« Negro de la fuerza »

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Todos los presentes compartían la misma expresión de asombro

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Todos los presentes compartían la misma expresión de asombro. Y como no, pues nunca imaginaron venir aquello, más cuando Némesis pereció hace un tiempo. Todavía muchas de las estructuras caídas durante ese ataque estaban pasando por reparaciones.

Cuartel general de la WBBA

—¿Eso es lo que busca de verdad? ¿Cómo piensa hacerlo entonces? —quiso aclararse la duda Ryo, quien en compañía de Gingka y sus amigos, se hallaba sin concebirlo.

Miraron a Dareki —que sentada en un sofá, decidió contarles los planes de Kuroi—, todos expectantes. No supo la razón exacta del por qué se ablandó para revelarles las órdenes de su antiguo líder, quería pensar que no fue por la amabilidad de Gingka, para nada. ¡Más bien! Sabía por una parte que Kuroi llegaría a más, incluso moriría si intentara eso, ya que no muchos controlaron al bey que poseía en sus manos.

Y sí, el loco del peliplateado quería revivir nuevamente al dios de la destrucción. Como la primera vez no resultó, ya que a los tres se les prometió poder en el nuevo mundo del beyblade, al momento de su derrota, algo en el elegante chico se derrumbó... No era un secreto que desde los inicios quería su promesa cumplida, llegó a ser un despiadado ser humano para complacer a su deidad y al final todo decayó.

Casi se ahoga en un agujero negro de su mente, por lo enfurecido y decepcionado que se encontraba. Y allá estaban los tres; con la meta loca de resucitarlo una vez más, guiados por un torcido Kuroi.

Dareki luego de ver lo que Hades podía hacer, quiso echarse para atrás en un principio, y sus ideas se avivaron al verlo perder pero su amigo no podía con ello. No quería admitirlo frente a todos aunque notó que la locura recayó sobre él, tanto que hasta terminaron peleando la última vez. ¡Que le terminó dando un golpe incluso! No intencionalmente, solo que a eso se reducía sus pensamientos ahora.

Quería salvarlo, claramente. Kuroi podía ser muchas cosas; engreído, orgulloso, cabeza dura y sociópata, pero jamás un mal amigo y líder. Antes consideraba a sus compañeros, los alentaba y ayudaba, era amable como respetuoso... Ella deseaba eso otra vez.

Salvarlo.

« —Dareki —siguió su discurso, más relajado ahora que obtuvo confianza—, quiero entender el mundo del que vienes, para compartir tu dolor... ¡Y salvarte!

De un mundo infeliz, del que le hizo conocer un dolor abismal. »

—Sí, necesita la energía de los Bladers legendarios para dársela a Némesis —respondió Dareki por fin, con la mirada determinada—. Supongo que esos Pluto y Rago hicieron lo mismo antes.

—Cómo olvidarlo —habló serio Gingka a un lado de la chica, cruzado de brazos y la cabeza abajo—, fue con los estadios en el templo. Nos obligaron a luchar, recolectando nuestra energía de las batallas.

—Entiendo, ahora debemos prevenir las bey-batallas contra él —alegó el mayor de todos, sabiendo esa decisión no sería bien recibida por los bladers presentes—. Hay que impedir que los Bladers legendarios luchen, ¿entienden eso, Gingka, Kenta?

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2020 ⏰

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