Capítulo 1: Querer ser un héroe

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Las historias de fantasía, un mundo donde poder perderse y no aburrirse jamás. Relatos llenos de aventuras, emoción, suspense, todas esas emociones que a uno le hacen vibrar con cada palabra, con cada página, sin duda...son algo especial que pueden llegar a ayudar a que alguien luche por sus sueños, por aquello que desea replicar en su día a día.

En Ciudad de Bandle, una dimensión alterna de Runaterra, vive una jovencita que quiere llegar a ser como los héroes y heroínas que conoce en los cuentos. Su nombre, es Poppy, una yordle joven de pelaje añil, de baja estatura y con el pelo rubio, dorado como los rayos de sol. Poppy aun siendo muy pequeña entendía que lo que de verdad hace a un héroe, no es la fama, su arma, o su gran poder, lo que de verdad hace a un héroe ser lo que es, son sus acciones, su bondad, su capacidad para mover los corazones de los demás en la buena dirección.

La pequeña yordle siempre se lo había escuchado decir a su abuelo Gregori, uno de los mejores herreros de la ciudad, un yordle sabio de edad avanzada, pero que sin embargo aun tenía mucho que decir. Poppy perdió a sus padres cuando aun era una bebe, un fatídico día donde trataban de conseguir una planta medicinal muy poco común que solo crece en la parte más occidental del monte Targón. Con dicha planta, la mama de Poppy Azula, una curandera experimentada quería intentar curar una enfermedad muy grave que había afectado a su pequeña desde su nacimiento, y esta al empeorar no había dado más remedio a la familia que salir de Bandle para poder buscarla. Su padre Edwin había consagrado su vida a la aventura, a viajar por todos los rincones de Runaterra y también era un excelente luchador, no obstante....para llegar de nuevo al portal que ambos habían usado para cruzar a Runaterra, la familia debía pasar por las Islas de la Sombra, un bastión de la muerte y la oscuridad en el mundo controlado por el espíritu atormentado de un hombre que perdió de vista lo que más amaba, consumiendo en su locura al resto de su reino.

Ese espíritu conocido como Viego, más tarde adoptaría el nombre de Rey Arruinado y armado con una espada mágica, odio y un ejército de almas atormentadas buscaría sembrar el caos en el mundo para recuperar aquello que le fue robado.

Así pues, durante su travesía por aquel páramo dejado de la mano de los dioses, Edwin y Azula fueron interceptados por Thresh, el Carcelero implacable, un espectro que disfrutaba coleccionando almas y torturando tanto mental como físicamente a sus víctimas. En un intento desesperado por proteger a su pequeña hija, Azula le confió su tesoro más preciado a su padre Gregori, quien pese a oponerse en un primer momento a tal decisión acabó por ceder con un enorme dolor en su corazón. Desde ese día....Poppy ha sido criada por su abuelo en su casa de Bandle, enseñándole todo lo que sabe, para que un día, ella llegara a ser tan buena herrera como él.

El problema....era que Poppy era un torbellino de energía inagotable, una yordle que se lo cuestionaba todo y preguntaba todo lo que se le pasaba por la cabeza. Eso era algo....que tenía preocupado a su abuelo, pues si seguía así algún día se metería en líos. Pese a todo, la pequeña yordle era muy cariñosa y respetuosa con él y con todos los demás aldeanos, siempre con una sonrisa estaba más que dispuesta a ayudar a los demás, algo que le había inculcado Gregori.

Si hubiera algo más que decir de Poppy, es que le encantaban las novelas de aventuras con protagonistas heroicos. Le fascinaba todo de su mundo, y cuando su abuelo le leía de estos cuantos antes de irse a dormir, ese era su momento favorito del día. A veces, Gregori dejaba una historia a la mitad, de ese modo conseguía que Poppy se portara bien para que siguiera con ella la noche siguiente.

Así poco a poco los años fueron pasando sin percance alguno, hasta que Poppy cumplió los 16 años. Ese año, sería muy especial, pues su vida poco a poco iría descubriendo ante ella un nuevo camino por el que seguir.

Una mañana de finales de agosto, Ciudad de Bandle

- ¡¡Abuelo, voy a salir un rato a la calle, mis amigos me están esperando cerca del bosque!! - gritó la joven para que su abuelo la escuchase, dado que andaba ocupado con las herramientas de la forja, acabando un pedido que le había hecho la semana pasada el panadero de la aldea, un viejo amigo suyo.

Un Amor de Pequeñas DimensionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora