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—No, no...

Todo era como una pesadilla.

Porque pasó de estar bebiendo y riendo con sus amigos, a llamar entre gritos, pedir un taxi y casi asfixiarse al correr hacia el transporte que lo separaba de su destino.

—La enfermedad avanzó más rápido de lo que creí —OMS suspiró—. Lo siento.

Lo vio esa mañana, charlaron como siempre, se rieron como últimamente hacían mientras planeaban como avanzar.

Le prometió acostumbrarse a la hora del té para estar con el británico.

Le besaron la mejilla con dulzura al despedirse, y le robó un beso con picardía.

—No, no... —su voz tembló—. Él no...

—Si de algo te consuela... su esencia renacerá pronto.

—Pero no será el mismo —se sujetó el rostro con fuerza—. No.

OMS se acercó para palmearle la espalda en forma de consuelo. Sin imaginarse lo doloroso que sería estar en esa situación.

Y quiso darle algo con lo que Argentina se reconfortara al menos.

—Vi tu marca, Argentina... —se acercó un poco más para susurrarle ese secreto— y sé que no es buen momento... —conectaron miradas—. UK susurraba tu nombre cuando empezó a formarse la marca en su propia mano... Y es la misma que tú tienes en la tuya... Si quieres...

—¡No!

OMS se sorprendió tanto con esa rotunda negativa, que se alejó un paso. No sería la primera vez que enfrentara un ataque de ira ante tan dolorosa noticia.

—¡Cómo me hace esto! Si nos estábamos dando otra oportunidad después de tanto sufrimiento.

—Arge, supe que ustedes vivieron un tiempo maravilloso juntos... Piensa en eso.

Pero el latino no dijo nada.

Derramaba sus lágrimas en silencio, sin sollozar siquiera.

Perdido en una promesa por ser lo más felices que pudieran en esa vida terrenal.

—Puedes pasar y verlo si quieres... Antes de que Inglaterra se lo lleve.

—No... No puedo.

—Lo sé... Lo siento.

Inocencia [Argentina x UK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora