ATARDECER

Capitulo 1

Fluke Natouch era un omega que vivía relativamente en calma dentro del complejo del clan que era liderado por su padre, aunque este no le prestara atención por culparlo por la muerte de su madre, la cual fue asesinada cuando el apenas tenía 8 años de edad cuando lo defendió de un alfa nómada que lo ataco en el parque del pueblo, mientras él jugaba junto a su hermano menor de 3 años, dejándolo a él muy herido y a su madre lamentablemente muerta.

Y desde ese día, a pesar de que él fue lastimado y estuvo un tiempo internado en el hospital; su padre lo culpaba por la muerte de su esposa, la cual a pesar de no ser su destinada la había llegado a amar mucho; sumado a eso, desde que era joven se le notaba que él iba a ser un omega, por lo cual no fue sorpresa cuando a sus quince años llego su primer celo y se descubrió que en efecto era omega, y ese fue el momento en el que el líder del clan Natouch decidió ponerlo a cargo de un tutor, y concentrarse de lleno en la educación de su hermano menor quien ya estaba dando indicios que sería un alfa; lo cual tampoco hizo mucha diferencia debido a que desde el incidente él había vivido casi ignorado por su familia.

Tanto era el desprecio que sentía el señor Natouch por su hijo mayor, que a pesar de que este después del incidente había desarrollado problemas con su corazón nunca había hecho algo para llevarlo al médico, y brindarle el tratamiento necesario para que pudiera tener una mejor calidad de vida.

En realidad, el único que le prestaba un poco de atención dentro de esa inmensa casa era su primo Boun, quien en varias oportunidades había tratado de ayudarlo llevándolo a consultas y consiguiéndole supresores para que sus periodos de celo fueran más llevaderos, pero estas acciones no las podía hacer con mucha frecuencia; debido a que su padre como líder del clan Natouch había prohibido todo tipo de ayuda hacia Fluke y eso incluía a su hermano menor, quien adoctrinado por su padre había desarrollado un gran rencor hacia el frágil omega.

Hasta ahora lo único que le traía un poco de paz y alegría a su vida, era observar los atardeceres ya que estos le brindaban unos momentos de tranquilidad por el solo hecho de ver el sol esconderse, y que desde hace un tiempo disfrutaba junto a su nuevo amigo el alfa Ohm Thitiwat que había regresado hace un año al pueblo después de una larga temporada y con el cual coincidió una tarde en el parque; y terminaron haciéndose compañía mutua mientras veían al sol descender sin decirse ninguna palabra entre sí, y para su sorpresa esos minutos de paz al atardecer los compartieron con mayor frecuencia, permitiéndoles conocerse mejor hasta considerarse amigos.

Y era por eso, que en esos momentos Fluke se encontraba saliendo de su casa rumbo al bosque que quedaba cerca del complejo Natouch, para juntarse junto a su amigo y poder observar un nuevo atardecer en su compañía.

Por otro lado, estaba Ohm Thitiwat el cual también ya había salido en su auto rumbo al bosque para encontrarse con su pequeño omega castaño, tal como lo hacían todos los días a la misma hora para poder observar el atardecer y acompañarse en silencio.

Sin embargo, estaba un poco retrasado ya que antes de ir a su encuentro había decidido pasar por la panadería favorita de Fluke, y comprarle algunos postres ya que sabía lo fanático que era este de las delicias azucaradas que allí vendían.

Habían quedado de verse en el bosque detrás del complejo Natouch, debido a que quedaba más cerca la casa del omega porque no quería exponerlo a una recaída por esforzarse más de lo necesario caminando al parque del pueblo; ya que lamentablemente él no podía pasar buscándolo en su auto porque a Fluke no le convenía que su padre se enterara que tenía tratos con él, por eso siempre se tenían que encontrar en secreto.

Cuando llegó al lugar designado, no lo vio de inmediato por lo que coloco en alerta todos sus sentidos y se concentró en hallar el olor a duraznos que desprendía el pequeño omega, para saber dónde se encontraba, por lo cual no tardó en hallarlo unos pasos más atrás del camino que salía de su casa desmayado sobre el pasto; no dudó en soltar las bolsas que traía consigo y correr a su encuentro para intentar despertarlo sin saber que pudo haberle pasado; una vez a su lado no podía hacer que el castaño reaccionara, cosa que estaba volviendo loco a su alfa que no dejaba de arañar contra su pecho por no saber lo que pasaba con el chico.