la vista de ella.

Lily frunció la boca. No le gustaba el tono de voz que Iván acababa de usar.

—No —dijo una voz detrás. Matt se sentó en la mesa con su bandeja y le dio un contundente mordisco a la manzana.

—¿No? —preguntó Iván con voz insegura volviéndose hacia él.

—No —confirmó Matt—, aunque no te culpo por pensarlo —lo animó con una sonrisa.

Iván respiró tranquilo. Al parecer, le preocupaba que Matt se molestara por su interés en Selene. Sin embargo, era como si habláramos de cualquier persona, de una total desconocida.

—Pero sí tiene la actitud desagradable de las modelos —añadió.

—Venga ya, Matt —dijo Lily—. Tu hermana parece agradable.

Para mí, era evidente que Lily se moría por hacer un comentario despectivo, pero no quería sonar envidiosa.

—No lo niego —dijo Matt—, pero es exasperante. Cree que lo hace por mi bien y yo creo que exagera su sobreprotección.

—Cris y yo somos hijas únicas, no sabes lo deprimente que es.

—No estoy diciendo que desearía no tener una hermana —dijo Matt—, solo que tal vez podría ser un poco más… ella misma. Aunque ahora que lo pienso eso tampoco sería de mucha ayuda.

Pareció ocurrírsele algo más y nos sonrió.

—¿Queréis que la invite a comer con nosotros? No se negará.

Iván sonrió con aprobación y Lily se quedó boquiabierta.

—Déjala con sus nuevos amigos —dije, antes de que tuviera que soportar cómo Iván le sonreía tontamente a Selene—, en verdad no es necesario, tenemos meses por delante para conocerla. Y realmente parece gustarle Roger.

Lily captó mi mirada y me señaló con los ojos a Iván, quien miraba desconsolado a Selene. ¡Qué fáciles de impresionar por una cara bonita! Levanté la vista y me crucé con Matt, que también observaba a nuestro amigo. Siguió su mirada y sonrió levemente.

—¿Roger? —su voz hizo que Iván diera un respingo—. Bah, tonterías. Selene no le hace caso a nadie —su afirmación fue tan contundente que no había forma de creer lo contrario—. Yo conozco al chico que verdaderamente le gusta. Roger debería alejar la vista de ella.

—¿Un amigo? —apunté. Matt me dio una mirada tan penetrante que lo comprendí todo al instante y quise golpearme por hablar.

—Pero os acabáis de mudar —dijo Iván repentinamente suspicaz.

—Vive en Sant Pol de Mar. Selene no cabía en sí cuando mis padres dijeron que nos mudaríamos.

—¿No deberías estar molesto o celoso?