Síntomas

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Cierta pelimenta se encontraba a altas horas de la mañana, se encontraba notablemente desesperada.
Tenía una sed desesperante, ya había bebido incontables vasos de agua, pero su garganta no podía refrescarse.
Solo trató de calmarse, ya iría a la enfermería cuando entrara a clases. Por suerte, finalmente se tranquilizó un poco y pudo dormir las horas que restaban.

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Amity salía al receso, se encontraría con Luz y sus amigos para almorzar.
-Amityyyy -sintió los brazos de Luz rodearla por detrás.
-L-luz -tartamudeó tímida, era imposible retener sus gay panics con una chica tan adorable como Luz.
-¿Um? ¿Porque traes tantas botellas de agua? -dijo Luz. Era cierto, Amity no quería sufrir el mismo problema de la noche anterior, así que llevaba al menos unas ocho botellas pero la mayoría estaban ya vacía. -Parecen pesadas. ¡Venga, te ayudo!
Luz tomó la mitad de las botellas y accidentalmente rozó los dedos de Amity, que automáticamente sonrió embobada y feliz.
Los cuatro amigos se rieron y platicaron durante el almuerzo, hasta la llegada del timbre.

-Creo que hoy no asistió el profesor de abominables, ¿Verdad? -preguntó curiosa luz.
-Creo que no.
-¿Sabes lo que significa? -Luz agrandó su sonrisa. -¡Clase libre! Podemos adelantar el club de Azura.
Amity asintió emocionada y ambas se fueron a su escondite secreto.

-"Hécate, ¿Acaso no lo notas? ¡No necesitamos ser enemigas!
Únete a mí y venceremos al conde Escarlata" -leía Luz con toda inspiración mientras Amity la observaba bobamente.

-"No quiero dudar más, Azura. Acepto unirme a tí. ¡Juntas podemos derrotar el imperio del conde Escarlata! Unidas -continuó la lectura Amity con la misma intensidad. Ahora era Luz quien miraba con asombro a la pelimenta.
-¡Eso fue genial, Amity! Por poco me lo creo -guiñó coqueta.
Siguieron leyendo hasta terminar el capítulo, estaban cansadas.
-Muero por leer el siguiente capítulo. ¿Crees que Hécate se una a su padre? -suspiró cansada y feliz la pelimenta.
-Ojalá no. ¡Eso sería traicionar a Azura! -la morena hizo un puchero. -Tardaron dos libros para ser amigas, no pueden arruinar su amistad así.
-Pff, es solo un libro, Noceda -Amity se burló de la reacción exagerada de su amiga.
Ambas rieron, pero Amity sintió una fuerte punzada en su pecho. Ahí estaba de nuevo esa molesta sed.
Agarró su botella de agua y bebió bruscamente, se estaba empezando a desesperar. Luz la miró preocupada.
-Amity ¿Todo bien? -preguntó. -¿Quieres ir a la enfermería?
Amity negó, estaba segura que podía controlar la situación sin necesidad de recibir ayuda. Acabó su botella, y fue directo por la otra. La sed no se iba.
Era estresante, su garganta rogaba por ser saciada, pero a pesar de toda la cantidad de agua que tomaba parecía no hacer algún efecto en ella.
Luz la tomó del hombro sobresaltándose por el contacto.
-De verdad creo que debes ir a la enfermería. Luces mal -comentó preocupada la morena, pero Amity hizo caso omiso. Fuese lo que tenía, estaba obstinada en no querer recibir ayuda. Era algo raro de ella.
Un dulce olor inundó su nariz. ¿Qué diablos era eso? Era un olor agradable, demasiado dulce y empalagoso, pero adictivo.
Instintivamente volteó su mirada hacia Luz, y se acercó a ella. Sin decencia olió su cuello ¡Bingo! La causante de ese empalagoso olor era Luz.
-Emm, Amity. ¿Este es algún tipo de abrazo en las Islas Hirvientes? -preguntó tímida Luz. No le incomodaba la cercanía de la peliverde, pero le empezaba a cosquillear el cuello con la irregular respiración de la contraria.
Aunque Amity parecía no escuchar nada de lo que le habían dicho, seguía perdida en el dulce olor de ese cuello.
-¡Estás demasiado rara, Amity! Es obvio que no estás bien. Voy a llevarte a la enfermería quieras o no -dicho esto, la humana arrastró por el brazo a Amity. Por suerte, la escuela quedaba cerca.
Entró a la escuela con una Amity agarrada de la muñeca y entró a la enfermería.
-¡Disculpe la molestia! -entró al lugar y la enfermera la observó. -Mi amiga se siente mal.
-No hay problema, cariño. Si quieres puedes esperar afuera mientras le hago unas preguntas.
Luz asintió y dejó a Amity con la enfermera. Amity era una chica algo enojona, inteligente y obediente, pero ese día traía un comportamiento del diablo.
-¿Cuál es tu nombre? -preguntó dulcemente la enfermera.
-Amity Blight -respondió seca y grosera. La enfermera torció la boca extrañada.
-Bien, Amity. ¿Porque estás aquí?
-No es obvio, me siento mal -la pelimenta parecía tensarse más por cada pregunta.
-¿Cuáles son tus síntomas?
-Tengo sed.
-¿Solo sed? ¿Has consumido líquidos hoy?
-No es una sed normal, desde anoche siento que la garganta me quema, no importa cuánta agua tome, no se detiene.
-¿Ocurrió algo extraño esta semana? ¿Algún otro síntoma?
-Bueno, ayer en clase de pociones, la tonta de mi compañera hizo mal el hechizo y el mismo me atacó. También se me ha agudizado mucho el olfato.
La enfermera la vió extrañada. Sus síntomas no concordaban con nada que pudiera tratar.
-Bueno, señorita Blight. Me temo que no poseo un médicamento que te ayude por el momento. Hablaré con tu maestra de pociones sobre el asunto.
Amity asintió y salió rápido del lugar, se sentía demasiado desesperada ahí. Volteó su mirada, pero Luz no estaba. ¿Se había ido? No, eso sería imposible de Luz. Además rastros de su olor seguía ahí, la pelimenta siguió el olor que era más fuerte, la morena estaba cerca. Mientras más fuerte se hacía el olor, más perdía su esencia: el olor de Luz se estaba combinando con el de otra persona. Extrañamente esto molestó a Amity, el dulce olor de Luz ya no era puro, y era culpa de alguien.
Al fin divisó su corta melena y determinó sus sospechas. Luz estaba acompañada de una chica más alta que ella con flequillo y coleta rizada.
No entendía por qué, pero ese escenario le dió celos. Luz la miró.
-¡Amity! Saliste de la enfermería. ¿Todo bien? ¿Te sientes mejor?
-S-si. Gracias por preguntar -dirigió su mirada hacia la chica rizada.
-¡Oh, cierto! Amity, ella es Viney. Ella ayudó cuando el mounstro traga energía se apoderó de la escuela -explicó abrazándola de los hombros. -¿No es genial?
Amity asintió mientras frotaba agresivamente los dientes. Estaba celosa.
-Luz, tenías razón. No me siento bien ¿Podrías acompañarme a casa? -inventó una excusa. Cualquier cosa para alejar a Luz de la chica esa.
-¡Por supuesto! Disculpa -miró a Viney despidiéndose. -¡Nos vemos mañana, chica!
Ambas salieron del colegio y Amity suspiró relajada. De nuevo tenía a la morena solo para ella.
Caminaron un rato entre el agradable silencio hasta llegar a la enorme casa donde pertenecía Amity.
-Mittens. Ya llegamos -anunció la chica del gorrito. -Mejórate. Si te sientes mal, puedes escribirme.
Luz realmente se encontraba preocupada por su amiga. Amity le extendió los brazos.
-L-Luz ¿Puedes darme otro abrazo? -preguntó tímida, aunque su intención era otra.
La morena la miró con notable ternura y asintió. La Blight pegó su nariz al acanelado cuello de Luz para volver a embriagarse de su dulce olor por última vez. La morena lo notó, pero lo dejó pasar. Amity necesitaba ese abrazo.
Y así siguieron un buen rato con la Blight acostumbrándose a lo que sería su adicción a partir de ese día.

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Uff, actualicé pronto~
¡Hora de desaparecer! (・∀・)

Espero les haya gustado el capítulo. No olviden votar ❤️❤️

"Muérdeme" Lumity TOH Vampire! AmityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora