"¿Dónde está Chloe Mercer, la gran promesa de la industria?" anunciaban los periódicos. Tras verse en el punto de no retorno Chloe sentía que estaba perdida, por lo que tendría que volver a su ciudad natal para volver a encontrarse a sí misma, y par...
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"Chicos, chicos... Siempre voy a robaros el protagonismo, miradme a como a una nube negra que se acerca. Voy recolectando números de teléfono sobre la marcha, te voy a quitar a tu chica"
DISCLAIMER: Escenas de besos entre chicas. Mención a relación chica-chica.
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Tras llegar el día anterior del estudio de grabación,me encontré con Kenny muy idignado por el hecho de haber compuesto con Andy, aparentemente mi hermanito aún seguía resentido con el chico. No le importó mucho las explicaciones que le di sobre el por qué de esa publicación en instagram, simplemente se fue indignado a su habitación.
Me estaba poniendo mi sueter rosado antes de ir al instituto justo cuando Kenny entra velozmente y cierra la puerta de mi habitación tras de sí mirando a todas partes. Su espalda está apoyada contra la puerta y respira con dificultad.
-¿Pero a ti que te pasa?.- pregunté confundida.
-Chloè, no quiero que pienses que estoy loco.- dijo dirigiéndose hacia mi despacio.- pero creo que tenemos fantasmas en la casa.- respondió con los ojos muy abiertos.
-¿Has vuelto a esnifar el ambientador de la cocina o qué?.- dije tratando de desviar un poco el tema.
-No, Closter. Es en serio, alguien me ha escrito en el espejo del baño "estoy aquí", pensé que habías sido tú.- dijo dando vueltas por la habitación.- pero luego vi mi ropa siendo tirada de mi armario por toda la habitación.- terminó con los ojos muy abiertos. Suspiré.
En ese instante Alex apareció sentado con las piernas cruzadas sobre la cama riendo, yo le lance una mirada mortal.
-A ver Ken, no estás loco.- suspiré.
-¡Menos mal! ¿Entonces?.- pregunto confuso.
Yo me dirigí a mi escritorio y escribí en un post-it "Alex" me dirigí al fantasma y se lo pegué en la frente.
-¡auch!.- se quejó.- pegarle cosas a la gente en la frente es muy grosero.- señaló.
-¡Sí, y tirarle la ropa a la gente de su armario también!.- le lancé una mirada retadora.
