Y después de tanto tiempo sin sentirme en la depresión, regreso como si no tuviera otra alternativa, siempre al mismo lugar de inicio; con nuevas heridas, con nuevas experiencias y sola. Esta vez, me sentía ilusionada, pero no como otras veces en las que el amor parece demasiado joven para hacer planes, yo tenia planes, un nosotros inimaginable, con hijos, en una casa, amandonos eternamente. Tres años de mi vida que sentía como cada día nos hacía mas fuertes, nos enamoraba más y lidiabamos con todo como si nada fuera a separarnos nunca, pero un día llego algo con lo que no pudimos y nuestros planes se acabaron. Llegaron los gritos, las inseguridades, las decepciones, los celos, todo esto hizo que nuestra relación terminara en un momento, un parpadeo, y no puedo creer que tanto tiempo dedicado entre ambos, haya valido una publicación en redes sociales hablando de lo mala persona que soy, haciendo pública nuestra ruptura para todas aquellas personas que viven por el desastre humano y solo disfrutan el sufrimiento de otros, pero no todos son así, hubieron personas cercanas que acudieron a mi para que no estuviera triste por lo que estaba pasando, pero no pude evitarlo, no pude evitar pensar que gracias a eso, todas las personas que lo conocen y me conocen, ahora me tendrían en su lista negra, que hay más de una persona ahí afuera pensando mal de ambos, juszgando lo que tuvimos.
Yo derramé lágrimas de desesperación por ver como todo se desvanecía, como el amor de mi vida se iba y entonces llegó a mi esa personalidad fria que no comparte, que no da afecto ni demuestra amor, esa que pone barreras para no ser lastimada, y me funcionó hasta que llegó el día de su cumpleaños, vi como compartía con amigos que una vez estuvieron a mi lado, personas con las que compartí momentos, ese debia ser nuestro momento, yo debía estar ahí, con él, diciendole lo mucho que lo amo y lo feliz que estaba de estar a su lado, tomando fotos y disfrutando el momento, verlo feliz, porque eso era lo que me motivaba, su alegría era la mía y si él estaba bien, yo sería la persona más agradecida. Quisiera poder correr a sus brazos y decirle que lo siento, porque se que esto también es responsabilidad mía, que esto fue por ambos y seguramente es lo mejor. Quisiera poder decirle que lo amo, porque se convirtió en una parte tan importante de mi vida que ya lo veía en mi futuro. Quisiera poder decirle que lo extraño, que no he dejado de pensar en él ni un segundo, porque cada que planeo algo fuera, siento que me falta un pedacito de mi, el que me hace reir y sentir amada. Quisiera poder sentirlo cerca porque cada que me tocaba me hacia sentir que mientras estuvieramos juntos todo estaría bien.
Desearía que nada hubiera pasado y seguir juntos como si nada hubiera sucedido, amarnos y seguir planeando nuestra historia juntos. Fue tan doloroso quitar su nombre de mi calendario compartido, de mis cuentas de banco, quitar su foto de mi cartera, las fotos de mi escritorio, el fondo de pantalla que compartíamos, ver los peluches que sacábamos de las maquinitas, ver los boletos de cine a las peliculas que fuimos, pensar que ni si quiera nos disfrazamos juntos, pensar que al fin podríamos ir a una cena de navidad juntos, la fiesta de graduación, viajes por el mundo que no hicimos, pensar tantas cosas que creí, me hacen sentir tan destrozada, tan sola y abrumada, no quiero sentirme así, le temo tanto a la soledad que no se que haré. Me acostumbré tanto a tenerlo a mi lado que algunas cosas cotidianas se sienten tan vacías sin él y se que ya no es lo mismo, pero ¿sería muy malo querer tenerlo a mi lado? tal vez sea mejor simplemente distanciarnos y que cada quien siga con su vida y nos superemos el uno al otro.