El dolor invadió su cuerpo, su boca se llenó con el amargo sabor de la bilis y decidió escapar de la confesión que acababa de escuchar. No se merecía la culpa por un designio dado por Calisto. Cuando pensó que caería, el calor de un cuerpo que liberaba un reconfortante olor a cardamomo, le dio la tranquilidad necesaria para terminar de escuchar el relato.
—El dolor de sentirme traicionado, de ver que el amor que me profesaba fue tan débil que prefirió ocupar el rol en su Manada abandonándome... terminando con nuestros sueños —exclamó Yasuda sirviéndose un nuevo vaso de licor—. Cometí un error que pagué con creces, ¿no se han preguntado porque regresé?
El silencio fue la respuesta al interrogante, así que Yasuda continuó con su historia.
—Ella dio a luz, pero mi cachorro murió a los pocos días de nacido...no lo soportó, un año en tratamiento, y el día antes de ser dada de alta, se cortó las venas con los vidrios del espejo de la habitación, solo dejó una escueta nota: Lo siento amor.
El Ojos Grises se juzgó culpable por lo que sufrió su expareja, si hubiesen hablado a tiempo las cosas fueran diferentes, dio vuelta para abrazarse de Kirishima, el castaño lo apretó con fuerza para luego alejarlo e indicarle que debían entrar.
Yokozawa permitió que limpiará sus lágrimas y accedió a la petición de su destinado.
En la sala los tres Alpha guardaban silencio, la confesión de Gou y el saber la razón del cambio de carácter que sufrió, fue peor de lo que creían. Por eso, cuando Takafumi ingresó sin las lentillas y la peluca, la tensión aumentó en el lugar.
—Cada día traté de ayudarte, pero estabas empecinado en encontrar al culpable de la muerte de Larry, me repetías que era para protegerme. Empero —argumentó el peliazul—, me estabas alejando. Esa mañana mi padre llamó anunciando que el Elegido se encontraba en la Reserva, desperté después de un mes con chiquillo rubio de ojos grises maldiciendo porque no me levantaba de la cama.
Gou colocó el vaso en la mesa para correr a abrazarlo, se sintió estúpido por no reconocerlo con ese tonto disfraz. Muy por el contrario, a lo que pensaba por la frase de Kirishima el día anterior, en ese instante percibió como se quitaba un peso de encima, ambos necesitaban esa reunión para descansar sus almas. Zen tragó saliva, aprendió a soportar muchas cosas por su relación con Sakura, y aunque se moría de celos sabía que debía darle a su destinado el espacio para hablar con Yasuda.
Tras un rato de una conversación en voz baja, explotaron en algazaras porque las gafas del pelinegro se enredaron en el cabello de Takafumi como el día en que se conocieron. Un beso en la mejilla les demostró que su amistad seguía intacta, y está podría reconstruirse libre de culpas.
Por otro lado, en la casa de Yokozawa, Ijuuin y Ritsu entraron cuando un fuerte olor a humo se hizo presente, Misaki y Louis gritaban a Shinobu que maldecía por no enseñarle correctamente a cocinar. La escena concluyó cuando Onodera haló al Ojos Grises protegiéndolo de los regaños del rubio y el castaño.
—Yo no tampoco sé cocinar y no me he muerto de hambre, acaso ¿no conocen los domicilios?
Semejante razonamiento fue suficiente para relajar el ambiente, sacando algunos paquetes y carnes frías, prepararon de comer, sentándose en la sala a esperar por noticias de Takafumi.
Misaki se acomodó al lado de Kyo siendo protegido por este con su olor y su brazo, el Nephrite gruñó cariñosamente sobándose contra el Omega mayor. Ritsu, Shinobu y Louis observaron la escena con un poco de envidia, fue cuando el ojiaceituna preguntó por esa parte de la profecía que involucraba Miyagi.
—La predicción que se dice en Belewe no está completa, por seguridad solo se ha transmitido una parte y la otra la han guardado los Omegas Puros como parte de su castigo por ser descendientes de quien asesinó y sirvió a Arcas —explicó Ijuuin, acariciando el cabello de Misaki que comenzaba a dormitar.
El legado que los Ojos Grises protegieron por años hablaba de quienes eran los guardianes, un Omega de cada clan, el descendiente de Nictimo que tiene la función de cuidarlo a costa de su propia vida, cualquier distracción equivalía ponerlo en riesgo, razón por la cual tiene prohibido entablar vínculo o lazo, un Caramel y un Nephrite, que sabrán sus papeles cuando el que se creía extinto los acompañe, es decir, un Gamma.
—No llegaste aquí por casualidad Louis, tal vez William y Albert querían protegerte de quien buscaba tu vida como venganza por sus labores de Inteligencia, sin proponérselo te mandaron a cumplir tu destino.
Al escuchar el pequeño ronquido de Misaki secundado por el de Shinobu, Kyo cargó a su pareja para llevarlo a la alcoba que ocupaba desde la noche anterior, luego regresó por Shinobu acostándolo en su habitación y pidiendo al menor de los Moriarty que se quedará a dormir con él.
La taza de café que lo esperaba mantenía la pregunta de Onodera. No fue fácil hablar de como Miyagi tendría el papel más ingrato de la profecía, debía despertar al Elegido usando al híbrido, solo cuando lo hiciera, si no moría en el proceso, podría obtener su recompensa y su error se perdonaría.
—Y Misaki ¿cuál es su función en todo esto?
—Es el cebo —decirlo era más fácil que ignorar la posibilidad de que la segunda oportunidad que le daba el destino se hallaba en riesgo de perder la vida—. El oráculo predijo que sería perseguido como el Elegido, será encarcelado junto a él y su lealtad será puesta a prueba.
Una ironía pensó Onodera, el hombre ante él era capaz de recitar el encargo de su pareja, pero no quería decirle cual era su misión ni la de sus compañeros. De repente todo fue claro, quiso golpearse por no entenderlo en tantos años, allí se encontraba la respuesta en la última frase de la historia que año tras año contaban como parte de la tradición oral de la Manada. No obstante, hizo el último intento para que su interlocutor asegurara lo que dedujo.
—La profecía...Kyo la profecía no es lo que parece ¿verdad?
—Miyagi no dimensiona el premio que se sacó contigo, aprovecha el tiempo hasta Aíma, eso podrá salvarlo cuando tenga que cumplir su cometido.
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Castigo Divino
FanfictionCuenta la leyenda que Zeus castigó al rey de Licosura convirtiendo en un lobo a él y a sus cuarenta y nueve hijos varones. Hoy en día ese linaje convive con la humanidad, son considerados leyenda y temidos por su supuesta ansia de sangre. No obstan...