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xvi. oh, corazón roto
Astrid Mikaelson-Stilinski
La luz de la media luna alumbraba el bosque, sentía la sangre caer por mis labios, me permití saborearla. El grito de mi víctima pudo haber atraído a miles de personas, pero solo éramos él y yo.
—No grites, cariño—acaricie su mejilla, volví a ataca su cuello y al vaciarlo mire al siguiente hombre, quien me miraba aterrorizado—. Disfrutare esto, créeme.
Gruñí al ver como la sangre de mi victima comenzaba a derramarse, me permití acabar con la vida de aquella vil persona. Un monstruo, como yo, lo único que nos diferenciaba era que yo podía matar a cuantos quisiera y nunca se darían cuenta.
—Astrid...—me gire violentamente al escuchar a alguien decir mi nombre, era Jo junto a Derek.
—Oh, vinieron a ver el show—mostré los cuerpos de mis victimas con una sonrisa, el hombre quería gritar, pero no podía—. Shh, no arruines mi diversión.
—Monstruo—escuche el murmuro del hombre.
—Al igual que tu—sonreí cínica dándome vuelta para poder verlo—. Se todos tus secretos, nadie te extrañara—rocé mi nariz con la de el e hice un puchero—. Podría acerté gritar toda la noche, pero seré piadosa.
Ataque su cuello, saboree la sangre, al drenarlo me separe de él. Los demás cuerpos tenían mi propia marca, la marca de que Astrid Mikaelson estuvo aquí. Con cuidado tome mi herramienta, la acerqué a los ojos del hombre y en sus ojos hice dos equis. En un cachete le coloque la R y en el otro la Q.
—Arte—me di media vuelta para mirar a los dos primos—. ¿Me buscaban?
—Sé que estas molesta—inicio hablando Jo.
—Malas palabras para iniciar—una voz sonó a mis espaldas, esa voz que me estuvo acompañando desde el viernes—. Y molesta no es la palabra que debería ocupar, ella está furiosa.
—Lo que hizo Niklaus no estuvo bien—Jo ignoro al otro vampiro—, pero esta no es la forma de desquitarte.
—No le hagas caso, hermanita—sentí la respiración de Kol en mi nuca—, ella no sabe lo que dice.
—No le metas cosas en la cabeza—le hablo molesto Derek al Mikaelson.
—Silencio, me causan jaqueca—acaricie mi sien molesta—. Se perfectamente sus intenciones—me di vuelta para poner una mano en el pecho de mi hermano mayor—. Tú, me quieres devuelta, quieres aquella niña sádica que mata a todos en su paso; te adelanto que eso no sucederá—ahora mire a mi mejor amiga—. Quieres lo mismo que él, solo que quieres a mi versión buena, la que mata solo para comer y no por placer—luego mire a Derek—. Tú, no quieres ni a la buena o la mala Astrid, quieres cualquiera de mis caras y eso es bueno—mire a todos, analizándolos—. Eso nos deja en nada, pero mañana es luna llena y no quiero que inocentes mueran en manos de un adolescente—escuche las quejas de Kol—, y tú me ayudaras, luego podrás irte a causarle drama a los inútiles de Mystic.
