Capítulo 4

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Emma McKellen


Debía irme lejos de Matthew porque verlo me estaba rompiendo, es una locura, ya que solo lo he visto unos minutos. Pero es un hombre casado y los sentimientos que estaba experimentado dentro de mí nunca serían correspondidos, no cuando él tenía una esposa.

Por Dios, quise ser Charlotte cuando la levantó entre sus brazos, intercambiar lugar para sentir sus manos en mi piel.

Caminé por el bosque hasta llegar al quiosco en la orilla del lago, era un lugar privado de mi familia. Aquí estaba trabajando antes de reunirme con mis padres.

Me senté en la banca de madera, mis cosas seguían esparcidas por la mesa. Quería liberar mi mente de pensamientos sobre Matt.

¿Esto me convertía en una persona horrible? El hecho de desear a un hombre casado.

—¿Por qué me haces esto, estúpido corazón? —gemí, frustrada conmigo misma.

He viajado a diversos países y he conocido a varios hombres. Desde modelos, cantantes, escritores, doctores y más, ellos coquetearon con descaro, intentaron obtener una cita conmigo. Mi respuesta siempre fue un no, porque ninguno despertaba mi interés. El interés genuino de querer conocerle, de compartir más que unas simples palabras. Matthew Wayne despertó en mí, sentimientos que nunca creí posible, con solo una mirada de esos increíbles ojos violeta, no conocía a nadie que poseyera ese tono de iris hasta él.

Sacudí mi cabeza y me golpeé mentalmente por seguir pensando en Matthew.

—Concéntrate Emma —dije en voz alta.

Tomé mi tableta gráfica, encendí la pantalla y pase mi lápiz digital por ella, enseguida apareció el dibujo del castillo Firefly, esta vez no estaba trabajando en la restauración de un cuadro. Quería lanzar una novela gráfica de fantasía y no tenía un mejor escenario de cuento que mi hogar. Pasé al siguiente dibujo, mi protagonista, una princesa guerrera y hechicera. La miré con su arco y sus flechas, sus cabellos como el pelaje de un cuervo en interminables ondas, pero no me convencía, cambié el color por un tono castaño rojizo. En lugar de un arco en su mano, una bola de luz verde salía de ella. Cambié las flechas por una espada, entonces surgió la idea del villano que quería apoderarse de su reino y su magia. No sería un hombre medio elfo como pensé al inicio, lo cambiaría por un brujo. Pasé a una página en blanco en la pantalla y comencé los trazos.

Me olvidé de todo a mi alrededor, no podía soltar el impulso de inspiración.

****


Matthew


Sorcha tenía razón, Emma estaba en el quiosco privado de su familia. Me acerqué, ella seguía tan concentrada en su pantalla moviendo su lápiz sobre está que ni siquiera notó mi presencia. La observé detenidamente, sus piernas cubiertas por unos jeans oscuros, botas de montaña negras y una blusa de mangas largas a cuadros verde. Su cabello suelto a un lado de su hombro izquierdo.

Ya estaba lo suficiente cerca para percibir su aroma, fresas. Di un profundo respiro llenando mis pulmones de su esencia, probablemente parecía un loco acosador inclinado sobre su cabello.

A pesar de mi cuerpo prácticamente sobre ella, Emma seguí en su burbuja atacando su pantalla con el lápiz. Mi interés se volvió mayor, así que centre mis ojos en lo que estaba haciendo.

En la pantalla estaba mi retrató, Emma me estaba dibujando. Solo que era un tipo que llevaba pantalones de piel, el torso desnudo -aunque le faltaban ciertos músculos yo que tenía- llevaba en el pecho un tatuaje trivial. A mis pies se encontraba un escudo, grabado en el centro una figura que me recordaba un nudo perenne. En mi mano derecha un hacha y en la izquierda flotaba una bola de luz violeta.

Halloween LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora