Sᴛᴇᴘ Fᴏᴜʀᴛᴇᴇɴ

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  Lo recordaba todo. Tenía un dolor de cabeza horrendo, sentía que le iba a explotar, pero recordaba cada maldito segundo de lo que había sucedido la noche anterior y quería golpearse contra la pared hasta perder la conciencia. ¿Lo peor? Había despertado solo en el piso, el apartamento estaba en completo silencio y la idea de que tal vez MinHo se hubiese despertado antes y dado cuenta del error que habían cometido y huido de ahí.

  Estúpido. Estúpido. Estúpido. Estúpido. Se repitió una y otra vez en su cabeza mientras se apoyaba en la mesita para intentar levantarse. Necesitaba una ducha de agua fría para despejar su mente y pensar en que cara ponerle a MinHo la próxima vez que le viera. Caminó y notó que ni siquiera la ropa de su vecino estaba esparcida por el suelo. Suspiró con fuerza, su suerte era un asco.

  La ducha fría le alivió un poco el dolor de cabeza, pero pasó por la cocina a por alguna pastilla para la resaca de todas formas antes de finalmente entrar a su cuarto a por algo para vestirse. Casi pierde el equilibrio al ver como Felix estaba dormido boca arriba con su manito alrededor del índice de MinHo, quien respiraba a un ritmo pausado demostrando que tampoco estaba despierto. ¿Era esa una de sus camisas?

—Oh —la interjección salió de sus labios sin darse cuenta. ¿Acaso eso significaba lo que él pensaba? ¿Acaso…?

  No tuvo tiempo para perderse en sus pensamientos pues su vecino se removió un poco en su lugar y Chris se espabiló porque no sabría cómo reaccionar si MinHo le veía siendo solo cubierto por una toalla en su cintura, lo cual era algo tonto porque horas antes ambos se habían visto completamente desnudos. Sin darse cuenta en su mente se reprodujo una panorámica de lo que el pelinegro ocultaba bajo sus ropas blancas junto a uno que otro de los sonidos que habían salido de los labios cereza… bien, se pondría ese chándal ancho, definitivamente era la mejor opción en ese momento.

  Intentó salir de la habitación sin hacer ruido, pero su segundo nombre era fracaso y terminó chocando su dedo pequeño del pie derecho contra el borde del armario. Eres un crack. Soltó una maldición por lo bajo y se volteó a la cama con rapidez, suspiró con alivio al notar que MinHo solo se había acercado un poco a Felix. La escena se le antojó adorable y antes de notarlo realmente ya había tomado una foto con su móvil, el que había dejado cargando sobre una de las mesitas de noche.

  Se dirigió a la cocina con una sonrisa, probaría hacer el desayuno. No iba a mentir, tenía miedo de cómo podría actuar MinHo al despertarse, que dijese que todo había sido un error o que le pidiese que fuesen simplemente amigos. Chris no quería pensar, pero su cerebro se especializaba en hacerle imaginar todos los posibles peores escenarios posibles y terminó deprimiéndose un poco mientras volteaba la tortilla en el sartén.

  ¿Había sido un error? ¿Perdería la relación que tenían hasta ahora? ¿Había valido la pena? Las preguntas revoletearon en su cabeza. Para Chris lo que había sucedido no era ni cercano a un error y había valido totalmente la espera, la realidad siempre superaba a la imaginación y de lo único que se arrepentía realmente era de haberlo hecho borracho. Ciertamente recordaba la mayor parte de los sucedido, algunos detalles se escapaban de su mente, eran pequeños y casi que innecesarios, pero él quería apreciar la experiencia por completo, más cuando una parte de él le decía que seguramente sería la única vez que tocaría la suave piel de MinHo sin restricciones.

  Suspiró, la vida realmente le odiaba.

—Eso huele bien —no pudo evitar tensarse cuando unos brazos envolvieron su cintura —, realmente tengo hambre así que agradezco el gesto de que prepararas el desayuno —MinHo había apoyado su mentón en su hombro y le hablaba prácticamente al oído, su respiración chocando contra su cuello.

  Chris se quedó estático en su lugar. Intentaba descifrar qué estaba sucediendo, por un lado era increíblemente obvio, pero por el otro, el pesimista que por alguna razón siempre predominaba en él, le decía que solo se estaba creando una fantasía en su cabeza, que eso no estaba pasando. La realidad le golpeó como un rayo cuando MinHo le dejó un suave beso en el cuello antes de volverse a separar en el momento en que Felix se sintió en la sala.

Pasos de bebé 『ᴮᵃⁿᵍⁱⁿʰᵒ/ᴹⁱⁿᶜʰᵃⁿ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora