dulces 3

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Los chicos ya tenían su gran plan completo, Kaede y Himiko se alistaban para salir del lugar mientras que Shuichi ponía una cobija sobre Kokichi, quien dormía plácidamente en el sillón de su camerino.

Así fue como los tres jóvenes partieron, cerraron la puerta y comenzaron a caminar para buscar a Miu y pedirle de favor que los ayude.

Miu: ¿Qué el idiota del jefe está qué?

Kaede: lo sé... Algo un poco raro...

Shuichi: ¿Nos prestarás tus conos?

Miu: ¡Kyahahaha! ¡Oh, Dios, no puedo! ¿¡Me vas a decir que tú y el señor Ouma estuvieron una hora solos, encerrados y encima uno borracho!?

Himiko: ¡N-no lo grites!

Miu: no puedo evitar pensar que varias cosas interesantes pasaron ahí

Era obvio a lo que Miu se refería pero a la mente de Shuichi solo llegaron tortugas ninja mutantes adolescentes piratas cyberpunk, una rata humanoide jugando juegos de azar, un Harry Potter policía y su jefe matando a John F. Kennedy porque satanás se lo ordenó.

Shuichi: Sí... Más de lo que te imaginas

Ante esto Miu explotó de la risa al ver lo inocente que se vió Shuichi, tuvo que ser varias veces reprendida pero finalmente accedió a ayudar, claro que con una condición.

Miu: quiero que me paguen el almuerzo por un mes

Kaede: ¡Una semana!

Miu: dije un mes

Kaede: ¡Dos semanas!

Miu: UN MES

Kaede: ¡¡Tres semanas!!

Miu: . . . Trato hecho

Kaede: :D

Los cuatro chicos fueron a paso rápido hasta el almacén del circo, Miu comenzó a buscar los conos de seguridad junto a los demás, al parecer ni ella ni Souda eran capaces de poner las cosas en su lugar por lo que era casi imposible encontrar todos los conos.

Miu: Qué coincidencia que justo haya sido hoy — dijo mientras movía las cajas

Shuichi: ¿A qué te refieres?

Miu: ¿No sabías? El señor Byakuya vino hoy, por fin le levantaron el castigo y vino personalmente para hablar con el señor ouma durante el ensayo

Kaede: ¡Cierto! Eso era lo que quería hablar con el señor Ouma, supongo que terminó teniendo suerte

Shuichi: . . . Y. . . ¿El señor Ouma sabía de eso?. . .

Himiko: era imposible que no lo supiera

De pronto, Shuichi comenzó a juntar puntos, ahora todo tenía sentido y su expresión cambio a una muy enojada.

Quizás las chicas no lo habían notado, eso porque ellas no conocían tan bien al señor Ouma como Shuichi lo hacía, pasar tantas semanas trabajando para él, siempre estando a su lado, era imposible que Shuichi no lo conociera lo suficiente.

Sin duda alguna, Kokichi era el tipo de persona capaz de elaborar un plan en extremo complicado e infantil para no tener que ver a Byakuya.

Shuichi: dejen de buscar

La voz de Shuichi era muy seria y hasta daba algo de miedo, las chicas lo voltearon a ver con duda pero no hubo respuesta, Shuichi solo se fue caminando a paso firme, directo al camerino de su jefe.

Abrió la puerta y lo miro directamente, Kokichi estaba durmiendo plácidamente en el sillón, se veía en extremo adorable tomando un extremo de la cobija con su mano y abrazándolo como un peluche, Shuichi hubiese caído fácilmente en la belleza de su jefe sin ningún problema, pero se mantuvo firme.

Era impresionante la falta de culpa en él, dormía como si no hubiera engañado, asustado y manipulado a sus trabajadores con tal de no afrontar las consecuencias de sus actos infantiles y delictivos.

Shuichi tomo la cobija y se la arrebató a Kokichi haciendo que este se despertara de golpe.

Kokichi: ¿¡E-eh!?

Shuichi: señor Ouma, tiene un ensayo al que asistir

Kokichi de nuevo intento hacerce el loco, fingía tener otra vez sus alucinaciones, incluso llamo a Shuichi "mamá" como un intento desesperado de librarse, pero ya era tarde, Shuichi lo había descubierto y ya no le creía.

Casi como si hubiera olvidado que era su jefe, Shuichi tomo a Kokichi como si fuera un niño y lo saco del camerino a la fuerza.

Kokichi: ¿¡Qué demonios hacés!? ¡Suéltame!

Shuichi: lo siento señor

Kokichi: ¡Hag!

Cómo último intento, Kokichi se agarró hasta las uñas de uno de los pilares de madera que sostenía la carpa,

Kokichi: ¡Espera! ¡Y-yo te pagaré tiempo extra!

Shuichi: no va a estafarme 

Kokichi: ¡No es una estafa, es una oferta!

Por fin Shuichi pudo hacer que Kokichi soltará el pilar y lo siguió llevando hasta el lugar donde sería el ensayo.

Kokichi: ¡No hagas esto!

Shuichi: es mi deber como su mano derecha

Kokichi: ¡N-no! ¡Hag! ¡SHUICHI!

Con esto logro hacer que Shuichi se detuviera, miro a su jefe sorprendido, como si no creyera lo que acababa de escuchar.

Ante sus ojos estaba un Kokichi temblando con los hombros levantados y un fuerte sonrojo, no lo había visto así desde que le hicieron esa broma al padre de Byakuya, realmente verlo así era algo que solo él tenía el honor de presenciar, más que nada por las situaciones que han llegado a vivir.

¿Para que negarlo? Las expresiones inocentes de Kokichi eran su más grande debilidad y el hecho de que dijera bien su nombre lo hacía peor.

Shuichi: ¿Cómo... Desde cuándo puede decir, mi nombre?

Kokichi:... Me sentía algo mal de que no podía pronunciarlo bien así que... Practique con Kaito y Gonta toda la noche...

Kokichi bajo la mirada con pena y sus mejillas sonrojaron todavía más tras revelar aquello.

Shuichi: S-señor Ouma... Y-yo...

La situación había cambiado completamente, Shuichi se sentía feliz y honrado, tanto que soltó a Kokichi con la intención de ya no parecer tan brusco.

Los dos se miraron unos pocos segundos, sonrojados y con una ligera sonrisa en sus rostros, pero no duró mucho.

Kokichi: ¡Ja! ¡Buichi Idiota!

Todo había sido otro macabro plan de su jefe para que lo soltará y así salir corriendo a toda velocidad.

Ese día se convirtió en una persecución extensa, claramente Shuichi nunca pudo alcanzar a su jefe, pero no era necesario.

El propio Kokichi por no ver enfrente choco con su peor temor, Byakuya Togami enfrente suyo, y así ya no pudo escapar más de su cruel destino.














Que tampoco fue para tanto, solo un regaño y un largo discurso sobre responsabilidad, pinche exagerado.

el circo - saiomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora