My Cat Is In Your House 「Hyunho」

5

Doongie se había perdido.

Minho estaba horriblemente devastado.

Hyunjin, Jisung y Bangchan intentaban consolarlo.

La cosa va así, Doongie se salió y como solía regresar pocos minutos después no le dio importancia, pero ya había pasado mediodía y el gato no regresaba. Eran como las 8 de la noche y toda la cuadra estaba buscando al gato de Minho mientras este último estaba en su casa con sus dos amigos y su ser que no cree que debería gustarle, que ahora también era su amigo, intentando consolarlo.

— ¡Doongie! — Gritaba Felix llamando al animal por toda la calle, alumbrando con la linterna de su teléfono. — ¿No es ese?

— No. — Dijo Changbin.

— De repente todos los gatos son idénticos a Doongie pero más pequeños o grandes pero flacos. — Recalcó Seungmin.

Y era verdad, cuando perdías a tu gato de repente todos los que salían eran exactamente igual a él y sólo tú podías reconocer a tu gato dónde sea, pero resulta que Minho no estaba para saltar enseguida apareciera el animal por la calle. Así que los cuatro chicos, porque también estaba Jeongin, la tenían algo complicada.

Luego de quince minutos regresaron a casa de Minho con las manos vacías.

— No lo encontramos por ahí. Pero seguro regresa mañana. — Informó Felix, algo decepcionado por no haber logrado cumplir su misión.

Minho, quien estaba llorando y por fin se había calmado un poco, había vuelto a llorar aún más fuerte.

— ¿Y si, y si no re-regresa nunca más? Seguro tiene hambre, frío, está mojado y está ca-cansado. — Su cuerpo daba pequeños brincos y sus ojos no paraban de soltar lágrimas.

Lee se volvió a poner a chillar en el cuello de Hyunjin, su cabello castaño siendo acariciado por este en un intento de calmarlo.

— Es solo un gato, Minho, ellos salen y vuelven hasta dos semanas después. No es para tanto, regresará en cualquier momento. No te deberías preocupar. — Dijo Jeongin encogiéndose de hombros.

Entonces Minho dejó de llorar abruptamente. Levantando su cabeza del cuello de Hyunjin y mirando al peliazul que acababa de hablar.

En ese momento Yang Jeongin sintió el verdadero terror.