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Ginny terminó su clase y como cualquier día, salió a esperar a los demás, que en cuestión de minutos se le unirían. Curiosamente los primeros en llegar fueron Hermione y Ronald, de la mano, observó la pelirroja. Seguía sin poder sentirse atacada ante la idea de que su cuñada hubiera estado besando a esa muchacha con aire extraño. Tal vez porque desearía haber estado en su lugar, pensó, pero al momento quiso abofetearse por tan solo contemplar esa idea.

— ¿Harry es el último? Qué raro. Suele ser al revés. — Habló el mejor amigo del anteriormente nombrado.

Pero justamente llegó y no estaba solo. Neville Longbottom, Hannah Abbott y Susan Bones iban con él mientras compartían lo que parecía ser una conversación bastante divertida que no duró mucho más pues tuvieron que separar sus caminos. El muchacho de las gafas se acercó a sus compañeros y tras dejarle un beso en la frente a Ginevra, hizo un gesto con la mano para que se pusieran en marcha al bar donde solían quedar con Cedric después de salir de la universidad y en su caso del trabajo.

 El muchacho de las gafas se acercó a sus compañeros y tras dejarle un beso en la frente a Ginevra, hizo un gesto con la mano para que se pusieran en marcha al bar donde solían quedar con Cedric después de salir de la universidad y en su caso del ...

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— ¡Vik es un tramposo! — Comenzó a contar el futbolista, con desesperación. Se ganó una risa por parte de la Weasley más joven y esto no fue del agrado del castaño. — ¿De qué te ríes? Es cierto.

— No creo que sea así. — Interrumpió el otro Weasley en voz baja pues aunque no lo decía mucho para no molestar a Diggory, realmente era fan del talentoso Krum.

— Os odio. — Bufó Cedric. Evidentemente todos se rieron porque tenían claro que eso era una gran mentira.

Poco después los platos que habían pedido llegaron y comenzaron a comer mientras se contaban cosas que les habían pasado en la mañana. Ginny prefirió callarse, no contar el encuentro que había tenido con esa blonda de orbes saltones, por una parte para no incomodar a Hermione si es que podía recordar algo de esa noche de borrachera y por la otra porque si lo contara tendría que admitir que se había puesto muy nerviosa ante su presencia.

Aún no sabía muy bien por qué. Trataba de descifrarlo. Estaba confusa y es que además le costaba mirar a su novio. Se preguntaba cuál sería la razón: tal vez la discursión en la cena del viernes noche aún le pesaba ¿o era algo más? Tenía claro algo y era que las cosas no estaban yendo bien entre ellos, poco a poco estaban tomando el mismo camino que Ron y Mione; con la diferencia de que estos en realidad se querían y podían hallar una base de entendimiento mutua tras conversar tranquilamente cada vez que se enfadaban.

Harry y Ginny hacían como si no pasara nada y sí, estaban sucediendo muchas cosas que no sabían afrontar. Estaban en puntos diferentes de la relación. Potter veía a Ginevra como la chica con la que quisiera compartir toda su vida y siendo la madre de sus hijos, mientras ella se replanteaba siquiera si debían continuar con su relación. Así es, la pecosa se preguntaba si no sería mejor empezar a cambiar ciertas cosas, pero luego le miraba y sentía culpabilidad. Estaban prometidos. Él estaba realmente enamorado o eso creía, era el motivo por el que no se animaba a dejar todo eso atrás. A pesar de todo la pelirroja le seguía apreciando, no quería perderle o hacerle daño, era una persona muy importante para ella... Pero estaba empezando a pensar que no lo suficiente.

𝗹𝘂𝘇 𝗱𝗲 𝗹𝘂𝗻𝗮 | linny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora