Capítulo 8: Team Midnight

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Me pareció que una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, porque de pronto estaba muy despierta y en estado de alerta. A mi lado, Misaka permaneció inmóvil, con la mirada fija en el último hombre que entró, el del parche. Nunca la había visto así, me daba la impresión de estar junto a una bestia salvaje lista para atacar a su presa, incluso cuando intente tomar su brazo me pareció que si lo hacía iba a herirme de alguna forma.

—Voy a transformarme, aprovecha ese momento para escapar —le susurré en el oído, después de todo, yo misma me había metido en este problema y me buscaban a mí por las carreras.

—¿Algún secreto que quieran compartir? —preguntó el hombre del parche.

Su voz era grave y algo áspera, supuse que se debía a que fumaba. Él parecía relajado y caminó hasta el sillón donde hacia un momento atrás, habíamos estado con Misaka. Se sentó, con el cigarro en la mano y nos miró. Yo no estaba segura de que pudiera apreciar nuestros rostros, ya que la luz se había cortado (sospeché que ellos tuvieron algo que ver con eso), solo la luz de la luna llena iluminaba nuestras espaldas dándonos mayor visibilidad a nosotras sobre los invasores que teníamos en frente.

El hombre del parche dio una pitada a su cigarro y dejó escapar el humo con cierta lentitud, el cual dibujó una tenue cortina serpenteante, impidiéndonos ver su cara.

—Michiru Kaioh —comenzó a decir aquel hombre.

Mi corazón latía tan fuerte que me daba la impresión que en medio del silencio de la noche todos en aquella habitación podían escucharlo.

—20 años, recibida con honores de la preparatoria Juuban, violinista exitosa, artista... ¡ah, así que pintas —continuó hablando.

Sentí que se me dificultaba respirar por los nervios de ese momento, pero era buena disimulando ese tipo de cosas.

—Muy bonita, por cierto. Dime, Michiru ¿Qué hace una niña tan linda en carreras de motos?

Yo no respondí, mis pensamientos se superponían a gran velocidad, intentando descifrar a aquel hombre, sus intereses, sus intenciones y, sobre todo, las posibilidades que Misaka y yo teníamos de salir ilesas.

—Eres tú ¿No? La del cabello ondulado —dijo mirándome primero a mí y luego a Misaka.

Cuando el humo de su cigarro se disipó, noté que Misaka intentó llevarse la mano a su pecho y ante el movimiento el resto de los hombres la apuntaron con sus armas.

Me adelanté adivinando que pretendía transformarse allí mismo y tomé su mano apretándola con fuerza.

—Son dos muñecas, Kasumi. Podríamos divertirnos un poco antes de matarlas —sugirió un tipo desagradable que nos apuntaba con lo que parecía ser una una pistola.

Sólo un movimiento de sus manos y quizás nos matarían antes de que logremos transformarnos, pero tampoco podíamos delatarnos así, perjudicaríamos al resto de las sailors. Pensé e intenté concentrarme.

—No, nada de diversión esta noche, muchachos ¿No ven que son dos señoritas? —dijo algo irónico el hombre del parche que respondía al nombre de Kasumi.

Sus ojos recorrieron mi cuerpo, desde mis zapatos hasta mi pecho, y allí se detuvieron.

—Además de viejo e idiota, también eres un cerdo —lo insultó Misaka, aparentando calma. Por el tono de su voz supe que definitivamente estábamos en un gran problema —la ropa que una mujer elije usar, no la convierte en una cosa u otra, son los tipos como tú que tienen la mente sucia, quienes piensan que un escote les da el permiso de hacer lo que quieran... Pero si no sabes como tratar a una mujer, yo puedo enseñarte —declaró Misaka.

Evening Sky - Haruka x MichiruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora