Siete años antes.
Sasuke estaba junto a él, recostado en el puente sobre el lago más cercano que conocían de los alrededores de su casa.
Itachi nunca había podido prestar verdadera atención a todo el entorno que le rodeaba mientras su hermano menor se encontrara cerca de él.
La vista del sol atenuándose tras las colinas lejanas, o las hojas verdes de los árboles soltando esporas que dejaban por encima de sus cabezas una nube ligera de un olor a verano. Nada de ello podía atraparlo más en comparación con los latidos reverberantes de su pecho si se concentraba en el calor del cuerpo de Sasuke.Cada momento compartido con su hermano era colocado en la caja más valiosa de los recuerdos de Itachi. Incluía gran parte de los acontecimientos que había atravesado en vida, aunque también estaban por allí, en el limbo, los que lo habían terminado por erigir y ser lo que era ahora.
Había un escalofrío persistente en su espalda, que, desde que tenía memoria, no había podido erradicar. Tal vez, la forma en la que condenó a cada centro nervioso de su cuerpo a permanecer rígido con cada mirada de Sasuke, era la premonición de un destino inesquivable.
No era la primera vez que los hermanos Uchiha estaban sobre el lago. Habían tenido infinidad de momentos en ese mismo sitio junto a amigos, primos y sus padres y que tenían de paisaje en los recuerdos la claridad del agua en el verano que los refrescaba.
No era la primera vez que Itachi lo sentía, pero en ese día, las caricias de Sasuke sobre sus piernas y vientre por el leve movimiento de su cabeza, parecían intensificarse como el olor de la vegetación alrededor.No era la primera vez que lo escuchaba, pero tampoco fue la primera vez en la que su pecho se inflaba de un sentimiento que le abrumaba cada centímetro de piel, apoderándose de sus sentidos, y volviéndolo un prisionero de la voz suave e infantil de Sasuke.
La misma voz que había escuchado mil veces, pero que parecía especial cada que era capaz de reconocerla. Como si fuera un misterio que jamás terminaría por descifrar y entender del todo.
—Hermano— escuchó, aprisionándose involuntariamente en las cavernas de su mente, que estropeaban todo a su paso y lo dejaban sin dirección qué seguir.
—Sasuke— respondió Itachi, con la duda corriendo por su faringe, amenazando con escupir entre palabras desentendidas, sin sentido, un sentimiento que no sabía describir.
Un sentimiento que jamás había podido nombrar, ni darse cuenta de que existía con esa atronadora fuerza que le instaban a gastarse toda la energía disponible de su cuerpo.
—Huele a verano— soltó.
Itachi había tenido que acostumbrarse a ese tipo de comentarios que parecían tan sinsentido. Pero ahora con un poco de práctica sobre sus hombros, podía entender que a veces no todas las palabras de su hermano eran para decir algo; sino para luchar contra el sonido del silencio que regularmente se posaba entre los dos.
Sasuke miró el cuello de su hermano estirarse para poder ver los árboles danzantes que rodeaban los costados del borde del muelle del lago. Algunos de ellos estaban floreados con especies que desconocía su nombre, pero que en algún momento iba a saberlos.
—¿Lo ves?— preguntó el hermano menor, sin mucha expresión en su rostro; sólo una seriedad que embriagaba sus ojos para poder ver los vibrantes colores de un cielo aún azul.
Pero casi nunca podía escuchar la voz de Itachi cuando hacía ese tipo de preguntas. No era porque quisiera saber algo en especial, o combatir el silencio entre los dos, sino más bien porque terminaba relacionando las cosas que sentía en su pecho con los sentidos que habían leído el ambiente por él.
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Pequeño Hermano (ItaSasu)
ФанфикDurante gran parte de su vida, Itachi amó a Sasuke. Por otra parte, Sasuke admiraba a su hermano, lo quería; era su ejemplo. Creció creyendo que debía encontrar un camino fijo y claro, como su hermano lo había hecho. Sin embargo, ninguno de los dos...