CAPITULO 6

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Deber

— No la hay está vez

Namjoon gruñe en respuesta; que lo acorralen jamás fue una opción para él.

— Se supone que este es un movimiento que el líder no haría ¡maldición!— el alfa golpea las manos en la mesa.

—No hay reglas en el juego — SeokJin permanece sentado, sus manos frías por el hielo en el whisky.

— ¡Las hay! — grita Namjoon y golpea la pared, un hilo de sangre aparece entre sus nudillos, él ni siquiera lo mira, todo su plan el que pasó años elaborando cuidadosamente, midiendo sus pasos,  cuidando sus palabras, labrando su camino y haciendo favores, se fueron a la mierda cuando un hombre entró en la ecuación.

—El matrimonio es definitivo

Namjoon lo escucha pero sacude la cabeza permitiendo que Seokjin lo vea tal cómo él es, un ser perdido y frustrado. 

Vacío. 

—Estábamos preparados por para un cambio en los planes y es este — el alfa lo mira y Seokjin lo examina.

Namjoon es grande y sus músculos no son una broma, él es más alto que Seokjin. Su cabello es del color plata, lacio y corto sobre los laterales lo que permite admirar de lleno su perfil.

Él lo mira con desesperación empuñando sus manos.

—No vuelvas a lastimarte — pronuncia las palabras acercándose al alfa, toma su manos entre las de él — no debemos perder la calma, no ahora.

SeokJin lo guía hacia el sillón y desaparece por el pasillo, el regresa con el botiquín de primeros auxilios y se inca ante Namjoon; moja el algodón con antiséptico y da pequeños toques sobre la piel abierta.

Namjoon lo mira y sigue sus movimientos, las pestañas de Seokjin se mueven con lentitud cada vez que cierra los ojos, cómo el aleteo de una mariposa en cámara lenta. Sus pómulos resaltan desde esa posición y sus labios rojizos y rellenos se abultan en su boca, el alfa alcanza su mejilla con la otra mano y su corazón late de dolor cuando Seokjin se recarga en el toque, cerrando los ojos.

Entonces ve a Seokjin cómo sólo él puede verlo, rotó y en pedazos. Lejos de su máscara de  estoicismo entonces las palabras de Taehyung resuenan en su cabeza.

'No necesita alguien que lo rescate, un amigo viene bien'

Namjoon sacude la cabeza y aprieta su agarre en la parte posterior de la cabeza de Seokjin haciendo que lo mire para encontrar esa mirada quebrada en sus ojos, esa mirada perdida que coincide con la suya y es que Namjoon tiene el suficiente valor para mirar de frente a Seokjin. Y sin mucho que decir lo atrae en un abrazo protector, apretado y que lo encierra todo, el capullo de seguridad que Seokjin necesita tanto pero que nunca pide. El alfa lo levanta y lo coloca sobre sus muslos sin soltarlo sintiendo como el omega tiembla y el cuarto sigue con el mismo olor así que el libera sus feromonas tratando de hacer de su habitación un lugar seguro para el ser que se agita entre sus brazos.

—Juré que te iba a proteger— se dice así mismo — estoy aquí pequeño omega.

—Lo estás — responde Seokjin con la voz carente de emociones pero con los dedos aferrados a la camisa del alfa, respirando el aroma familiar que lo arrulla, Seokjin encoge sus piernas deseando que Namjoon pudiera absorberlo.

El timbre resuena en todo el departamento y el alfa se ve obligado a acomodar a Seokjin sobre el sofá

—¿¡Cómo que te casas?! — gritó Taehyung agitando los brazos con furia —¡¿Que mierda se cree que está haciendo?! — exclama iracundo golpeando el pecho de Namjoon cuando el alfa lo sigue de cerca después de abrirle la puerta

El precio del omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora