𝘌𝘱𝘪𝘴𝘰𝘥𝘪𝘰 𝘝

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"No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, si no el más capaz de adaptarse a los cambios

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"No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, si no el más capaz de adaptarse a los cambios."

—Charles Darwin.

   Uno, dos, tres, cuatro, cinco

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   Uno, dos, tres, cuatro, cinco... caí sobre mus piernas, mi espalda dolía por cada latigazo dado, ya no aguantaba el dolor que sentía, quería quejarme, gritar que no era mi culpa pero no podía la justicia estaba fuera mi alcanze y de salvar mi espalda de la golpiza que esta teniendo.

   Jalil se las había arreglado con alguien de cargo superior para acusarme de incumplir con mi trabajo cosa que no era cierta y al final ni siquiera buscaron pruebas para culparme o asegurarse de que era verdad. Él parecía que solo quería hacerme saber cuando daño me puede hacer si lo desobedezco.

   Y me lo había dejado muy en claro, todo era borroso, era inquietante al seguir oyendo el látigo chocar con mi espalda y partes del cuerpo. 

-Te lo mereces. —Jalil sonreía. -Esto te mereces. —Escupió cerca de mi seguidamente de sujetarme del pelo y dejarme caer. -Tú fuiste la única que lo ocasionó. —Otro látigazo chocó contra mis peronas y teniendo el dolor en mi piel me levanté. -Muy resistente, ¿eh? —Frotó sus manos para golpearme pero yo de alguna forma le quité el látigo de su mano.

-No más. —Alcé mi mano preparándome para darle su merecido. ‐¡No más! —Un patada en mi costilla impacto, caí al suelo.

-¡¿Quién te crees que eres para golpearlo?! —Un hombre más se sumaba. -Has sido tú quien lo provoco.

-¡No es verdad, él!... —Golpeó mi mejilla.

-Di una palabra más y te ira peor. —Una lágrima se deslizó por mi cara. -Ponte de pie.  —Lo hice, los nudillos de mis manos eran rojizos por la fuerza en que lo ejercía. Hiciera lo que hiciera terminaría mucho peor... solo quería que todo esto acabara rápido.

   Un látigo se sumó a mi espalda, dándole dolorosas caricias que debía de aguantar, me quejaba en voz baja, maldecir a los cien vientos

   Pronto hicieron que me diera la vuelta, patearon mis costillas, golpearon mis mejillas, aplastaron mis piernas... mis ojos estaban hinchados, no podía con claridad, solo el sonido del viento y los látigos me hacían ver esto no terminaría rápido. No lo soporté mis ojos se cerraron. La cara de satisfacción de Jalil fue lo último que pude ver.

𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴♡ -𝐃𝐚𝐦𝐢𝐚𝐧 𝐖𝐚𝐲𝐧𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora