Jaque Mate: Parte 3

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Félix no encontró nada mejor en la televisión que aquel canal de noticias las 24 horas. Él se encontraba mirando aquel programa, pero su mente estaba en un lugar completamente diferente. Adrien le había revelado una pieza de información completamente vital.

– ¡Aviso especial!– dijo una voz en el televisor. Félix le prestó atención por algunos segundos: se trataba del ataque de un akuma muy cerca de allí. Él miró la pantalla y reconoció la fachada del hotel en donde se hospedaba.

– Nino me escribió – dijo Adrien mientras se ponía de pie – vendrá a recoger un libro que me prestó, regreso en un minuto.

Félix lo vio marchar de la habitación, mientras seguía pensando en su asunto, después de todo, él no podía irse a su hotel, ya que estaba bajo ataque. Félix necesitaba que Adrien se viera forzado a rechazar el papel de actor suplente en aquella obra, y que Marinette tuviera una prueba de lo pusilánime que podía ser su primo, pero no sabía cómo lograrlo. De repente, él comenzó a recordar todo lo que había aprendido acerca del teatro en donde se llevaría a cabo la función.

Rápidamente, Félix prendió el computador de Adrien. La clave fue fácil de adivinar: la fecha de su nacimiento, Adrien era completamente predecible. Él se quedó mirando la pantalla durante algunos segundos al ver que la mujer del protector de pantalla era su tía, pues él aún hallaba sumamente desconcertante su parecido con el de su propia mamá. Félix entró a internet y tecleó la dirección de la página del teatro, en donde encontró lo que estaba buscando.

Aquel teatro había sido fundado en 1669, y fue uno de los pocos que sobrevivió a la Revolución, ellos estaban muy orgullosos, ya que a pesar del paso del tiempo, y de la invención del motor eléctrico, seguían conservando el antiguo sistema de poleas que movía los bastidores gracias a una serie de sacos de arroz que ayudaban a levantar el telón al tiempo que caían pesadamente al suelo.

Por supuesto, este sistema ya no era utilizado. Los telones principales funcionaban gracias a motores eléctricos. Sin embargo, la administración del teatro aún tenía en exposición el sistema original, e incluso construyeron una especie de balcón metálico en la parte de arriba del escenario, para que los turistas pudieran observarlos. Afortunadamente para Félix, aquella atracción se encontraba clausurada al público, como consecuencia de los ensayos, por lo que él podría ponerla a su disposición.

Félix revisó nuevamente la lista de suplentes. Adrien era el suplente particular del actor que interpretaría al pájaro enjaulado en el poema de los pájaros. "Ironía poética" pensó Félix quien sintió ganas de reír. Él recordó el rostro de Marinette al ver la obra, ella verdaderamente parecía conmovida. Félix supo que aquello no era una casualidad, su primo había elegido aquella pieza precisamente porque era la favorita de Marinette.

Él trató de recordar la decoración de la obra, en tanto tomaba una hoja de papel de la impresora, y un lápiz. Félix dibujó un diagrama. Al lado izquierdo, se encontraría la compleja estructura de la jaula, y a la derecha, estaban los actores que interpretarían a los pájaros. La jaula era una estructura enorme de un material que se veía como el cobre. Él no sabía cuánto podría pesar aquello, pero él la había tocado, y no sería difícil de doblar. Si caía encima de los actores mucho mejor, no los mataría pero sí les haría el suficiente daño...

En aquel momento el cerebro de Félix se detuvo, como si hubiera conducido una especie de tren sin ningún tipo de control, que de repente se iba al vacío. Él había hecho cosas despreciables, pero nunca algo cómo esto. Dañar a un par de personas intencionalmente era algo mucho más extremo de lo que nunca imaginó. Félix volteó su mirada hacia el televisor que aún permanecía encendido. En él, el canal de noticias transmitía la pelea entre Ladybug y Chat Noir con uno de los akumas de Papillon. Al mirar aquello recordó que había alguien en París quien había tocado fondo de una peor forma que él.

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