Oʙsᴇssɪᴏɴ ˢᵒᵘᵏᵒᵏᵘ

Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 6/Lᴀ ᴍᴇɴᴛᴇ ᴅᴇ Cʜᴜᴜʏᴀ ʏ ᴘáɴɪᴄᴏ ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴜᴇʀᴛᴏ

Advertencia.
Capítulo con escenas fuertes y contenido no apto para todo público.

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꧁༺ㄖ乃丂乇丂丂Ĩㄖ几༻꧂

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-La oscuridad me consume, me intentó aferrar a algo pero sólo quedó colgando de la pendiente con los ojos vendados sintiendo como algo te impide escalar y te quiere llevar hasta el fondo del abismo-

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Cierra los ojos y piensa ¿qué se siente? El dolor e impotencia, el pensar que todo es tu culpa, que realmente todas las desgracias en tu vida han sido tu culpa; Tener el sentimiento de "¿y si?". Ahora imagina que hay una persona a la cual le confiarías tu vida sin pensarlo 2 veces.

Imagina que esa persona te defendió, cuido y solo se preocupa por tu bienestar, que todo lo que hace es con tal de tenerte a salvo y feliz.

Imagina que sientes tu cuerpo sucio como si te hubieran arrojado basura y que por más que te bañes y perfumes el hedor y la suciedad no se van.

Aquella persona que te quiere pese a el hedor y el asco que sientes te acepta, te abraza, te hace saber que todo está bien. Aquella persona te toca, te incomoda pero a la vez sientes que de alguna forma podrás quitar esa sensación de tu piel entre los besos y caricias de la persona que pese a estar en esa condición, te jura amor. Su toque se vuelve el agua limpia que logra quitar la suciedad de tu cuerpo.

Puedes confiar en esa persona, ella es la que limpia las impurezas que dejaron en tu piel. Esa persona es como encontrar un oasis en el desierto, es la única en quien confiar tu cuerpo y mente, porque sabes que no te hará nada malo.

Cierra los ojos y recuerda esa sensación de asco y repudio a tu cuerpo sólo por ser visto por otras personas, sintiendo que todas te harán daño cuando menos te lo esperes, que en cada esquina, detrás de cada puerta o en el lugar que sea. Te está esperando alguien para hacerte daño. Olvidando por completo tus propias capacidades, las cuales son bloqueadas por el miedo y tu único pensamiento es huir.

¿Pero a donde? Huir a tu oasis, huir dónde está aquella persona que con sólo mirarte a los ojos sientes como se purifica tu asquerosa y sucia alma, corrompida por los demás.

Las pesadillas y los miedos se van cuando esa persona te abraza y te cuida, te recuerda que puedes confiar. La masa negra que te busca hundir en el océano de tu miseria se aleja y aquellos pensamientos malos se alejan.

Te sientes en paz. Hasta que por algo te sientes incómodo y sientes miedo, se lo dices y amenaza con dejarte. El miedo se incrementa, tu corazón parece que va a salir de tu pecho por la adrenalina mientras las lágrimas salen. Lo único que puedes hacer es asentir y acatar, no quieres perder aquella luz que te estaba guiando en la oscuridad sólo por un pequeño miedo tuyo, el cual no es nada comparado con el miedo de perder a ese alguien; perder ese oasis; perder esa luz.

Esa es la vida diaria del pelirrojo Chuuya Nakahara. Una vida llena de miedo y constante agitación, la cual es calmada cuando Osamu Dazai hace acto de presencia.

Chuuya no cae al abismo; No aún, Dazai está a su lado.

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Estaba perdido en sus pensamientos mientras caminaba algo incómodo junto a los demás subordinados sentía sus miradas en él y realmente le asqueaba.

Se centró en la misión: Vigilar y defender a quien reciba y pague la mercancía en caso de un ataque. Debían procurar no dañar la mercancía.

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Al llegar todo estaba en relativa calma, lo único que se oía era el oleaje de la Costa. Cada uno estaba en su posición, Chuuya no era la excepción. Miraba con atención a su alrededor. Eran las 12:00 y ya se veía la embarcación que llegaba al puerto, estaba cerca, los distribuidores llegaron a tiempo.
Estaba algo nervioso, pero su careta de mafioso simplemente se mantuvo, no podía darse el lujo de fallar en una misión tan simple como solo vigilar la llegada de mercancía para la mafia.
Llenó de aire sus pulmones y el junto Akutagawa fueron los que acompañaron al funcionario de la mafia para revisar que todo estuviera en orden con aquel pedido.

Entraron al barco con cautela, siendo guiados por uno de los vendedores. Debían cerciorarse de que las armas estuvieran buenas y que fueran de buena calidad. La Port mafia no podía permitirse una estafa.
El funcionario al llegar al compartimiento donde llevaban las armas comenzó a revisarlas con cuidado. Chuuya y Akutagawa vigilaban a los trabajadores de alrededor, cualquiera de esos hombres podía ser una amenaza.

Todo parecía estar bien. El funcionario dio la orden de desembarcar la mercancía a sus hombres mientras este se encontraba con el vendedor y pagar el contenido que era puesto en el camión a disposición de la mafia portuaria para transportar la mercancía hacia la sede para luego ser distribuida entre sus funcionarios.

Todo iba bien, demasiado bien, a Chuuya eso le daba mala espina, realmente se sentía presionado, como si algo malo fuera a pasar en cualquier momento, pero debía soportar, sólo faltaban minutos para terminar esta misión. Sentía como el aire se le fue al ser visto directamente a los ojos por uno de los trabajadores dentro del barco, estaba alterado, solo Akutagawa lo noto ya que era el más cercano a Chuuya estaba -hablando de distancia claramente- pero este no se acercaria mas de lo debido al pelirrojo, orden de Dazai, sabía que no podía ponerle ni un dedo encima ante órdenes de su superior, aunque si debía velar por la seguridad del pelirrojo y el estar así sabia que podía provocar algún incidente. Para evitarlo le intentó hablar con él.

-Chuuya-san- El nombrado se sobresaltó y miró con desconfianza a Akutagawa, no se relajó al ver quien era, se encontraba realmente a la defensiva-¿se encuentra bien?-

El mayor simplemente asintió y se alejó un poco de Akutagawa ante la desconfianza e inseguridad en su entorno que se encontraba, aunque reaccionó con respecto a que se notaba aquella debilidad, por lo que rápidamente cambió su semblante.

Chuuya estaba muy apanicado pero debía evitar demostrarlo, ya llegando al departamento de Dazai podría descargar toda la tensión que tenía en sus hombros, su único deseo era poder abrazar al castaño y llorar, se sentía mal, asqueado y con una presión en su pecho que lo sofocaba, pero debía mantenerse de pie, esperaba poder soportar hasta llegar.

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Hola gente hermosa, no tengo especial Halloween para esta historia! Pero si estoy terminando de escribir el de "Entre cartas de amor".

Queria hacer un cap con respecto a la psicologia de Chuuya, espero haya quedado bien, siento que el final no está muy bien sinceramente, seguramente en un futuro lo cambie un poco. No se.
Pero bueno ¿cómo quedó?