Desaparecido

66 7 10
                                    

Fuyuhiko descendió del helicóptero prácticamente corriendo, no podía creer la historia que sus hijos habían contado del ataque, pero, sobre todo, el saber que Hiroki —por los rastros de sangre—, podía estar gravemente herido o muerto, esa suposición lo tenía hecho un manojo de nervios. Desde que conoció al Caramel lo quiso y protegió como su hijo, por eso no dudo en buscar el mejor de los rastreadores y llevarlo de inmediato al resguardo.

Desde el segundo vehículo aéreo el baquiano observó la conversación que su "jefe" sostenía con varios hombres que presumió eran Alpha. Se sentiría desilusionado cuando supiera que por cuestiones de trabajo su hermano no pudo viajar y lo envío a él como sustituto... llevaba meses con esa idea en la cabeza, a veces se preguntaba porqué no lo dejó morir, él había sido adoptado por la familia Moriarty debido a que Albert quería a William y este no lo dejaría.

Se volteó para alistar sus pertenencias, pocas realmente, un maletín con ropa para dos días y una carta de presentación. Una vez en tierra fue recibido por la Alpha que demostró su liderazgo con las guerreras, la mujer lo detalló fijándose en la herida que tenía en el rostro, cubriendo con el cabello la cicatriz que estúpidamente se hizo cuando niño, atisbó el ambiente enrarecido por las feromonas de tristeza, ira y miedo.

Antes de que se le hiciera algún reclamo o desprecio, preguntó por el Fuyuhiko-sama, entregando el sobre con lo escrito por William. Los ojos negros del representante del Consejo lo analizaron y con una sonrisa, estrechó su mano dándole la bienvenida, algo que le sorprendió, ya que nadie parecía tomarlo en serio. De allí en adelante la conversación giró en torno a los hechos de la noche anterior, la verdad es que se había convertido en un amante de la vida citadina, utilizando sus ventajas como lobo en el momento que el trabajo le requería, y entre menos tiempo pasará en ese lugar, para él era mejor.

Fuyuhiko se apreciaba de conocer a las personas, si William había enviado a Louis era porque temía por su vida en Londres o porque realmente era bueno para el trabajo, decidió aceptarlo, pero donde algo le llegase a pasar a Hiroki, el mismo destrozaría el cuello de ese chico con sus fauces.

En la casona el rubio de ojos escarlata se acomodó las gafas para escuchar el relato de los presentes en la jornada de cacería. Por más que quiso evitarlo, su mirada de inmediato se detuvo en un castaño que decía ser un Beta y ruso, comenzó la conversación en el idioma que por necesidad había aprendido, Takafumi recibió el reto con bastante alegría, por lo visto quien fuese "el investigador" no era tonto, así que pensó después del interrogatorio solicitar un favor especial al padre de los Usami.

Así pasaron hasta casi mediodía, nadie sabía nada, todos estaban preocupados por protegerse o cuidar a los grupos de jóvenes y destinados, por lo tanto, solo quedaba ir al lugar donde encontraron la sangre.

Con respeto pidió a Kirishima hablar con su hija, la única que podía contar que hizo Hiroki cuando salió tras el causante de lo que pudo ser una tragedia de grandes proporciones. El castaño a regañadientes lo llevó donde la cachorra. La niña que jugaba en el patio con el gatito que Yokozawa le había dado, lo cargó ante la mirada de los dos hombres.

El ojiescarlata se sintió intimidado por la manera como la preadolescente escudriñaba sus movimientos, esto era peor que encontrarse bajo la supervisión de William cuando quería sacarle un secreto.

—No es tu obligación, pero sabes que deseo lo mejor para tu tío —pronunció Kirishima procurando mantener la calma.

—Iré con el Gamma y le contaré lo que Sorata vio —pronunció Hiyori con decisión, su padre aceptó entendiendo que la presente era Selene y no su hija.

Al dar la vuelta captó como Louis se hallaba estupefacto por haber sido descubierto, los de su estatus se creían extintos, así que en las manadas su rol como cazadores había sido tomado por los Deltas que también eran hábiles como soldados. Para el rubio, ser un Gamma cuando sus hermanos eran Alpha, le favoreció ya que pudo camuflarse por las características que compartía con los Beta, por lo menos no sufría del periodo de celo y tenía la posibilidad de elegir comportarse como un Omega o como un humano común y corriente por lo leve de su aroma.

La niña y el rubio caminaron hasta el lugar, a prudente distancia la presencia de dos pelinegros los seguía, los hermanos Miyagi y Yasuda habían sido encomendados para protegerlos de cualquier agresión.

Louis olfateó el ambiente, al igual que Miyagi tenía la capacidad de hacerse imágenes mentales detalladas con un simple rastro, y la sangre de Hiroki era más que suficiente. Se movió con sutileza determinando lo que las diferentes pisadas de los que llegaron primero a buscar al Caramel habían ocultado. Se enfocó en la cabaña, el candado en la aldaba era la clave de quienes se escondieron simulando que su estadía había sido momentánea.

Miyagi lo observó con cuidado, el hombre fue presentado como un Beta, pero cada uno de sus movimientos indicaban que a ese grupo no pertenecía. Yasuda también lo notó, el rubio parecía saber de su trabajo, pero al final, igual que todos los que asistieron anteriormente, su respuesta fue que el rastro se perdía en un punto como si hubiese desaparecido.

Fuyuhiko escuchó desesperado, ¿quién podría esfumarse en el aire? Tenía ganas de seguir la discusión y hablar un poco más con el Cazador, pero había dejado al resto de la comitiva en Tokio por salir corriendo a buscar al Omega. Tan pronto como escuchó el arribo del helicóptero, salió a recibir a los otros miembros representantes de los Mayores.

El Gamma recogió su maletín y la libreta de apuntes, mirando al Alpha que se quedó con él, preguntó por su habitación para asearse.

Yasuda se aproximó midiendo a Louis, Hiyori le había denominado Gamma, era la primera vez que conocía a uno, y en realidad tenía curiosidad. El chico era delgado, con una cicatriz en el rostro y un ligero pero agradable olor a algodón de azúcar y un toque ácido de tamarindo.

—No hay habitaciones disponibles en la Casa —pronunció como una sentencia situándose en la espada del rubio mientras estudiaba el cuerpo que poseía—, pero si desea podemos compartir la mía.

—No hay necesidad, Fuyuhiko-sama ha determinado que se quede conmigo y mi hijo —pronunció Kuzmin haciendo una reverencia al joven inglés.

Gou los vio interactuar, era claro que ese hombre era una molestia en todo aspecto, además de parecer estar muy bien relacionado con los Usami, ya que ambos hermanos lo protegían como si fuera parte de la familia. Los acompañó hasta la puerta de la Casa de Gobierno, con respeto se despidieron para el más alto ayudar al visitante con su equipaje.

—Parece que necesitas una pareja y rápido,

—Lo dice la persona que después de diez años parece haber encontrado su destinado —respondió el de gafas a Kirishima que se ubicó a su lado siguiendo la lejana figura del Beta con que había luchado hacía dos noches.

—Hoy es Belewe, tal vez siento el amor en el aire.

La sincera sonrisa de Zen le provocó un dolor indescriptible a Yasuda, por algún motivo su corazón se rompió, era como si la pequeña esperanza que tenía de regresar con Takafumi se hubiese extinguido por completo.

Castigo DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora