–Siento molestarla, señorita Myoui.
La voz que se oyó era la de Park Jihyo, su directora gerente en AeroFancy, pero Mina tardó unos segundos en reconocerla. Acababa de adquirir la empresa, que se dedicaba a la fabricación de piezas de aviones, y todavía no se había familiarizado con la plantilla.
–Quería asegurarme de que mantiene el apoyo al programa de rehabilitación de presos con el que empezamos a colaborar el año pasado –siguió Jihyo–. Como quizás recuerde, The Moon, la JYP que lo organiza, nos envía aprendices que cuentan con su confianza. Mañana nos llega una mujer que se llama...
–No es necesario que entre en detalles –la interrumpió con suavidad–. No me parece mal que apoyemos ese programa, pero espero que vigile a esa persona.
La atractiva mujer sonrió con aprobación.
–Por supuesto, señorita. Resulta especialmente agradable en esta época del año, ¿no le parece? Ayudar a una persona y ofrecerle la posibilidad de empezar una nueva vida... Además, solo estará tres meses con nosotros.
Mina la miró con exasperación. No era una mujer particularmente sentimental.
–Espero que no estuviera en la cárcel por cometer un fraude...
–No, dejamos bien claro que no aceptaríamos a personas que hubieran cometido ese tipo de delitos. De hecho, dudo que llegue a conocerla, señorita Myoui. Será la recadera de la oficina. Se encargará de archivar, llevar mensajes y recibir paquetes y correspondencia –afirmó–. En esta época del año, siempre hay trabajo para dos manos más.
Durante un momento, Mina sintió lástima por la recadera. Ya se había dado cuenta de que Park Jihyo era demasiado dura con sus subordinados. El día anterior, había estado a punto de humillar al conserje de la empresa por un incumplimiento irrelevante de sus obligaciones. La directora gerente de AeroFancy disfrutaba de su poder y lo usaba. Pero supuso que una expresidiaria sabría defenderse.
Chaeyoung abrió el buzón de correos, pero estaba vacío. Siempre estaba vacío. Quizás había llegado el momento de asumir que sus familiares hacían caso omiso de sus cartas porque no querían saber nada de ella.
Parpadeó varias veces, para evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. La cárcel le había enseñado a valerse por sí misma, y estaba segura de que sabría salir adelante en el mundo exterior, aunque el mundo exterior fuera un lugar tan lleno de posibilidades que se sentía completamente apabullada.
–No intentes correr antes de aprender a andar –le había dicho Taeyeon, la asistente encargada de su libertad condicional.
Al recordarlo, se dijo que a Taeyeon le encantaban las perogrulladas. Y, justo entonces, Harvey empezó a mover la cola con alegría.
–Es hora de llevarte a casa, chico...
Chaeyoung acarició al perro e intentó no pensar en el futuro que le esperaba. Durante los últimos meses de su condena, había trabajado en un refugio de animales asociado al programa de rehabilitación del sistema penitenciario, y sabía que se le acababa el tiempo. Wheein, la encantadora mujer que llevaba el refugio, tenía poco presupuesto y poco espacio. Simplemente, no se podía hacer cargo de él.
Además, Harvey era su peor enemigo. Cada vez que aparecía una persona dispuesta a adoptarlo, se ponía tan contento que ladraba y la asustaba. Nunca tenía la oportunidad de demostrar que era un perro leal, limpio y obediente.
Chaeyoung lo quería con toda su alma y, en cierto modo, le recordaba a sí misma. Ella también sabía lo que implicaba ser una cosa y parecer otra. Siempre se había empeñado en esconderse tras una fachada de seguridad, creyendo que no necesitaba ni el cariño ni las opiniones de nadie. Y siempre se había sentido sola. En casa, en el colegio, en todas partes y con todo el mundo.

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Inocencia Probada [MICHAENG] G!P
Hayran KurguEra una atracción imposible... La millonaria Mina Myoui tenía un vacío inmenso en su corazón desde que Son Cheyoung le había robado lo que más amaba, la vida de su hermano. Tres años después del trágico accidente, Chaeyoung salió de la cárcel sin m...