Inocencia [Argentina x UK]

6.

Le estaba enseñando a bailar en salón, siendo delicado y preciso, porque siempre era bueno saber desenvolverse en ese tipo de eventos.

—Vas bien —el inglés se movía despacio.

—No puedo —miraba sus pies moverse torpemente junto a los de UK.

—Sí puedes, solo relájate.

UK sostuvo la mano de Argentina con delicadeza y empezó de nuevo. De un lado a otro, deslizando suavemente sus pies para que fuese sencillo de seguir.

—Uno, dos, tres.

—¿Cómo podés bailar, hablar y seguir viendo así de... de...? —lo miró.

El rostro de UK estaba bastante cerca y se avergonzó. Volvió su mirada al suelo de inmediato.

—Sos un capo para esto.

—Es cuestión de práctica.

—Me rindo —volvió a pisar al inglés y se quejó—. Olvidemos esto y vamos por unas birras. ¿Qué dices?

—Arge... Puedes hacerlo, eres talentoso —intentó sonreír, pero solo curvó un poquito sus labios—. Solo respira y yo te guio.

—Bien... Podés... —respiró profundo y se resignó—. Solo un intento más.

—¿Puedo sostener tu cintura? Creo que así será un poco más sencillo.

Para UK pedir permiso ante cualquier contacto físico era imprescindible, pero Argentina sentía que eso solo lo ponía más nervioso o incómodo.

—Bien... —carraspeó—. Pero sólo un rato...

—Será divertido.

Argentina tuvo que usar toda su voluntad para no saltar al sentir la mano ajena en su cintura, porque no quería verse indefenso... o ser descubierto cuando miraba al inglés por unos minutos.

Pero después de un rato, cuando se acostumbró a la guía susurrante de UK, y sus pasos eran menos torpes, dejó de importarle todo y lo disfrutó.

Además, con tal de sentirse igual de embobado y emocionado que al inicio, se quedó horas junto a UK... Bailando ese estúpido ritmo tranquilo y repetitivo... Y percibiendo que de verdad el inglés olía a té de flores.