7. Siempre iba a ser el y siempre iba a ser ella.

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Los primeros rayos de luz empezaban a entrar por la rejilla de la persiana de mi habitación, se me olvidó cerrarla por completo. Intente moverme para ir a cerrarla y poder dormir un rato más pero unos brazos me lo impedían. Flavio estaba allí, después de tanto tiempo, estaba allí, me estaba confundiendo y lo sabía pero no quería parar y el tampoco quería seguramente, iba a seguir jugando y me iba a quedar con fuego, otra vez, si no lo había hecho ya. Me giré hacia el y seguía durmiendo, como un bebé, sin que nada ni nadie le preocupase, tenía los labios entre abiertos, los ojitos cerrados y por su frente había algunos mechones revoltosos, que guapo era, no me acordaba ya, pero era precioso. Seguía durmiendo, tan inocente, tan pequeño y a la vez tan grande y ya deje de pensar porque sus brazos me apretaron más hacia su cuerpo. ¿Qué estás haciendo Samantha?

-¿Que mirabas tanto?.
Me pregunto achinando sus ojos y dejando salir una suave risa del interior de sus labios.

-Que estabas muy mono durmiendo.

-Que tonta Samantha.
Dijo acercándose más a mi, rompiendo la distancia de seguridad que habíamos impuesto hace menos de un minuto, era como si nuestros cuerpos estuviesen acostumbrados a estar juntos cuando estábamos cerca y no supiesen hacer otra cosa. Pero era obvio, desde que Flavio y yo nos conocimos no nos habíamos separado, y hacerlo así de golpe nos había afectado a los dos.

-Que guapo estás.

-Tu si que estás guapa.

Y en ese momento caí, que no, que no podía estar haciendo lo que estaba haciendo, que no me podía estar dejando llevar de la forma en la que lo estaba haciendo, pero no porque yo no quisiese si no porque me estaba haciendo daño, a mi misma y a el, nos estábamos dejando llevar demasiado, como antes, pero las cosas no eran como antes, la situación había cambiado y estábamos actuando como si nada hubiese pasado, yo lo quería, claro que lo hacía, pero no podía seguir así, cuando el se marchó dejamos claro una cosa: "Cuando yo vuelva, si lo hago alguna vez, espero que hayamos rehecho nuestras vidas, con alguien más" Esa regla ninguno de los dos la habíamos cumplido, no habíamos rehecho nuestras vidas y al menos yo, no tenía intención de hacerlo aún, y menos si estaba así con el, en la cama y dejándome llevar de la forma en la que lo estaba haciendo.

-Flavio, me tengo que ir.

Era mentira, no me tenía que ir a ningún lado pero no podía aguantar más esta situación, ojalá pudiese quedarme así con el siempre, pero la realidad era otra y no podía, no podíamos hacernos esto.

-Claro yo me iba ya.

Dijo dándose cuenta de la situación, levantándose de la cama y vistiéndose con la ropa que anteriormente había dejado bien colocada en la silla del centro de mi habitación. Yo me levanté para acompañarle a la puerta, aunque obviamente el piso se lo conocía igual o mejor que yo, un comportamiento de cortesía solamente.

-Gracias por dejarme quedarme anoche.

-No las des.
Le dije sonriendo cuando el se dio la vuelta y empezó a bajar las múltiples escaleras que le esperaban hasta bajar a la puerta de entrada, sin despedirnos si quiera con dos besos en la mejilla, nada, y yo me quedé allí en la puerta sin saber que hacer ni que decir, el cacao mental había vuelto a mi vida, justo cuando se estaba esfumando.

Tenia la necesidad de hablar con alguien y que mejor que Maialen para contarle todo lo que se me estaba pasando por la cabeza, sabía que Maialen hoy no tenía nada que hacer pues era Sábado y los Sábados por la mañana solían ser nuestros siempre.

-¡Titi!
Dijo Maialen desde la puerta de mi apartamento, cerró detrás de ella y se sentó al lado mío, ni si quiera la ofrecí nada de beber, que desastre.

-¿Te pasa algo? Vaya cara.
Me pregunto mirándome interrogante.

-Flavio me pasa, otra vez.
Le solté repentinamente, porque lo que menos necesitaba en ese momentos era andarme con rodeos.

-Cuenta.

-Como sabes, llevamos quedando semanas y todo bien hasta que ayer le invite a casa, ya sabes el tiempo que hacía fuera. Al entrar en casa se arrepintió muchísimo de irse como se fue, nos sentamos en el sofá y vimos una peli, demasiado juntos, ya sabes, y luego era tarde y le invité a quedarse a dormir, obviamente no lo iba a dejar en el sofá, por lo que nos fuimos los dos a mi cuarto.
Le dije mirándola con una ceja alzada, como si me diese vergüenza admitirlo.

-Samantha no.
Dijo refiriéndose a que nos hubiésemos acostado o algo por el estilo.

-No no, no llegamos a nada, menos mal. El caso es que nos tumbamos en la cama, guardando distancia, pero yo la rompí y acabé abrazándolo y no se en que puto momento nos estábamos comiendo la boca Maialen.

-Es que lo sabia, sabía perfectamente que esto iba a acabar pasando. ¿Estas confundida no?

-Déjame acabar, hoy nos hemos despertado como nos despertábamos una mañana cualquiera cuando estábamos juntos, que si abracitos por aquí, tonteo por allá...Y si Mai, ahora estoy confundida.

-Ay Samantha...

-Mai joder, que estaba intentando superar todo, y tú lo sabes, sabes mejor que nadie lo mal que lo he pasado, y ahora vuelve y nos comportamos como si nada hubiese pasado. Me siento bien con el, como siempre, con tranquilidad, en calma... y no puedo sentir eso, de verdad que no.
Le dije mientras por mis mejillas caían dos lágrimas traicioneras.

-Pero no llores Sam, sentir no es malo, sentir es bonito, se en las circunstancias que estáis pero de verdad, el ha vuelto, tu estas aquí, los dos estáis dispuestos a tener algo más ¿Cuál es el problema?.

-Que no puede ser Mai, que lo he pasado muy mal y no quiero volver a pasarlo así, que no quiero tirarme noches sin dormir por el, que no quiero andar por mi propia casa como una vagabunda, que no quiero no hacer planes con las demás personas porque no tengo ánimo de nada, que no quiero volver a leer una y otra vez esa maldita carta, que no quiero volverlo a pasarlo mal Mai, y se que si hay algo más entre nosotros, va a ir a más y voy a engancharme más que hace nueve meses y en el hipotético caso que se vuelva a ir lo voy a pasar peor.

Le solté todo esto de golpe, era todo lo que se me pasaba por la cabeza en esos momentos, y necesitaba verbalizarlo, al menos ya lo había hecho.

-Tu más que nadie sabes lo que el te ha dicho de que se arrepiente ¿crees que se va a volver a ir? No Sam, quieras o no admitirlo, Flavio es inteligente, fallo una vez pero no va a volver a hacerlo, y si lo vuelve a hacer ya te daré la razón pero en mientras no lo haga no, ¿Dónde está la Samantha positiva que me dice siempre "si no arriesgas no ganas"?.

-Esa Samantha se fue cuando se enamoró.

-Buf Samantha que intensita, nada es para tanto, y tú lo sabes, habla con el, tarde o temprano lo vais a hacer y más si os seguís comportando así.

-Ya veré.

-Y ahora me voy que he quedado con Bruno. Piénsatelo de verdad.
Dijo levantándose y dirigiéndose hasta la puerta para salir detrás de ella.

-Te quiero Mai.

-Y yo más titi.
Dijo desapareciendo por detrás de la puerta y cerrando esta.

Y allí me quedé yo, sentada en el sofá mirando un punto fijo y con un nudo en la garganta.

Y sin quererlo estaba llorando, llorando por la misma persona que atormentaba mis noches porque siempre era el y siempre iba a seguir siendo.

Lo que ella no sabía es que, en la otra punta de Madrid, Flavio tenia los mismos pensamientos que ella o peores, porque se había confundido, porque le quería y no sabia como controlar la situación ni si debería hablar con Samantha o no sobre lo que le estaba pasando, porque estaba viviendo en mismo sufrimiento que cuando se fue, por la misma persona, porque siempre iba a ser ella la que le iba a atormentar sus pensamientos.

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Holaa! Espero que os esté gustando💕

Alguna teoria? Os leoo.

Graciias💕

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