Matthew Wayne
—Este lugar es increíble —dijo Charlotte con entusiasmo, aleje mi mirada del camino para ver que ella admiraba el paisaje y sacaba su teléfono para fotografiar. Volví mis ojos al frente—. Voy a enviar estas imágenes a la tía Maggie creo que si no logramos cerrar el trato con los McKellen podemos hacer la fiesta de Halloween en el castillo.
La fiesta de Halloween era de mis favoritas desde pequeño, la gran familia Wayne disfrutaba de disfrazarse y volverse loca por una noche. Charlotte tenía razón el castillo del siglo XIX, propiedad del clan McKellen, era ideal para la fiesta. Llegamos al castillo convertido desde hace años como uno de los hoteles más lujosos y hermosos de toda Escocia. Bajamos del auto, Charlotte aún seguía con el móvil en la mano apuntando en todas las direcciones.
—Es magnífico Matt —dijo. Le di mi llave al hombre uniformado y me reuní con ella en la entrada—. Creo que me he enamorado.
Soltó un ligero suspiro y una enorme sonrisa apareció en su rostro.
—Si realmente te gusta pequeña Lottie —dije sonriendo ante el fingido enfado de ella al mencionar el mote cariñoso, ofrecí mi brazo de apoyo—, hay que conseguirlo.
—Oh, claro que lo haremos.
Asentí con determinación. Al principio serían mis padres quienes viajarían a Inverness, mi padre había estado negociando con Luke McKellen durante bastante tiempo. Aunque el señor McKellen no aceptaba ninguna oferta, mi padre pensó que sería bueno dejar de negociar por correo electrónico y venir directo a Inverness. Prácticamente le suplique que me dejara venir en su lugar. Charlotte y yo habíamos logrado contratos pequeños pero significativos para la compañía Wayne, si cerramos algo tan grande como la compra del hotel nos llevaría al siguiente nivel. Era nuestra oportunidad de demostrar que estábamos preparados para tener control de la línea hotelera.
Avanzamos decididos hasta la recepción, una mujer rubia nos recibió con una brillante sonrisa.
—Fàilte gu Caisteal Firefly —dijo en gaélico—. Bienvenidos al Castillo de la Luciérnaga, soy Sorcha y me encargaré de ayudarles durante su estancia aquí. Deben ser el matrimonio Wayne.
Fruncí el ceño, mi padre no olvidaría comunicar el cambio de planes. Noah Wayne no es ese tipo de hombre.
—Somos los Wayne pero no...
—Somos los Wayne —interrumpí a Lottie, pude ver la confusión en su rostro—. El señor McKellen nos espera.
—Sí, síganme por favor. —Lottie miró al hombre que traía nuestras maletas—. No se preocupen su equipaje será llevado a su suite.
Charlotte iba a hablar de nuevo, pero la callé con un ligero movimiento de cabeza. Más tarde arreglaríamos la confusión, ahora lo importante era tener la reunión con Luke McKellen.
Seguimos a Sorcha quien nos guiaba por pasillos decorados con diversos cuadros, no presté demasiada atención, pero sabía que era impresionante por los sonidos de asombro provenientes de Charlotte. Ella disminuyó la velocidad de sus pasos haciendo que la distancia con Sorcha fuera considerable.
—¿Qué fue eso de que somos un matrimonio? —preguntó de inmediato mirando al frente, asegurándose que Sorcha no la escuchará.
—No lo sé Lottie, tal vez mi padre no avisó sobre el cambio de plan.
—Ese no es el tío Noah, además si él olvidara comunicar el cambio mi madre lo haría. —Moví la cabeza de acuerdo con ella, la tía Ashley seguía siendo la mano derecha de papá y se aseguraba de tener todo en orden.
—Tal vez la confusión sea con el personal McKellen. Lo aclararemos enseguida.
—Eso espero porque fingir ser tu esposa... —dijo Lottie, ambos nos estremecimos— ni siquiera quiero imaginarlo. Sería como estar casada con mi hermano.
Aunque no compartíamos la misma sangre éramos familia, ella y Chad eran como mis hermanos. Y ahora Lottie era mi compañera de trabajo, el mejor socio del crimen que podía tener. Así que también me dio escalofríos al pensar que nos relacionaran de esa manera.
—Solo lleguemos con McKellen y aclaremos esta confusión.
Ella estuvo de acuerdo y aumentamos el ritmo de nuestros pasos. Sorcha nos esperaba paciente en la salida a lo que parecía el jardín. Pude ver que en el centro de este había una mesa redonda donde cuatro personas conversaban. Sorcha nos guio rumbo a ellos. Estábamos acercándonos cuando logré distinguir a Luke McKellen, el misterioso multimillonario que se alejó del mundo y volvió a su país natal. No sabía su historia, pero sospecho que debió ser algo grande para que cada nota periodística de él y su familia fuera borrada del ojo público. Ni siquiera mis contactos lograron encontrar la mínima información.
—Mierda —gruñó Charlotte al mismo tiempo que sentía un ligero tirón de su mano en mi brazo. Puse mis ojos en ella, mirando directamente sus zapatos que se estaban hundiendo en el pasto.
—¿Puedes seguir? —pregunté mientras ella daba un paso más y se tambalea.
—No lo creo. —Miré al frente, Sorcha ya estaba en la mesa hablando con su jefe, volví a Charlotte. Ella tenía una lucha con sus zapatos y el fango del pasto—. Voy a quitármelos.
—No, espera te llevaré.
—¿Qué?
—Te llevaré —dije, sin explicar más la tomé entre mis brazos y ella gritó sorprendida.
—Esto no está pasando —susurró contra mi pecho.
—Subiste de peso —bromee, lo que provocó que me golpeara con su pequeño puño. Solté una risa, pero jamás permitiría que ella caminará descalza cuando yo podía ayudarla.
Con pasos decididos avancé por el jardín, entonces mis ojos encontraron a los suyos.
Todo en mi gritó "es ella".
El viento alboroto sus cabellos rojizos provocando un fuego salvaje. Mis manos picaron por tocar esas ondas de fuego y quemarme en ellas. Quería llegar a ella, reclamarla como mía. De esto hablaba papá, el hechizo Wayne. «Con solo verla, sabrás que ella es la dueña de tu corazón, de tu mente, de tu alma y no hay vuelta atrás. Es el amor a primera vista«.
—Matt ya puedes bajarme —dijo Charlotte, rompiendo nuestro contacto visual. La pelirroja puso sus ojos en Lottie, no sabía cómo leer su mirada.
Por primera vez en mi vida me encontré perdido, sin la más mínima idea de cómo decirle a esta mujer que tenía mi corazón en sus manos para siempre.
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Halloween Love
RomanceMatthew Wayne Solo era un viaje rápido a Escocia, se suponía que solo era conseguir firmar un contrato y volver a mi vida en Seattle. Eso suponía hasta que la vi y todo cambio. Charlotte Wayne Nos llamaban el nuevo dúo Wayne, acompañar a Matt y obt...