8.Te esperare en silencio.

880 43 8
                                    

Había pasado una semana desde que pasó lo que pasó con Flavio y no nos habíamos vuelto a hablar en todo este tiempo. Si que habíamos hablado por WhatsApp pero muy brevemente, por cortesía más que nada. Esta semana la había tomado más para mi, para intentar encontrarme un poco, para ordenar mis sentimientos y para lo único que me había servido la semana era para darme cuenta que mis sentimientos por Flavio no habían cambiado, que sentía por el lo mismo que sentía hace meses, obviamente no era lo mismo, no estábamos juntos y el nivel de atracción o enamoramiento era menor, pero yo seguía enamorada de el, en realidad nunca había dejado de estarlo, me intente convencer de que sí, pero es algo imposible intentar esconder tus sentimientos.

Necesitaba una conversación con el y era mejor tenerla pronto que tarde por lo que decidí enviarle un mensaje.

-"Creo que necesitamos nos debemos una conversación Flavio"

De verdad que lo creía porque si seguíamos al final íbamos a terminar haciéndonos daño.

-"Creo que también, no tengo nada que hacer por la tarde"

-"Ven a casa sobre las 17:30"

Y con esa contestación dio por finalizada nuestra conversación, me sentía mal, mal conmigo misma por haber creído que lo había superado cuando no, mal de saber que lo seguía queriendo y seguir quedando con el, mal habiéndolo besado cuando no tendría que haberlo hecho.

Esa mañana no hice gran cosa, más que seguir dándole vueltas al mismo tema, no había compuesto nada, tampoco era capaz de hacerlo, tenía muchos pensamientos y muchas ideas en mi cabeza pero no era capaz de plasmarlas en un papel, y ahí seguía, la libreta que me había comprado totalmente en blanco y la guitarra en el rincón de la habitación, iba a coger hasta polvo. 

La mañana paso sin más, y cuando menos me lo esperaba ya era la hora de comer, comí una ensalada rápida, tampoco tenía mucha hambre, estaba nerviosa, nerviosa por ver lo que pasaba en esa conversación, podía salir o muy bien o muy mal y no se porque mi cabeza se iba hacia la segunda opción, en la conversación que íbamos a tener tampoco iba a proponerle que volviésemos juntas ni mucho menos, pero al menos quiero que sepa mis sentimientos hacia el, para que en el hipotético caso que siguiésemos quedando el no me tratase como si ya no sintiese nada hacia el.

Y con esos pensamientos el reloj enorme de mitad del salón marco las 17:25 de la tarde, quedaba muy poco y mis nervios iban en aumento, sabía que no iba a salir bien esto pero necesitaba hacer esto, lo necesitaba por mi salud mental.

El timbre sonó y con el un retemblido de mi cuerpo, me dispuse a ir hacia la puerta y abrir. Le abrí la puerta de arriba y le espere, sabia bien el camino pero era más una actitud de cordialidad que otra cosa.

-¿Como estás?

Fue lo primero que me pregunto cuando apareció por las escaleras, acercándose a mi y dándome un abrazo, gesto que me dejo un poco descolocada pero lo pase por alto y le devolví el abrazo. "Mal Samantha mal"- pensé- ya estaba volviendo a caer con el, de nuevo.

-Estoy ¿y tu?

-Estoy. 

Contestó riéndose y pasando por delante mío para adentrarse en el salón y sentarse en el sofá.

-Voy a ir al grano Flavio, no quiero darle más vueltas a esto.

-Empieza.

-Creo que deberíamos parar, no de vernos, si no de estar como estamos cuando estamos juntos.

-Samantha...

-Samantha no Flavio, no quiero estar así contigo porque yo la herida la tengo muy reciente así y siento que se me esta abriendo otra vez y no puedo permitírmelo, y no quiero pasarlo mal de nuevo.

-Yo tampoco quiero pasarlo mal de nuevo.

Dijo posando sus manos en mis rodillas y subiendo la cabeza para mirarme.

-Mira Samantha, yo no se si tu pensaras o sentirás lo mismo, pero yo no he dejado de quererte, de hecho creo que nunca podre dejar de hacerlo, has sido muy importante para mi y te juro que me duele todo esto, el haberme ido, el haber vuelto como si nada y comportarme así contigo, te juro que yo no quiero hacerme ilusiones ni mucho menos hacerte ilusiones a ti, porque lo nuestro pasó ya fue y no va a volver a ser porque ya tuvimos nuestro momento y yo lo estropee.

Lo sabía, sabía que iba a decir eso, pero las cosas aunque te las imaginas no duelen tanto como cuando ya te lo dicen y cuando ya estas seguro, y a mi eso me dolió, me dolió porque pensaba que esto podría tener una segunda parte, pero ya estaba viendo que no, en esos momentos solo quería llorar, pero no iba a permitir romperme delante de el y mucho menos.

-Ya lo se Flavio, se que esto paso, pero por favor si vamos a seguir viéndonos no nos tratemos así, yo te sigo queriendo, muchísimo, y me estoy volviendo a confundir contigo.

-Samantha lo mejor es que no nos veamos en un tiempo.

-No Flavio...

-Samantha es lo mejor para ambos, me duele y mucho pero si seguimos así nos vamos a volver a quemar y sabes que es verdad.

-Mira Flavio no se si todo esto me lo estas diciendo porque hay alguien en tu vida a la cual quieres conocer sin que yo este por medio pero no me parece bien, creo que somos lo demasiado adultos como para saber comportarnos.

-No hay nadie en mi vida Samantha, parece mentira que no me conozcas, no podría estar con alguien si estoy pensando en otra persona.

-Creo que es mejor que te vayas.

Le dije con un hilo de voz, no quería llorar pero era imposible no hacerlo y menos teniéndolo a el delante mía.

-Samantha no llores por favor.

Y ese fue el pistoletazo de salida para romperme del todo, me puse las manos en la cara, aunque era una tontería, era obvio que estaba llorando y el me había visto llorar muchas veces, más de las que me gustaría.

-Ven aquí.

Dijo acercándose más a mi y rodeándome con sus brazos, no le correspondí esta vez, estaba concentrada en intentar regular mi respiración y volver de nuevo a respirar bien, me sentía una estúpida por estar volviendo a llorar por el, no me lo merezco, no merezco estar así otra vez, pero los sentimientos no se pueden controlar, si de esa manera fuese, seguramente no estaba teniendo esta conversación con el.

-Ya esta ¿vale? Se que vas a estar bien.

Dijo levantándome la cabeza para decírmelo directamente a los ojos.

-Cuídate espero que tu también estés bien, en un tiempo.

Me salió decírselo así, porque era verdad, y no iba a volver a verle, al menos en mucho tiempo y quería hacérselo saber.

-Te quiero, muchísimo, y siento mucho todo.

Y se fue, dejándome rota, otra vez, como el día que se fue, pero esta vez sabiendo que estaba en Madrid y no fuera de España, que me lo podía encontrar en cualquier sitio, en cualquier calle, en cualquier fiesta, en cualquier reunión.

Me sentía tonta por pensar cosas que no son, que podríamos volver a tener algo o al menos intentarlo y sobre todo me sentía tonta por haberme creído cada mirada, cada abrazo y cada beso. Y no me quería rendir, ahora no, lo esperare en silencio para que nadie sepa la falta que me hace y ojala todo fuese más fácil.

Ahora O Nunca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora