-PENSÉ que nunca se iban a marchar —murmuró Harry al ver partir a los últimos invitados. ____ sonrió a su esposo.
Había sido una semana frenética, con todos los preparativos de la boda. A pesar de todo. ____ sabía que Harry se había sentido muy satisfecho al ver a toda su familia reunida.
—¡No te he tenido solo para mí en toda esta semana!
—Tiene gracia que me digas eso, después de cómo huías de mí cuando llegué aquí —dijo ella con una carcajada—. Pero, siento informarte de que he descubierto un corazón tierno y blando debajo de esa coraza que te ponías.
Harry la abrazó amorosamente y sonrió feliz. ____ aún no se podía creer que aquello estuviera sucediendo.
Ambos habían cambiado mucho desde su primer encuentro. Ella había aprendido a tener control sobre su vida, mientras Harry había conseguido volver a confiar en alguien y a creer en el poder del verdadero amor.
—¿A dónde quieres ir en nuestra luna de miel? —le murmuró suavemente sobre los labios—. Di un sitio y lo arreglaré todo para que nos vayamos.
—Ya estoy en el paraíso. No necesito ir a ningún otro sitio. Nos iremos de vacaciones en Navidad. De momento lo único que quiero es seguir con aquellas lecciones que me estabas dando sobre fantasías sexuales.
Harry la tomó en sus brazos y se encaminó hacia el dormitorio, contento de no tener ya escayola alguna. Estaba dispuesto a recuperar todo el tiempo que habían perdido los últimos días.
Dejó a ____ sobre la cama y la miró con profundo amor. Aquella era su esposa y estaba orgulloso de ello, por mucho que se pudieran reír de él sus primos. La verdad era que no podía imaginarse una existencia más feliz que la que le esperaba al lado de su hermosa diosa.
