capítulo siete,
olvido de estrellas
ELLA se está ahogando en neón sacarina y lánguidas eflorescencias, ondas saladas y vetas de ébano cayendo en cascada por sus mejillas. Por una vez, la chica de la que se sospechaba que era radiante, sonriente, no era todo vitalidad y alegría. Más bien, estaba envuelta en fragmentos de angustia, envuelta en un manto de obsidiana y alabastro de melancolía. Francisca 'Frankie' Andrews estaba sentada en la barra de Las tres escobas, un residuo dorado enfermizo y dulce rodeando el borde del vaso frente a ella, y restos de cerveza de mantequilla olvidados en el fondo. La tinta índigo con manchas de lágrimas le costó el trozo de pergamino amarillento y áspero que agarraba entre sus manos blanqueadoras y temblorosas. La mente voluble empapada de siluetas, plagada de fantasmas que se avecinan y una oscuridad inextinguible que ninguna cantidad de whisky remojando su garganta en las luces más oscuras de la noche podría parecer borrar o satisfacer. Estaba completa, total, sanamente perdida, una seda acababa de tragarse el camino que se suponía que la guiaría a lo largo de su vida, y estaba tambaleándose, sobre manos callosas y rodillas desgarradas.
Los ojos de Frankie recorren las palabras una y otra vez, y parece que no puede visualizar la verdad, o la realidad, encerrada en las oraciones derivadas. Tu padre y yo vamos a pedir el divorcio, tu padre y yo vamos a pedir el divorcio, tu padre y yo vamos a pedir el divorcio. Lo repite como un mantra melancólico y, por una vez, los susurros que salen de su lengua empapada de alcohol no son canciones de alegría contagiosas, sino un soneto escrito por el más angustiado de los poetas. Frankie traga. Duro. La bilis se arrastraba por su esófago. El carmesí que pintaba los surcos de sus uñas, que se había desvanecido con el tiempo, estaba siendo recogido con saña, con vehemencia, sin ninguna precaución. Las corrientes de su torrente sanguíneo habían sido mutiladas, preparadas por el veneno más vil - decepción, tristeza, angustia, un ingenuo malentendido. ¿Cómo es posible que dos personas que una vez pensaron en el mundo del otro... simplemente se desenamoren? ¿En qué momento de esta frágil vida perdieron esos sentimientos? ¿En qué momento de este fragmento de tiempo que recibieron esta piedra giratoria dejaron de preocuparse? ¿Y en qué momento estuvieron de acuerdo con esta decisión final y que afectó su vida sin siquiera discutir que estaban infelices, que el fuego de su amor se había convertido en brasas, cenizas y, finalmente, en nada, con Frankie?
—Es la tercera vez esta semana, Frankie —dice Rosmerta, mirando a la chica de piel oscura con tristeza posada en el taburete andrajoso y tambaleante, vertiendo algo que parecía ambigua y delirante como whisky en un vaso. Los ojos de Frankie se deslizan hacia arriba, analizando los campos desolados de pecas esparcidos por su bonito rostro—. ¿Pasa algo, cariño? —Cuando Frankie no dijo nada, Rosmerta deslizó el vaso a lo largo de la barra hacia el viejo mago encapuchado que lo había solicitado, antes de inclinarse sobre la madera ornamentada de la barra, mirando fijamente las esferas de Frankie de color marrón oscuro, largas pestañas que enmarcaban los misteriosos orbes—. Sabes, debería 'escribirle' a Dumbledore para decirle acerca de tu encuentro aquí, saltándote clases y todo eso —La mirada impasible e imperturbable que mantenía ilegible el rostro sombrío de Frankie hizo que Rosmerta gimiera en voz alta—. Vamos, cariño, no voy a delatar a la hija de Charlie Andrews, ¿verdad? —Ante la mención de su padre, Frankie se puso rígida y clavó las uñas en el pergamino—. Dile a Ros lo que está pasando.
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SHALLOW ━━ regulus black ✓
Fanficdos vidas en juego, y ninguno pudo evitar lo que hicieron ━━regulus black x fem! oc ━━original de malignant ━━cover by intelestelaris ━━traduccion de mysticxrt