-Capítulo 12: Fuerza Divina (1).-

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Las otras criadas se asombraron cuando yo, la duquesa, expresé personalmente mi agradecimiento a Marina.

'Sé que la noticia de que nombré a Marina como mi doncella personal ya se ha extendido por toda la mansión.  Aún así, necesito asegurarme de que las sirvientas entiendan que ahora ella tiene una posición más alta, ya que depende directamente de mí'.

Al mostrar intencionalmente preferencia por Marina, mis acciones sirvieron como una advertencia para las otras sirvientas. 
Si sabían lo que era bueno para ellos, no se atreverían a insultarla nunca más.
De esta manera, ya no molestarán a Marina.

A juzgar por sus reacciones, estaba razonablemente segura de que entendían con claridad las implicaciones detrás de mis palabras. A menos que se atrevieran a desafiar mi autoridad, respetarían a Marina de ahora en adelante. 

Miré impasible a las otras sirvientas, que habían dejado de trabajar momentáneamente debido a su conmoción. Al encontrar mi mirada, se estremecieron y reanudaron sus deberes sin decir una palabra más.

**************

-¡Es realmente increíble, alteza!.

Jean exclamó asombrado una vez más.

En el par de horas entre mis clases matutinas y el almuerzo que hoy tomé a primera hora de la tarde, el mayordomo me había estado alabando continuamente.

Desde la mañana, muchos tutores iban y venían  de la mansión para impartir mis lecciones. Eran los pocos instructores en el reino que habían logrado reunir el coraje para superar su miedo a la aterradora reputación de Kyle.

'Apuesto a que su valentía tiene que ver con el hecho de que les ofrecieron pagarles al menos tres veces la tarifa promedio de un tutor. Después de todo el poder del dinero es el mejor motivador'.

Hubo un tutor que dio media vuelta y se escapó asustado después de ver el exterior de la mansión, pero aparte de eso, no hubo más problemas. 

Cuando comenzaron mis lecciones, estaba secretamente consternada. Mi sorpresa no fue porque estaba ansiosa por el material del curso.
A pesar de lo desalentadora que había parecido mi carga de cursos esa mañana, las lecciones reales fueron todo lo contrario de lo que esperaba.

Arreglos florales había sido la primera clase del día. Después de una breve introducción al arte, simplemente me pidieron que arreglara las flores según el color. La clase de bordado fue la siguiente y reavivó mi habilidad en la artesanía, que ya tenía afición por ello.
Después del bordado fue una ronda de lecciones introductorias en muchos temas que completé fácilmente ya que ya los había aprendido de mis estudios en mi vida anterior. 

Honestamente, encontré vergonzoso el elogio porque el tipo de preguntas que mis instructores me habían hecho eran ridículamente simples en comparación con lo que había estudiado antes. 

Debido a la facilidad con que manejé el tema, mis tutores no pudieron dejar de prodigar mis capacidades intelectuales con elogios. No desprecié particularmente los cumplidos, pero encontré algo bastante desagradable en sus palabras.

"No sabía que una mujer pudiera poseer un conocimiento tan profundo en la materia".

"No puedo creer que la habilidad de una mujer sea tan asombrosa".

"No sabía que su alteza era tan buena en contabilidad".

Mujer, mujer, mujer. 

Mis instructores habían repetido esa palabra una y otra vez.

Dado que los arreglos florales y el bordado eran actividades típicas de las que disfrutaba alguien en mi posición, no hubo asombro allí. 
Mis instructores simplemente me felicitaron por mi arduo trabajo. 

En mis otras clases, sin embargo, mi desempeño llamó mucho la atención porque los hombres generalmente eran los que aprendían y se destacaban en ese tipo de materias.

La mayoría de mis tutores me habían mirado con una extraña fascinación, como si fuera un espécimen peculiar. 
No podía confrontarlos por sus miradas, ya que yo era simplemente una estudiante en ese momento y ellos, como mis maestros, eran superiores a mí. 

Además, no estaba claro si podría calificar sus acciones de mala educación, ya que sabía que no querían hacer daño con sus palabras. En todo caso, fue un elogio equivocado.

'Solo actúan así porque el sistema fue diseñado así. En ese entonces, planeé este mundo sin pensar más profundamente en lo que eso significaba'. 

Según lo que escribí, aquellos que podían buscar el privilegio de adquirir conocimientos superiores y graduarse de la estimada academia eran magos, nobles, varones de la familia real u hombres con trabajos especializados.
Aparte de esos pocos selectos, en este mundo todos los demás tenían una educación deficiente. 

Ahora realmente lamenté mis decisiones pasadas.

Jean me había acompañado durante mi primer día de clases para asegurarse de que todo saliera bien y también se había quedado asombrado con mi actuación. 
Como resultado, hizo un gran escándalo por mí.

-¡No tenía idea de que Su Alteza fuera tan buena en los cálculos!.

Honestamente, estaba empezando a cansarme de los elogios constantes, así que solo asentí con la cabeza.

-No soy tan admirable.

-No tiene que ser tan humilde. ¿Dónde aprendió todo eso?.

-Oh, no lo sé-. Me encogí de hombros. -Simplemente trabajé duro en mis estudios.

-¡Oh Dios mío!. ¿Quiere decir que es autodidacta?. ¡De verdad, es usted increíble!.

Suficiente, ya estaba harta de esto. 
Como sería demasiado problemático tratar de encontrar una explicación diferente, decidí seguir la idea de Jean. 

No podía decirle exactamente que era de otro mundo y el único otro lugar donde podría haber aprendido todas estas materias habría sido en la academia a la que ciertamente sabía que Riddel nunca había asistido.

'Espero que estés satisfecho con eso. 
Será mejor que dejes de elogiarme ahora'.

Pero los elogios de Jean no cesaron y tuve que seguir soportándolos durante el almuerzo.

El Duque Tirano Y La Pequeña Dama ReencarnadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora