Bastardos

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Habían pasado cuatro meses desde que casi cometo el mayor error de mi vida y aún me estaba acostumbrando a lo que era no ser solo yo.

Claro que ahí estaba Holly tocando las narices siempre servicial para recordarmelo todo.

"Nada de comer tanto helado, te saldrá el niño diabético"
"No te pongas eso, cogerás frío "
"No te sientes así cogerás una mala postura"
"Deja ya de ver El diario de Noa, te saldrá el niño maricón"

Sí, llamó a mi hijo maricón.

Y yo le tiré un jarrón que para mi mala suerte esquivo, pero tranquilas, era de los chinos.

En fin, me encantaba estar embarazada, no poder comer lo que quisiera.

Nada de hacer esfuerzos.

Nada de vaguear.

Nada de nada.

Adiós al tabaco, el alcohol y el café.

Sí, no me dejan fumar.

***Flashback***

-¡¡¡¡¡¿Pero qué coño haces?!!!!- Grita Holly cuando me ve con un cigarrillo en la boca a punto de encenderlo.

La miro sin entender.

-Cago unicornios, ¿tu que crees?- le digo exasperada.

-¡¿¡¿PERO QUE MIERDA?!?!?!- Grito mientras veo a Holly despedazando mi cigarro, tenía la misma sonrisa que Víctor Frankenstein.

-Felicidades, usted a empezado a dejar de fumar- y dicho esto coge mi paquete y lo lanza por la ventana.

Sí, lo ha lanzado.

Y le dio a un pobre infeliz que se llevó un paquete de tabaco entero y nuevecito.

Capullo con suerte.

-Sino quieres que las primeras palabras de tu hijo sean "aaahora vienes a miii..." mientras tose como un poseso tendrás que dejar esta mierda- dice tajante.

Y así empezaré una vida sana, la cual odiaré para siempre.

***Fin del Flashback***

Mi familia era lo más importante para mí, mi padre era la persona más rígida que he conocido en la vida.

Exmilitar, retirado por herida en combate, estricto hasta decir basta, gruñón, incluso facha*.

[Denominación despectiva hacia las personas de pensamiento de extrema derecha]

Cuando fuí ha decirles que estaba embarazada, mi madre se puso algo triste, decía que estaba tirando por la borda mi carrera, no lo entendía, mi madre, al contrario de mi padre era la persona más dulce y comprensiva que he conocido.

Pero muy manejable, y siempre bajo la sombra de mi padre, estricto y autoritario.

Cuando se lo dije a él estaba nerviosa, sabía que no tendría su aprobación, lo que nunca imaginé es que me pegaría.

Me dio una bofetada y me tiró al suelo me dió una patada en el abdomen y me dijo que nunca quería volver a verme, que ya no pertenecía a esa familia, que estaba muerta.

Me agarré el estomago con miedo por mi pequeño intruso y salí de allí sin derramar una sola lágrima, si algo había aprendido del coronel Si algo me había enseñado el coronel Carter es a nunca mostrar débilidad delante del enemigo.

Y ese ya no era mi padre, era el hombre que habia intentado hacerme daño a mi y a mi hijo.

Mi madre lloraba y gritaba mi padre la acallaba con miradas furibundas.

I never want to grow upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora