Audrey es una chica que cree haber encontrado una vida perfecta lejos de casa, sin embargo, resulta ser víctima de un secuestro.
El infierno vivido vuelve a la tranquilidad después de su liberación, solo que no por mucho tiempo. Para su desconocimi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miré el reloj. Mi despertador estaba programado para sonar en cualquier momento, había pasado toda la noche despierta, dando vueltas en la cama, con la mirada perdida en el techo.
Debía admitir que mi regreso me tenía bastante inquieta. De hecho, ahora mismo, todo a mi alrededor me inquietaba e irritaba a partes iguales. Estos últimos cuatro años me había centrado tanto en mí, en empezar de cero, que termine perdiendo el contacto con todas mis amistades, excepto con Emily—mi mejor amiga—. Era lo mejor, o al menos eso era lo que me repetía una y otra vez. Puede sonar egoísta, pero después de todo, les agradecía a mis padres que me enviaran lejos...Era todo lo que necesitaba para sanar y olvidar el pasado.
La alarma sonó interrumpiendo mis pensamientos, obligándome a salir de mi cómoda cama. Abrí las cortinas y mi habitación se iluminó con la luz del amanecer. Me quedé unos minutos parada mirando a través de mi ventana, esta sería la última vez que disfrutaría de la hermosa vista que me brindaba mi habitación.
¿En qué momento mi vida había cambiado tanto?
Suspiré.
Pasado unos minutos, me encaminé al cuarto de baño y dejé que el agua caliente hiciera lo suyo, intentando apaciguar mi mente. Sin embargo, conseguí el efecto contrario, me era imposible calmar mis emociones. Salí envuelta en mi toalla y me dirigí hacía mi armario buscando que ponerme. Me decidí por un look básico de viaje, cómoda pero bonita. Vestí unos vaqueros con una camiseta blanca lisa y una gabardina de color roja vino, ya que estaba haciendo un poco de frío. Luego me coloqué unos tenis deportivos y un poco de maquillaje para disimular las ojeras que me habían causado las pocas horas de sueño, un poco de rímel para resaltar mis pestañas y mis ojos verdes también me lo agradecieron. Por último, recogí mi cabello en una coleta alta.
— ¡Audrey! Vamos a perder el vuelo —gritó mi padre desde la sala.
— ¡Ya voy! —Que exagerado, teníamos tiempo de sobra para llegar al aeropuerto.
Había dejado las maletas preparadas desde la noche anterior, las tomé y me coloqué mi pequeña mochila. En ella llevaba mi teléfono, documentos y cosas básicas que te encuentras en el bolso de cualquier chica. Lista para partir, me encaminé hacia el elevador junto a mi padre. Ya en el primer piso me despedí de Michel—el portero—. Subimos al auto camino al aeropuerto.
—¿No tendrás problemas en el períodico por ausentarte tantos días?—Decidí romper el silencio que nos embargaba.
—No cuando eres el dueño —dijo dándome una sonrisa de suficiencia, con la mirada fija en la carretera.
Edward Evenson era periodista y el dueño de un reconocido periódico llamado London ED. Fue el períodico más vendido en las calles de Londres, tras publicar la noticia que desenmascaró el mandato corrupto del Alcalde Josh Brown y cubrió, días después, la primicia de su trágico asesinato por un renegado a su gobierno. Desde entonces, se convirtió en un medio de comunicación de referencia para la comunidad británica por su calidad editorial.