-Cariño, pasado mañana marchamos ya para Madrid. Tienes ya preparado algo?-Me dice por teléfono.
-No, nada, la verdad que mi padre me ha animado mucho. Dice que vaya contigo, que me lo merezco. Es que te ama. -Digo riendo.
-A mí es que me ama todo el mundo mi amor.
-Creída, no te flipes. Y ven a mi casa, y me ayudas a preparar cosas, anda. -Digo sacando una sonrisa picarona aunque ella no pudiera verla.
-Más te vale que sea para eso. Eh. Que son las 11 y media de la noche bombón.
-Si no vienes...tú te lo pierdes. -Y le cuelgo. Me encantaba picarla. Pasé el tiempo ordenando un poco mi habitación, sólo tenía una camiseta ancha, que me tapaba justamente el culo. Estaba cómoda. Escuché el sonido del timbre y ahí estaba mi musa. La cogí y la besé despacio pero con pasión. Al despegarme de ella me doy cuenta de que me mira con la boca abierta. Y me doy la vuelta y camino hacia a mi habitación. Ella me sigue y se vuelve loca.
-Cariño, las babas.
-Es que esto es provocarme. Me dan ganas de violarte joder. -Dice haciéndose aire. Me acerco a ella, despacio y la apego a mí.
-Este cuerpo no se toca, mi amor. -Y le muerdo el cuello.
-Vete a la mierda. -Dice enfandándose.
-Me pones demasiado cuando te enfadas. -Le digo comiéndole la boca. Me ponía mala. Bendito cuerpo, quería hacerla mía, la quería, la deseaba. Me volvía loca.
-Cállate...-Noto su mirada de fuego. Y la siento en la cama, pero me subo encima de ella.
-Te empotraba aquí y ahora. Te dejaba sin respiración. -Sigo provocándola, me encanta. Demasiado.
-A qué esperas. -Y la cojo y la beso, con pasión. Meto mi mano por debajo de su camiseta. La beso con muchas ganas pero paro. Quería seguir poniéndoselo difícil.
-Hay que preparar las cosas...-Le susurro en su oído.
-Elena, no juegues con fuego que al final te quemas. -Me dice roja.
-Quémame, nena.
-Gorda, para. Me estoy conteniendo y no. -Dice besándome de nuevo.
-Párame tú. -Y sin pensármelo dos veces la tumbo.
-Te enteras. -Y se colocó encima mía. Mis bragas desaparecieron junto a mi camiseta y el sujetador. Deslizó sus dedos, despacio, y los introduzco en mi intimidad. Primero uno, dos y para mi sorpresa otro. No podía, estallaba, y no me dejaba hablar.
-No grites, no chilles. Sh. -Me decía dentro de mí.
-Dios Malú, dios!!!-No podía. Me acercé a su boca para besarla. Se oponía. Y un segundo más tarde paró en seco. -Ni se te ocurra. -Y acto seguido siguió. Clavé mis uñas en su espalda y le mordí la oreja, fuertemente. Me empezaron a temblar las piernas. Y lo hice, llegué a la cima junto a ella.
-Dios gorda..dios. -Digo besándola.
-Ahora me toca a mí. -Pero mi sorpresa fue otra.
-De eso nada. Tú tienes prohibido tocarme hasta que lleguemos a Madrid. Tu dirás, no tienes excusa para no venirte ya.
-Te mato. Te mato. -Y me levanto de un salto. Se le mete eso, y le tengo que hacer caso. Me ayuda a hacer toda la maleta, y solo nos quedan unas cuantas cosas por meter, me iría a su casa para salir las dos juntas. Estaba deseando.
-Que sepas que me das la vida que jamás nadie me podrá dar. -Le digo pegándome a su boca.
-Te voy a dar la vida que quieras. Y cuando quieras, porque eres mi chica. -Esas palabras se grabaron a fuego en mi mente, mi chica. MI CHICA. Me había matado. Y la besé como nunca.
-Estoy enamorada de ti, Malú.
-Y yo de ti mi niña. -Y la abracé tan fuerte como pude. Me soltó para colocar bien la maleta. -Fea, voy a casa a terminar las cosas, mañana te pasas ya por allí y nos vamos juntas hacia Madrid. Te espero y desespero. Vas a disfrutar como nunca.
-Sí mi vida. Estoy deseando. -Y perdiéndome en sus labios, estaba preparada para pasar una semana inolvidable junto a ella.
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~Un asalto al corazón~
RomansaNovela ficticia, creada con todo el respeto y admiración hacia la cantante Malú. Elena, una chica un tanto especial, jugará un papel muy importante en su vida.