Capítulo 5

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Al fin había llegado el tan esperado día, todo estaba preparado, la mansión estaba completamente renovada, se veía diferente, más cálida, estaba todo listo para recibir a su nuevo ocupante.

Ohm había llamado a una agencia de empleo, para contratar personal para que Fluke no se tuviera que preocupar por nada, dándole empleo así a una ama de llaves beta que se ocuparía de las comidas y de indicarle a los demás miembro del personal cuáles eran sus tareas, un jardinero, una chica para la limpieza y un chofer en caso de que el omega necesitará salir y el no se encontrara en casa, por supuesto todos ellos betas ya que no quería importunar la tranquilidad de su futuro esposo, con alfas y omegas rondando alrededor suficiente había tenido con los miembros de su clan.

Por lo que sin más el alfa se dispuso a prepararse, para dirigirse al salón de ceremonias del consejo de clanes, y por fin unir su vida a su hermoso castaño.

Mientras el pelinegro estaba feliz y contento con todos sus preparativos, en el complejo Natouch el líder del clan se encontraba en su oficina con una sonrisa malvada tomando un vaso de whisky, porque por fin su hijo se casaría con el desgraciado del Thitiwat y así mataría a dos pájaros de un tiro.

Se deshacía de una vez por todas de su hijo omega, y le desgraciaba y amargaba la existencia al alfa, por entregarle en matrimonio a un omega débil y enfermo al que tendría que cuidar; por lo menos Fluke había servido para algo bueno, según los pensamientos de su propio padre.

El lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia estaba hermoso, y sencillamente decorado, Note y la anciana Anthika se habían esmerado para que el salón de ceremonias del consejo, se viera lo más espectacular posible, como si ese enlace fuera el de una pareja totalmente enamorada.

En el altar estaba Ohm quien se encontraba demasiado contento, aunque en sus facciones no se pudiera observar ninguna emoción; sus únicos amigos y su asistente Pin se encontraban allí, lo único que le extrañaba era la cara de tristeza que cargaba su mejor amigo Kao, cosa que tampoco paso desapercibida para la anciana, quien lo miraba igual de extrañada pero lo dejo pasar porque ya se encontraba lista para oficiar la boda.

Fluke hizo su entrada por el pasillo exquisitamente decorado con pétalos de rosas; el omega estaba hermoso, llevaba un traje blanco que se le ajustaba perfectamente a su figura, su cabello castaño estaba trenzado a un lado de su cabeza realzando así las facciones de su rostro y su belleza natural.

Su primo Boun era quien lo conducía al altar, ya que su padre ni siquiera se inmuto en dirigirle la palabra en todo el día, simplemente se había encerrado en su oficina, cuando llego al altar Ohm lo tomo de la mano y la anciana comenzó con la ceremonia.

-Estamos aquí reunidos...- comenzó a recitar la mujer.

El alfa solo miraba al castaño sin prestarle atención a las palabras pronunciadas, y por eso pudo apreciar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, los cuales se encontraban algo hinchados de tanto llorar, eso le ocasionó una presión en el pecho al pelinegro, y la felicidad que sentía se opaco.

Fue un duro golpe darse cuenta de la realidad; si bien, el estaba enamorado del pequeño omega, este no lo amaba de la misma forma, solo lo quería como amigo y se estaba casando con el solo porque su padre no le quería más en su casa, y en parte por la amenaza que puso la anciana sobre él para que aceptara casarse con Fluke; en pocas palabras el omega no era feliz con esa unión.

Ellos eran amigos, pero era algo muy diferente ser esposos, Ohm solo esperaba poder hacerlo feliz, quería crear nuevos recuerdos junto al castaño, quería dejar el pasado atrás y por supuesto en un futuro tener hijos; pero lo que más quería era que Fluke estuviera sano para poder disfrutar su vida juntos, quería que lo amara igual que lo hacia él y para eso tenía que luchar y ganarse su corazón.

ATARDECERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora