APRENDER A CONOCERTE |Midoriya Izuku y tú|

Capítulo XXV

A varios metros de él, se encontraba el cuerpo de Supple, también tendido en el suelo. Pero con la diferencia de que continuaba inconsciente. Seguía sin reaccionar ante esa imagen, hasta que abrió sus ojos de a par.

—¡Supple!— exclamó preocupado, nuevamente intentando incorporarse y siendo detenido por su compañero.

—Tranquilo. Si tú lograste despertar, quizás ella también— indicó, girando a ver en esa dirección. No estaba seguro de que fuera a pasar, después de todo, la chica había sido la que peor impacto recibió.

Ya no le importaba todos los errores de ellos, que se percató teniendo recuerdos, de las teorías a las que llegaron estando inconscientes. Sólo quería verla bien; dando a entender que le preocupaba de verdad todavía.

—Ojalá mi compañera no llegue a morir— dando ligeros golpes al suelo, habló Mirko, a un lado de la castaña clara.

Se agachó un poco, tomándole el pulso por décima vez. Ella misma hubiese cargado los dos cuerpos e ido de inmediato al hospital; no permitiría eso en aquellos jóvenes ni en nadie. De cualquier modo, la ambulancia ya se estaba tardando.

Algunos oficiales seguían en esa zona, intentando hacer que los civiles se mantuvieran alejados. Otros se encargaban de meter al villano en la patrulla, estando medio desorientado por un golpe que recibió en la cabeza.

Fue entonces que, sentándose de golpe, la de don de elasticidad se despertó, dando una gran bocanada de aire como si hubiese estado nadando previamente.

—¡Aún tengo compañera!— exclamó la de cabellera blanca, dándole un fuerte abrazo a la chica que se quejaba del dolor, para luego recostarla.

—¿Cuánto... tiempo estuve... fuera de batalla?— preguntó un poco agitada.

—Unos cinco a diez minutos, no mucho, Supple.

Aquello la sorprendió. Le pareció estar en ese sitio durante varios días.

Volteó hacia su izquierda, notando a varios metros al muchacho con el que estuvo batallando hacía un rato y con quien pasó ese tiempo inconsciente. Notó como también era observada por él, a la vez en que una pequeña sonrisa le era regalada. La muchacha, en vez de devolversela, giró a ver a la de orejas de conejo que le hacía algunas cuantas preguntas, a la vez en que dos policías se les acercaban.

Eso provocó que Deku borrara esa mueca que le costó hacer por el dolor. Vio como un leve rubor pintaba sobre los pómulos de la chica, haciendo que cayera en cuenta: no eran nada en realidad. Todo lo que deducieron había estado bien, excepto el lazo que los unía. Y este mismo no existía.

Alguna que otra vez se habían topado, pero no pasó de ello. También adquirió un poco de color en su rostro, volviendo la vista hacia arriba. Aquella verdad no le agradaba mucho.

Por su parte, Otani _____ no dejaba de revivir esos momentos vividos mientras que Mirko le explicaba bien el don del villano que habían vencido.

Consistía en dormir a un individuo o dos, haciendo que caigan en un espacio en el cual no tienen su memoria. Allí pueden ver pequeños fragmentos de esta, todo en la mente del portador del don. Si gusta, puede este mismo hacer aparecer ciertos recuerdos y también verlos con ellos, siendo de tercera persona. Pero, si debe concentrarse en algo que sucede en el exterior, puede tener su don activado sin verlo, siendo de captura.

Y tras ser casi noqueado, ese lugar se fue rompiendo para traerlos de vuelta.

—¡Finalmente!— oyó la exclamación por parte de la mujer, para luego alzarla.

La ambulancia acababa de llegar. En una se llevaron a Deku y Lemillion, y en otra a ellas.

Fue entonces que la chica lo vio por última vez. Se sentía avergonzada por una simple confusión que en su momento habían disfrutado. Quería hablar con él, después de todo, no se conocían en realidad. Pero ella misma se lo impedía.

No por nada, no lo buscó al tiempo de recuperarse. Dejó todo al aire, como si ese recuerdo no hubiera sucedido y se hubiese tratado de un sueño.

Al menos, ella agradecía que no lo fue, ya que conoció a una persona muy increíble que le sería difícil de olvidar.

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