Parte 16 "Solo sigue"

54 3 0
                                    

Hoy, te sorprenderá saber que salí con un chico, Nate. Si, luego de esa vez en la biblioteca no estuve yendo por un tiempo. Me sentí sin derecho a ir, ya que creía que yo te invadía tu espacio, entonces dejé de ir. Lo siento.

Unos días después de esa vez, Nate me invitó a que saliéramos juntos, y no como una salida de amigos de instituto, si no como una cita entre una chica y un chico que se interesan. Por lo menos por el lado del chico, no del mío. No lo pensé dos veces y acepté. Me pareció que me merecía salir con alguien que me hiciese olvidar de ti, aunque sea por unas horas.

Nate me llevó a cenar a un muy bonito restaurante en el centro de la ciudad y luego fuimos a ver una película. Típica cita. Pero no me quejé, era muy tierno de su parte. Me trató como toda una chica debe ser tratada, como una princesa. Entre la cita, la pasamos riéndonos, hablando sobre cosas triviales, criticando las atuendos de la gente que nos cruzábamos mientras nos reíamos, de vez en cuando existía una mirada de reojo por parte de Nate, y por parte mía también. Y luego en la película él trataba de que estuviera cómoda. Yo me reía por sus preocupaciones, pero le dije que se dejara de tonterías y que disfrutara de la proyección adelante nuestro. Sin vacilaciones aceptó y me miró por última vez; y ahí noté un lindo brillo en sus ojos pero lo dejé pasar, como si nunca me volviera a ver, y se dedicó a prestar atención a la película.

Salimos de ahí y me llevó a mi casa. En su auto me contó algunas cosas sobre su vida. Como que había salido con una chica que era igual de linda que yo; en ese momento no pude controlarme y me sonrojé un poco, y que esa chica había salido con él porque era parte de una apuesta que hizo con unos amigos. Me contó que él la llegó a amar mucho, ya que salieron por bastante tiempo, y que nunca más, después de esa chica, salió con alguien. Me sentí mal por un momento, porque ya hubo veces que él me pedía de salir pero no como una cita, aunque igual yo lo rechazaba. Ponía cualquier excusa.
También me contó que su familia no le habla por el hecho de que eligió quedarse en nuestro instituto, antes que ir a uno de la ciudad de Toronto, Canadá. La única familia que le quedaba era su madre y sus amigos, entre ellos, yo. Si, a su padre nunca lo conoció porque él solamente estuvo presente en la concepción del bebé, o sea Nate, y luego desapareció de la faz de la Tierra como si no hubiera existido en el mundo y en la vida de la madre de Nate, y quién sabe qué otras mujeres más. La familia del padre de Nate lo siguió viendo ya que querían mucho a su madre y él era su nieto, su sobrino, su primo, y ahora también tío de una hermosa pequeña de la hija por parte del padre y otra mujer, antes de su madre. Hasta el día en que eligió nuestro instituto y no Canadá. Me dijo que sufrió mucho, y que no quería sufrir más ni por alguien, ni por nada. Yo a lo único que podía responder verbalmente era a "Estás bien?" de parte de Nate. No, la verdad no estaba bien. Este chico había sufrido por culpa de una chica, sufrió la falta de un padre y a los 13 años sufrió por la falta de su familia por una estúpida elección hasta ahora.Y seguramente estuvo mal en algún momento porque yo lo rechacé.

Al llegar a mi casa Nate me abrió la puerta del lado del acompañante y me ayudó a bajar. Yo le agradecí con una media sonrisa y nos dirigimos hacia la puerta de entrada. Al pisar la alfombra que se encontraba afuera de mi casa que decía reconfortantemente "Hogar, Dulce, Hogar" nos detuvimos y nos miramos por unos segundos. Ese instante también encontré ese brillo en sus ojos y supe algo. Este chico me quiere y no como amiga. Fueron los segundos más largos de todos. Él me miraba con una sonrisa de niño en dulcería y yo, bueno yo lo miraba con una sonrisa. No una verdadera, pero si una que demostraba que por lo menos por un día estuve bien. Estábamos los dos, parados. Ahí, en el momento más lindo que estaba pasando, unos ojos café, casi avellanados empezaron a venirme a la cabeza. Los de Nate habían sido reemplazados por esos avellanados. Y su nariz no era la de él, era la tuya. A su boca le sucedió lo mismo, y a cambio se asentó la tuya. Todo en Nate me pareció ser tu. Directamente, eras tu. Él empezó a acercarse a mi con la cabeza un poco inclinada y con los ojos avellanados casi entre abiertos. Y yo hice lo mismo por inercia. Me acerqué, pero antes lo vi una vez, y te vi a ti. Eras tu, no Nate. Entonces nos besamos. No lo podía creer. Estaba besando a un chico que para mí no era él, si no tu. El beso no fue especial como esos besos de películas que salen fuegos artificiales por detrás, fue un beso más bien dulce, sencillo y tierno. Me agarró de la nuca delicadamente y profundizó un poco el beso para luego separarnos.

Nos separamos con una sonrisa cada uno, pero yo la eliminé de mi rostro al encontrarme con que había regresado el de Nate y agaché la cabeza. Él me pregunto:

-¿Sucede algo?- levantando mi barbilla para que lo mirara a los ojos en los que seguí su brillo allí.

-No, es que... Me siento apenada por lo de tu infancia y por lo de la chica esa...- dije mirando hacia otro lado. No podía mirarlo a la cara después de haberlo reemplazado por el tuyo, me sentía horrible. Este chico me quería y me había besado con un sentimiento real y yo lo había besado creyendo en mi cabeza que eras tu.

-Pero eso es pasado, no te preocupes.-

-Gracias por la hermosa noche que me hiciste pasar.-

-Tu colaboraste con lo de hermosa.- me sonrojé.

-Bueno, creo que te veré... Emm, cuando volvamos al instituto, supongo.- me reí ya que el verano recién empezaba y faltaba mucho para el regreso a clases. Me di vuelta y antes de abrir la puerta Nate me sujetó de la mano y me dio media vuelta para que nuestros labios estuvieran pegados por unos segundos más. Me sorprendí ante el hecho. Se alejó solo unos centímetros.

-Gracias, de nuevo.- y me quedé mirándolo hasta que él dijera algo.

-No, al contrario. Gracias a ti por aceptar al salir conmigo. Creí que me volverías a rechazar.- dijo con una sonrisa sincera en su cara para luego darse vuelta y marcharse por el camino en el que me acompaño a la puerta de entrada. Antes de irse gritó "Te llamo otro día, ¿te parece?" a lo que yo respondí asintiéndole con la cabeza. Lo vi dar marcha atrás con su auto y perderse entre las luces de la calle y la de la Luna.

Entré en mi cuarto y me desplomé en mi cama boca arriba. Con una sonrisa en el rostro pensé en la noche preciosa que me había hecho pasar Nate. Y luego se fue desvaneciendo al pensar en el beso. Íbamos tan bien hasta que tu rostro tuvo que interponerse en el de Nate. Estuve toda la noche sin pensar en ti aunque sea un poco y en el momento menos esperado te me cruzas en la cabeza y das vuelta mis opciones, mis desiciones, mis pensamientos, todo en mi. Das vuelta mi mundo entero. Siempre fue así. Y no puedo creer que por una sola noche no fuese como siempre.
Me merezco ser feliz yo también. Salir con otros chicos, como seguro sales con tu enamorada. La chica que seguro te saca sonrisas que yo desearía aunque sea por un microsegundo que la causante fuera yo, la que te divierte con alguna travesura que yo desearía aunque sea por un microsegundo que la causante de tu diversión sea yo, pero en el buen sentido. La que seguro te enamora con su belleza cada día que la vez y que yo desearía aunque sea por un microsegundo que sea yo la que te enamora con su belleza. La que te debe alegrar los días con solo una mirada de felicidad y que yo quisiera aunque sea por un microsegundo que fuera yo la que te alegra tus días con una mirada de felicidad. La que con solo ser parte de tu vida ya te satisface sentimentalmente y que yo anhelo con mi alma que por un microsegundo fuera yo la que formara parte de tu vida y te satisfaga con eso sentimentalmente.

¿Me entiendes? Yo quisiera ser esa chica, tu princesa, tu enamorada, la chica de tus sueños, la chica que será parte de tu vida, la que te alegra los días, todo. Quiero ser la chica de la cual estás enamorado... Y no la chica de los sueños de Nate, ni la que forma parte de su vida, ni su enamorada, ni su princesa siquiera porque no quiero lastimarlo.

Pero pido mucho.

No lloré esta vez.

Ya estoy acostumbrada a esto.

A siempre ser la chica enamorada del no correspondido.

Ya estoy acostumbrada a rechazar chicos por el hecho de tener falsas esperanzas contigo.

Ya estoy acostumbrada a estar enamorada. Lo sé, si el amor te hace llorar más que reír entonces no es amor. Pero igual no creo en esas gastadas frases.

Ya no se que hacer, no rechazar a un chico por una vez que se ve que me quiere de verdad o seguir con las falsas esperanza hacia ti. Comencé a golpear el respaldar de mi cama. No había nadie en casa, así que nadie me oiría.

Después de unos minutos, mis manos no daban más. Estaban rojas de los muchos golpes que le había provocado al respaldar, pero no podía aguantar las ganas de hacerlo.

Lo único que me decía era "solo sigue" Y así haré hasta que se aclaren las cosas... Lo del tema de la biblioteca creería que no tengo que ir por otro tiempo así que por ahora me despido de ti Zayn hasta que vuelva a verte o en la biblioteca o en el instituto o hasta que pueda volver a verte...

Lo que no me atreví a decirte... Zayn y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora