"¿Dónde está Chloe Mercer, la gran promesa de la industria?" anunciaban los periódicos. Tras verse en el punto de no retorno Chloe sentía que estaba perdida, por lo que tendría que volver a su ciudad natal para volver a encontrarse a sí misma, y par...
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"Juré que si alguna vez te perdía me sentaría y lloraría, pero mis ojos están secos. Así que supongo que ahora soy una mentirosa porque no estás aquí esta noche."
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La entrada al instituto Los Feliz estaba abarrotado de jóvenes de mi edad, algunos mayores y otros un poco menores. Iban y venían en grupitos pequeños hablando y riendo.
-¿Necesitas que te acompañe a clase?- Me preguntó Kenny desaborchándose el cinturón del lado del piloto, yo suspiré.
Kenny era un año mayor que yo, había sido hijo único hasta que Mark conoció a mi madre, la suya había fallecido en el parto, por lo que nunca tuvo una figura materna hasta que llegó la mía. Nada más conocernos cuando yo tenía cuatro años nos hicimos inseparables, como si fuéramos hermanos de sangre.
-No, gracias Ken. Creo que sabré llegar.- el asintió ligeramente y se bajó del coche. Imité su acción.
Abrimos la puerta trasera para coger nuestras respectivas mochilas, y una vez hecho esto nos encaminamos juntos hacia el edificio principal.
-Bien, el programa de deportes está de este lado, así que aquí nos separamos enana.- dijo sonriéndome.
-Sí, no te preocupes Kenny, cualquier cosa sé donde encontrarte.- y tras asentir con una leve sonrisa desapareció en dirección a su clase.
Según comenzaba a andar por el pasillo, la gente se paraba a mirarme. No todos los días Chloè Mercer aparecía de la nada en tu instituto. Me limité a agarrar más fuertemente mi mochila y a tratar de ignorar las miradas de los curiosos. Hasta que alguien se puso en mi camino.
-¡La gran Chloè Mercer, no puedo creerlo!- dijo una chica morena clara entorpeciendo mi camino.- ¡Soy una gran fan!
-Gracias...- respondí tratando de evitarla.
- Soy Carrie, por cierto. Seguro que seremos muy buenas amigas, yo soy la más popular y talentosa del instituto, así que seguro que hacemos buen equipo.- continuó.
-Gracias, pero no gracias. No me interesa ahora mismo ser tu amiga.- respondí impaciente. La chica parecía perpleja e iba a formular una respuesta cuando una chica con trenzas la llamó.
