Que sólo junto a ella puedo respirar.

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Entré a la habitación en la que estaba mi padre, había despertado, y aunque estaba débil por fin podía abrazarle y decirle cuanto le quería.

-PAPÁ! No me hagas esto más por favor...-Le dije llorando.

-Mi niña, estoy bien, en nada me tienes haciéndo de las mías -Me dice acariciándome el pelo.

-Eres la persona más fuerte que he visto jamás, te quiero pa. -Pa, me encantaba llamarlo así, de pequeña le decía Pa Juan, pero porque mi madre tenía todo el día a Juan en la boca, era un tanto gracioso.

-Quiero que hagas y tu vida, que yo me iré curando poco a poco, al final sólo ha sido un susto. -Y me besa el pelo.

-Hacer mi vida es estar a tu lado, papá, no lo olvides.

-Y también tu amor...-Me dice levantando una ceja. Es que era un caso.

-Cuido a Judit mucho- Le digo cogiéndole la mano.

-No me refería a ella, me refiero a tu Malusita, y no me lo niegues. -Mi padre creía que yo y Malú...no...no...

-A ver, Malú es mi amiga, y me está ayudando mucho, ya está.

-Mi niña, a veces las respuestas están delante de nuestros ojos, pero no las vemos. -Me dice guiñando un ojo. Iba a hablar cuando una enfermera entra por la puerta.

-Señorita, abandone la habitación, necesitamos hacerle las últimas pruebas y asegurarnos de todo. -Me dice una mujer de unos 43 años, delgada, morena y con gafas.

-Claro, faltaría más. Adiós pá, te quiero!-Y devolviéndomelo y lanzándome un beso, mi padre desaparece. Estaba feliz, pero preocupada, su enfermedad era delicada, y cualquier alteración podría costarle muy caro. Aunque me había hecho dudar...Cómo podía este hombre conocerme tanto? Sus últimas palabras rondaban por mi cabeza. Tenía que sacármela de la cabeza y pensar en Judit, Malú jamás se fijaría en mí. ELENA, PARA DE SOÑAR. Malú jamás querría eso contigo, y no iba a dar lugar de estropear nada. Así que, fuera. Y pensando esto, mi móvil suena.

-Sí?

-Cielo! Qué tal tu padre? -Mi Malú...nada más oírla me reconfortaba.

-Hola enana. Se ha despertado y gracias a dios, está estable, necesita recuperarse, pero es muy cabezón y dice que haga mi vida también. -Digo sonriéndo sin darme cuenta.

-Me alegro mucho reina. Quizá tiene razón...y creo que tu padre coincide conmigo...por eso...sal afuera. -Y cuelga sin esperar respuesta. Esta mujer...era perfecta. Y estaba loca. No nos dejaban entrar hasta el día siguiente, así que después de ver a Malú me iría a casa a descansar. Salgo afuera, y veo que un Audi Q7, en blanco, me señala con las luces y me pita. Era de noche, y no había casi nadie afuera. Me acerco, y ella me baja la ventanilla.

-Tú me dirás, que me has dejado con la palabra en la boca. -Le digo "enfadándome".

-Ejem...vaya saludo más cariñoso, eh. Anda sube al coche. -Subo sin rechistar.

-A ver, dime.

-Verás...me voy a Madrid la semana que viene, pero vuelvo en una semana después porque tengo unas minivacaciones. -Quién sabe si la volvería a ver...mi cara cambió.

-Ei...pero te quiero proponer algo. Vente conmigo esa semana, y estamos juntas, liberas tensiones, que hija, necesitas descansar. -Tenía muchas ganas, era mi sueño. Pero Judit...

-En serio, me lo dices en serio? -Le digo sonriendo cuál niña pequeña.

-No, de broma. -Me dice dándome un puñetazo. No podía faltar.

~Un asalto al corazón~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora