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—¿Por qué no le dijiste a Arge? —la voz de Francia era suave—. Es algo muy importante.

No quería sonar autoritario con UK, no quería presionarlo, y aun así quería hacerlo entender.

—No se lo dije... debido a la misma razón por la que no te dije a ti cuando me pasó hace tanto.

—Yo no... —ahogó sus palabras al notar el dolor en esa mirada azulada.

—No estuvieron ahí cuando los necesité... y aunque hice hasta lo imposible por contactarlos..., ustedes no respondieron... Nunca respondieron —UK apretó los labios, porque dolía y siempre lo haría—. Pero ya pasó... Dejemos eso atrás.

Pero Francia no dejó que se fuera, lo tomó por la mano delicadamente, temiendo que aquel reino se rompiera como una tacita de porcelana.

—No debes sufrir solo... Él también tiene que hacerlo... Así como yo lo hice cuando me enteré por fin... Cher... No te aísles de todos.

—Ya sufrí por los dos... Con eso es suficiente.

—Pero debe saberlo... Es su derecho...

—No... —alejó su mano de la ajena—. Ya basta...

—Fue su hija, UK... Al menos deja que se entere.

—¿Y para qué? —chistó—. ¿Para que me acompañe mientras le lloro a un monumento en su honor?... No... Prefiero hacer eso solo.

—Cher...

—Francia ya basta.

Pero el francés siempre fue terco, más aún si se trataba de UK, por eso no dudó en ceder un cálido abrazo, acariciando los cabellos de su reino entristecido, y dejando que este desahogara su dolor en medio de hipidos y suaves sollozos.

Se quedó con su amado británico, consolándolo con paciencia, besándole la frente para reconfortarlo, y acunándolo en sus brazos siendo el protector de esos sueños temporales.

Siguió creyendo que Argentina debió enterarse, pero priorizó los deseos de UK.

Inocencia [Argentina x UK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora