Sᴛᴇᴘ Eʟᴇᴠᴇɴ

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  Felix se había aferrado a su pullover con fuerza, cerrando sus puñitos en la zona del pecho como si así asegurase que nadie que él no aprobase se acercara a él. A MinHo le había causado ternura ver como el pequeño fruncía el ceño y miraba mal a HyunJin cuando su amigo, para molestar al menor de la habitación (porque su DNI podía decir que tenía 20 años, pero mentalmente tenía 2), se acercaba para abrazarle. Una vez incluso había completado la acción, provocando que el bebé comenzase a llorar pidiendo por su primo.

  La situación había sido vergonzosa para ambos. Para MinHo no pasó desapercibida el sonrojo que adornó las orejas de Chris durante lo que restó de tiempo de visita por parte de sus amigos, quienes utilizaban cualquier apertura para bromear al respecto. Y le divirtió la insistencia de la chica pelirroja por ganarse el afecto de Felix, quien terminó cediendo un poco luego de que MinHo le asegurara, en la intimidad de la habitación mientras le cambiaba el pañal que no era una amenaza para quitarle a su primo.

—Lo siento por eso —Chris se disculpó luego de, literal, patear a ChangBin fuera de su apartamento —, no son malas personas, pero son un poco idiotas.

—No te preocupes por eso —MinHo le restó importancia al asunto con la mano que no sujetaba a Felix —; HyunJin tampoco sabe medirse, así que yo también debería pedir perdón por su culpa.

  Sin necesidad de decir nada realmente, se encontraron preparando la cena por cuestión de costumbre. Al estar solos en el apartamento, Felix cedió a quedarse en su sillita, aunque le costó a MinHo unos cuantos mimos hacer que le soltara el dobladillo de su camisa.

—Te quiere más a ti que a mí —Chris hizo un puchero mientras terminaba de hacer la salsa de los espaguetis, entre los dos habían decidido que él se encargaba de la comida para adultos y MinHo de la de Felix.

—Más bien nos quiere a los dos juntos —intentó que su indirecta sonase más como una broma mientras caminó hacia el refrigerador y sacó uno de los biberones de Felix.

  Vio a Chris tensarse y sonrojarse desde el rabillo del ojo. No iba a mentir, a MinHo le interesaba saber si era el único idiota que le contaba a Felix lo que sentía... de hecho, no le molestaría saber qué era lo que sentía su vecino por él en realidad. Por la forma en que había actuado Felix, podía asumir que era algo recíproco, pero quería escucharlo de él. Por algún motivo dar el primer paso le estaba resultando difícil.

—Y-Ya sa-bes lo que di-cen de los niños... no entienden lo que su-sucede a su alrededor y di-dicen lo primero que pien-san... —respondió sin hacer contacto visual con él, estaba nervioso.

—A mi no me importaría —sacó la papilla del refrigerador y la colocó dentro del microwave —, no eres un mal partido —le guiñó un ojo a propósito, causando que el mayor casi dejase caer el cucharón.

  MinHo no quería parecer demasiado atrevido, acababa de decir que le costaba dar el primer paso y ya le había lanzado una indirecta-directa a Chris. ¿Vergüenza? La había perdido esa misma mañana y por lo visto no pensaba regresar pronto.

  Su vecino siguió en un estado de shook sin decir una palabra, lo que hizo que él hablara primero.

—¿Acaso no piensas lo mismo de mí? —ladeó su cabeza a la par que movía sus pestañas en un intento de parecer inocente.

—¡No! Digo ¡sí! —Chris agitó sus manos de manera alocada por los nervios, haciendo que el cucharon cayera al suelo —Eres un buen partido, ¡uno muy bueno y guapo! ¡no lo digo con segundas intenciones! ¡tampoco estoy mintiendo o diciéndotelo por pena yo.... —se agachó en su lugar y escondió su cabeza entre sus brazos, totalmente avergonzado —Lo siento.

  MinHo rió bajito y recogió el cucharon. Tal vez había sido una pregunta muy difícil de responder para alguien tan tímido como Chris, pero verle nervioso siempre le resultaba demasiado adorable.

—Gracias —llamó su atención con un toquecito en el hombro y le sonrió.

  Ambos se quedaron mirándose sin decir alguna palabra, era un silencio demasiado cómodo. Sin proponérselo realmente, la mirada de MinHo cayó sobre los labios de Chris, quien los humedeció sin dejar de fijarse en los del contrario. La temperatura comenzó a subir y ambos se vieron tentados a eliminar la distancia entre ellos.

—¿Besho? —la voz de Felix, quien veía la escena con su cabeza ladeada y ojitos brillosos, les hizo sobresaltar a ambos, volviendo a colocar una distancia moderada entre ellos. Eso había estado demasiado cerca.

—¿Le falta mucho a la cena? —MinHo cambió el tema rápidamente, dando media vuelta para esconder su sonrojo mientras iba a por la comida de Felix — Tengo algo de hambre.

—S-Sí, solo falta un poco —le respondió Chris, sacando otro cucharon de la gaveta y removiendo la salsa.

  Comieron en silencio pues ninguno sabía realmente qué decir. MinHo se quería golpear mentalmente por no haber cerrado la distancia entre ellos otra vez, al parecer la suavidad de los labios de su vecino sería una pregunta sin respuesta por el momento. Mientras Chris fregaba, él intentó dormir a Felix, pero el pequeño parecía no querer cerrar sus ojitos, como si de cierto modo tuviese miedo de que al hacerlo MinHo se iría; lo que irónicamente siempre hacía.

—Creo que realmente no quiere soltarme —le dijo a Chris una vez este llegó a la habitación.

  Su vecino se acercó a su primo y removió su cabello de forma cariñosa. —Lixie, MinHo tiene que irse a casa, tienes que dejarle ir.

—Nio —el bebé negó, aferrándose más a su camisa con toda la fuerza de sus pequeños puñitos.

Lixie —Chris usó un tono más autoritario —, MinHo va a regresar mañana, no seas malcriado.

MinMin, Channie y Lixie, mimir untos —el pequeño se agarró con su otra mano a la sudadera de su primo, sus ojitos feroces demostrando que no pensaba cambiar de opinión.

  Eso le pareció tierno a MinHo, quien se encontró riendo bajito al ver a su vecino regañar avergonzado a Felix por decir esas cosas y pidiéndole que le dejase ir. Cuando el bebé comenzó a llorar, decidió intervenir.

—A mi no me molestaría quedarme esta noche —respondió tranquilo, sorprendiendo a Chris —, esta mañana dijiste que podíamos compartir la cama con Felix mientras veíamos otra película. Es más deprisa de lo que pensaba, pero por una segunda pijamada no va a pasar nada —sonrió —. Aunque necesitaré que me acompañes a casa y, si no te molesta, me dejes traer a mis gatos aquí, no me gusta dejarles tanto tiempo solas. Especialmente a Dory, aun es chiquito y tengo que protegerle.

  Chan asintió, no tenían de otra porque Felix no parecía querer su brazo a torcer y, a decir verdad, a ninguno de los dos le molestaba en lo más mínimo la idea. Por ello, terminaron en la cama, bastante pegados porque el bebé lloraba de no tenerlos lo más cerca posible viendo una maratón de películas de Marvel a un volumen moderado.

  MinHo no sabía en qué terminaría eso, pero pensaba regalarle algún dulce a Felix la próxima vez que saliesen a dar un paseo porque gracias a él era capaz de dormirse oliendo el aroma de vainilla, café y talco de bebé que desprendía Christopher y que a él tanto le gustaba.











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Casi no lo logro, pero ¡aún es de noche así que no mentí! Es algo corto, pero espero que les guste uwu

Nos vemos cuando la universidad me deje volver a sentarme por más de tres horas frente a la pantalla para algo más que hacer trabajos asquerosos. Tengan una bonita semana y cuidense mucho uwu

Pasos de bebé 『ᴮᵃⁿᵍⁱⁿʰᵒ/ᴹⁱⁿᶜʰᵃⁿ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora