"Muérdeme" Lumity TOH Vampire! Amity

Confesión

Luz se despertó con un terrible dolor en su garganta.
Inmediatamente recordó todo el suceso de la noche anterior, miró aterrada a su alrededor y como sospechó: no se encontraba en su habitación.

Miró a su captora e intentó ir hacia ella pero tenía los brazos amarrados por detrás.

-¿Qué carajos, Amity? -cuestionó enfurecida. -¿Dónde estamos? ¿Porque el secuestro?

-En primera, pido disculpas por eso -señaló la atadura de la morena. -Segundo, observa bien.

Luz observó con detalle el lugar, lindas estrellas fósforescentes, libros acomodados cuidadosamente y dos puffs en el lugar. Se encontraba en el cuarto secreto de Amity en la biblioteca.
Solo asintió dando a entender que comprendía dónde estaban.

-¿Y sobre la última pregunta? -cuestionó. -¿Por qué lo del secuestro?
Amity se quedó en silencio unos segundos, parecía ¿Aborchonada?

-Tengo que hablar contigo -habló con sinceridad. -Prometo que no es por interés de alimentarme.
Luz arqueó una ceja dudando de sus palabras.

-Bien, te escucho. Pero primero… -señaló con la mirada la cuerda. Amity frunció la boca. -No escaparé, si es lo que te preguntas.

La pelimenta torció la boca una vez más, pero acercó a la morena y la desató. La morena sobó sus manos y la miró.

-Perdona por dañarte, no era mi intención -admitió mirando la muñeca cubierta por un listón morado. -Pero la sed es un sentimiento indescriptible, no puedo simplemente ignorarlo.

Luz desvió la mirada apenada, ella no sabía cómo se sentía la pelimenta y solo la había juzgado injustamente.

-No -habló. -Discúlpame a mí, yo no sabía lo que sentías. No es tu culpa, necesitas alimentarte.

Amity sonrió tiernamente por primera vez, le alegraba que la morena lo entendiera.

-Y ¿Qué es lo que tienes que decirme, Blight? -preguntó coqueta. Amity solo se rió.

Respiró profundo. Iba a decirlo, finalmente iba a declararse.

-Luz, yo… -se acercó a su cara para verla a los ojos. -Tú me haces sentir cosas que nadie más me ha hecho sentir, me haces sentir nerviosa cada vez que estoy a tu lado y siento que jamás podría quejarme de escuchar tu tierna voz, desearía que no dejaras de hablar nunca -Luz la miró con ternura. Tragó saliva. -Lo que quiero decir es que… es que…

Se volvió a quedar sin palabras, se sentía realmente estúpida. Y Luz mirándola de esa forma no le ayudaba.

Desvió su mirada apenada mientras seguía balbuceando. Sintió cómo la morena la agarraba de las mejillas para volver su mirada hacia ella.

Luz le plantó un beso.

-Te amo, Amity -dijo, algunas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. -Te amo mucho.

Amity se sintió en el cielo, esas palabras habían llenado su alma en tan solo unos segundos. Comenzó a llorar y volvió a besar a la morena con dulzura. A Luz ya ni siquiera le importaba su boca ligeramente herida por el beso horas antes, quería seguir disfrutando del beso.

-Y-yo también te amo, Luz -empezó a llorar. -Te he amado desde hace mucho tiempo.

Ambas tórtolas se abrazaron con dulzura besándose de vez en cuando.
Era un momento perfecto.

Amity volvió a sentir la inmensa molestia en su garganta, la sed la estaba matando. Se alejó de la morena tomando su propia garganta, esta vez no iba a cagarla.