Heliophilia ➸ camren [TRADUCCIÓN ESPAÑOL]

Epilogo

"Mami, quiero helado!", el pequeño cuerpo se río tiernamente junto a mi mientras balanceaba sus manos adelante y atrás.

"Lo que quieras, Bekyboo", respondí con una sonrisa mientras ella tenía su mano alrededor de mi pulgar y tropezó con su propio pie demostrando que ella es mi hija.

"Que tal la escuela?", preguntó mientras llegamos al auto y dejamos su bolso.

"Bien, pero la chica a mi lado sigue estornudando", suspiró mientras abría la puerta del asiento trasero y la senté. Le puse el cinturón de seguridad y cerré la puerta antes de correr para el lado del conductor entrando en él.

"¿La misma que compartió los colores contigo la semana pasada?", preguntó y la veo asentir con su pequeña cabeza, su trenza sube y baja con los movimientos.

"Si, yo la perdoné por estornudar mucho", sonríe con su amplia sonrisa y le sonrío devuelta.

"Buena chica Beky", río entre dientes mientras ella mira por la ventana.

"¿Podemos ir al zoológico también?", ella lo pide y yo suspiró.

"Lo siento cariño, no podemos, tienes que llegar a la casa de tu papá a las 4", digo en voz baja, porque no quería tener que dejarla por el fin de semana.

"¡No!", dice malhumorada y cruza los brazos. "Querrás decir con su nueva novia".

"OH!, ¿Hay una nueva?", preguntó, no realmente sorprendida.

"Es muy alta y me llama Rebecca", gruñe y frunce su ceño. "Ese ni siquiera es mi nombre", susurra con enojo para sí misma y no puedo dejar de reír de su ternura.

"Hmm... Apuesto a que es muy inteligente y tiene valores morales demasiado increíbles", digo pero la broma va totalmente sobre la cabeza de 6 años de edad.

"Ella no es una mamá de verdad, como tú", dice mientras su atención se va por la ventana y yo sonrío ante sus palabras.

Nos detenemos fuera de la seria de tiendas y los pies de Beky se balancean con excitación en su asiento cuando salí para abrir su puerta. Ella tropieza y agarra mis dedos antes de que pueda bloquear el coche y me arrastra a la tienda.

La campana en la puerta suena ya que entramos y el pequeño hombre detrás del mostrador sonríe ante nuestra llegada.

"Ah, hola ahí pequeña Beky", dice sonriendo a la chica de cabello rubio.

"Hola, Señor O'Sullivan", ella emite un sonido de nuevo que le da onda.

"¿Tiene un helado especial para mí aquí?", le pide feliz mientras que la levanto y la equilibro en mi cadera para que su mirada se quede fija en los helados detrás de la pantalla de cristal, sus ojos marrones que se amplían a la vista de tantas opciones.

"Hola Mila", dice tranquilamente y sonrío.

"Buenas tardes Señor O'Sullivan, ¿Cómo esta Mary?"

"Oh!, ella está bien, ya sabes, manteniéndome ocupado", ríe mientras la nariz de Beky presiona contra el cristal.

"Ese", susurra mirando a la derecha el helado de chocolate y me rió.

"Supongo que son dos conos de chocolate hoy", él se ríe mientras yo bajo a Beky.

Toma el helado y los pone en los conos, asegurándose de añadir las chispitas a Beky, justo como le gustan a ella. Me toma mi pulgar con sus pequeños dedos de nuevo y me saca con una sonrisa mientras grita adiós al Señor O'Sullivan y nos arrastra a la banca en el borde del parque donde nos sentamos todos los viernes mientras comemos nuestro helado.