400 años después de los eventos en Dragon Ball Super, existe una ciudad llamada Cantón en donde conviven diferentes especies usuarias de ki reunidas alrededor del Supremo Kaio del Tiempo quien vela por la seguridad del universo.
Estos "Patrulleros d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La luz del sol se filtraba un poco a través de sus párpados, el ruido del agua corriente y el trinar de algunas aves era todo lo que podía oír, poco a poco abrió los ojos tapándoselos un poco con la palma de la mano, era casi medio día.
Girl Buu levantó su cuerpo adolorido, quedando sentada en la orilla de lo que parecía un pequeño lago rodeado por un acantilado de piedra, desde donde se precipitaba una cascada de agua cristalina. Todo su cuerpo le dolía, no sabía exactamente cómo había llegado hasta aquí.
Su mente se centró en el combate de hacía unas horas, había estado tan cerca de conseguirlo, pero ¿cómo se había permitido a sí misma llegar tan lejos? "La marca no te controla", se dijo a sí misma tratando de entender. A su lado estaba el cuerpo inconsciente de un saiyan, lo había visto antes en ciudad Conton. Recordó brevemente que había estado al lado de Raa ¿Cuidándola?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se arrastró un poco hasta llegar al cuerpo, vio que el brazo del saiyan tenía un gran corte, seguramente provocado por ella; pudo recordar el rostro temeroso de su amiga. "Por los kaiosamas que hice". Poco a poco la magnitud del desastre que había provocado cobraba dimensión dentro de su cabeza. Estaba claro que no podía volver a ciudad Conton y probablemente decenas de patrulleros la buscarían para acabar con ella.
Bueno, ya se ocuparía en su momento de ello, por lo pronto el saiyan estaba perdiendo sangre. Buu se quitó la mascada magenta del cuello usándola para hacer un torniquete alrededor del brazo mal herido. "Eso debería servir por ahora", pensó. El saiyan empezó a despertar también, en cuanto fijó la vista en Buu sus ojos se abrieron como platos.
Merloon no dijo nada, se quedó viendo a Buu mientras le terminaba de poner el torniquete. Su piel presentaba algunas quemaduras, rayones y moretones de la pelea. La M coronaba aún su frente. Cuando Buu finalmente terminó, se arrastró un poco lejos de Merloon, este se levantó para quedar sentado también.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
