Flashback
Un Ángel bajo del cielo para cuidarme, estaba teniendo serios problemas familiares, la vida para mi no era nada sencilla. Aún recuerdo la primera vez que lo vi.
-¿quién eres tu y que haces en mi casa?- mi reacción había sido demasiado tranquila, podría haber tomado una sartén tal y como lo hizo Jaemin, pero algo tenia esa persona que me hizo sentir cómodo desde el primer instante en que lo vi.
-soy tu Ángel guardián Renjun, vengo a protegerte- el me sonrió y pude ver como sus ojitos casi que desaparecían.
-no te creo- antes de que pudiera decir algo un brillo apareció a los costados de su cuerpo y un par de alas se extendieron.
-¿ me crees?- simplemente asentí, no comprendía nada de lo que estaba ocurriendo.
-¿como te llamas?- no sabia que preguntar, estaba shokeado.
-mi nombre es Jeno- y volvió a sonreirme, desde ese momento supe que estaba perdido.
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Presente
Luego de contar eso Jaemin solo se quedó viendo a Renjun sin saber que decir exactamente.
-pero ustedes dos son demonios- la sonrisa de Renjun desapareció por completo.
Antes de que pudieron responder Jeno entró con dos cajas de pizza, el había entrado con el mismo aura de siempre pero de un momento a otro en su cara se reflejaba preocupación, rápidamente dejó las cajas sobre la mesa de la cocina y se dirigió al sofá donde estaba aquellos dos chicos.
-Renjun, mi amor, ¿estas bien?- el chico se acercó y acuno la cara de su amado entre sus manos.
-si, estoy bien, no te preocupes- el chico mostró una sonrisa que reflejaba tristeza y melancolía.
Jeno sin decir ni una sola palabra abrazo a Renjun haciéndolo sentir tan protegido como siempre, mientras tanto Jaemin sentía como en ambiente en su casa de alguna forma reflejaba tristeza lo cual lo hizo sentir triste a el hasta, incluso, tenia ganas de llorar y no sabía el porqué.
-ya, estoy bien- Renjun intentaba sonar tan convincente como podía pero estaba claro que no estaba bien.
-no me siento bien- Jeno se sentó al lado del chico mientras apoyaba su cabeza en su hombro.
De repente la cabeza de Jaemin comenzó a doler sin ninguna razón.
-Jaemin, come si quieres- Renjun dirigió su mirada al nombrado.
-mi cabeza duele, no tengo hambre- dijo mientras pensaba en el porqué de su dolor tan repentino.
-ve a descansar, luego te llevo algo, que no comiste nada en todo el día- lo miro una última vez antes de voltear a ver a su pareja.
Jaemin subió a su cuarto, inmediatamente su cuerpo tocó la cama cayó en un profundo sueño.
-intenta dormir- Renjun paso sus brazos por la cintura de Jeno haciendo que el apoye su cabeza en su pecho.
-no te irás, ¿verdad?- siempre que preguntaba aquello tenia miedo de la respuesta.
-sabes que no lo haré, aquí me quedaré como siempre- le dio la sonrisa más sincera que tenia, esa que solo el podía ver.
Cualquiera podría decir que la relación de Jeno y Renjun era rara pero ellos la definían de otra forma, para ellos, su relación era especial y más fuerte que cualquier otra. La casa quedó en completo silencio, los tres yacían durmiendo, poco a poco el ambiente volvía a estar tan tranquilo como lo estaba antes tal vez porque sus almas se encontraban tranquilas en ese momento.
