El precio del omega

CAPITULO 11

Luna de miel

— ¡No! — empezó a gritar al encontrar el rostro de su amado lleno de sangre—No me hagas esto por favor—seguía gritando acariciando el cuerpo inerte de su enamorado, tratando sin éxito de limpiar la sangre que brotaba de su nariz, su brazo estaba bañado en sangre pues la cabeza del hombre parecía tener una hemorragia en la parte trasera.

—Tenemos que irnos de aquí— escucho a alguien detrás de él— ¡Ya!

—No, ayúdame — pidió entre sollozos con desesperación aferrándose a la manga de su saco— el estará bien, solo ayúdame a llevarlo al hospital, ayúdame— pedía en medio de su desasosiego— ¡Por favor! — intentó aferrarse al hombre tendido frente a él, con los labios pegados a su frente, llenándose de sangre — perdóname amor, no quería hacerte esto, perdóname. — rogaba al cuerpo de su amado.

—Mírame, está muerto— lo tomaron de los hombros, arrastrándolo lejos de su amado— tenemos que irnos— lo agitaron fuertemente cuando se retorció en el agarre tratando de escapar.

— ¡Váyanse ahora!— gritaron

— ¡Está muerto, entiende!–

— ¡No! No, no, no —

— ¡Está muerto, ya no existe!—

—Yo lo maté, yo lo maté— empezó a hiperventilar

—Es cierto, tú fuiste la causa— esa voz lo hizo encogerse.

—Yo lo mate, yo lo maté— repetía

—Exacto, tú fuiste— esa voz otra vez

—Hey, despierta — un fuerte olor a cedro lo embargó y no era ningún aroma conocido— hey, es un sueño. Despierta.

Sin pensarlo se abrazó a la persona fuertemente, emociones bastante viejas y que creía muertas lo abrumaron. Su mano temblaba ligeramente mientras buscaba fundirse en los brazos seguros.

—Perdóname...— susurró— perdóname mi amor — volvió a susurrar esta vez aún más bajo, apenas un murmullo, YoonGi debió de darse cuenta que Seokjin seguía atrapado en los restos de su pesadilla así que no presionó más, lo acunó tratando de alejar lo que sea que lo había puesto así, aun entre sus brazos lo fue dejando poco a poco en la cama hasta que lo hubo acostado.

— ¿Quién es tu amor? — preguntó Yoongi sintiéndose un estúpido por preocuparse por alguien que evidentemente seguía pensando en algún amante imposible. Lo cierto es que el instinto de su lobo lo inducia a protegerlo — ¿En verdad eres una escultura de arte que se vendió al mejor postor?—sonrió, arrastrando su dedo desde la frente hasta la mandíbula del omega antes de salir y dejarlo dormido.

La noche era agradable, YoonGi se encontraba en la terraza con el lago frente a él con un vaso de whisky en la mano, miraba la absorbente oscuridad que consumía los troncos de los árboles, convenciéndose en que había tomado la decisión correcta, su madre estaría feliz de presentar al omega, y su padre estaría complacido, eso era lo importante el último paso era el hijo que tendrían para a completar la alegría de sus padres y entonces él y el omega seguirían en sus respectivas vidas. Una vida común y corriente.

'Solo dales un nieto' se dijo a si mismo bebiendo del vaso.

¿Y cómo se supone que haría eso? Se preguntó, no veía mucha iniciativa de parte de Seokjin y él no sabía cómo propiciar la situación, a menudo él solo elegía un omega del montón que estaban dispuestos a cumplir sus caprichos, sin ataduras ni compromisos, y eso solo sucedía en sus celos y muy esporádicamente fuera de ellos y lo cierto era que tenía una compañera casual; con Seokjin, sin embargo, era diferente él era su esposo y evidentemente había un compromiso.