Capítulo X

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Esta vez se encontraba recostada, con los brazos estirados hacia arriba, jugando con sus manos. A penas lo sentía al dolor ahora, mientras que con Izuku, no mucho había pasado. ¿Durante cuánto tiempo tendría así su brazo? Le preocupaba.

Giró su cuerpo, quedando de lado y viendo al de cabellos verdes que parecía trazar una especie de dibujo en lo que debía ser el suelo. También se aburrió.

Al notar que era observado, levantó la mirada y pintó una sonrisa que le fue devuelta. No había transcurrido mucho tiempo como para que apareciera un recuerdo, y tenían que seguir esperando.

Y terminó tumbándose boca abajo, apoyando parte de su peso sobre sus codos. Detalló bien sus manos, teniendo una sola intención en mente: utilizar de nuevo su don. Si pudo hacerlo estando en peligro, quería decir que comenzaba a tener control. ¿No?

Empezó a concentrarse en estirar esa extremidad, ganando la curiosidad del muchacho.

—¿Lo estás intentando?

Sólo asintió, con el ceño algo fruncido. Era más complicado de lo que pensaba.

Soltó un suspiro cansado al tomarse una pausa.

—Tengo una idea— comentó Izuku, haciendo que volteara a él —. Intenta tomar mi mano— y alzó la que tenía sana.

La vio incrédula para nuevamente verlo, moviendo sus hombros no muy segura. ¿Así funcionaría?

—Vamos, Supple, inténtalo— la animó sonriente.

—Bien— otra vez asintió, para sentarse y levantar un brazo en esa dirección.

De esa forma, entre sus manos había medio metro de distancia, no mucho. Probablemente debía de comenzar con algo pequeño y no excederse. Y se concentró en intentar tomarla, observandola fijamente. Aún seguía siendo difícil para ella.

Cuando menos lo esperó, ya sentía que la tomaba. Se sorprendió para sonreír ampliamente, y volverla a su lugar.

—¡Genial! Parece que ya lo estás entendido— expresó entusiasta —. Tu don debe ser fácil de emplear en situaciones que requieren movimientos ágiles, zonas difíciles de acceder y rescates de altura con sólo estirar una parte de tu cuerpo. ¿Sólo podrás estirarte, o también puedes deformar, expandir y contraer tu cuerpo? Si es así, quiere decir que se trata de un don bastante completo, perfecto para cada ocasión si me pongo a pensar...

Supple lo miraba confusa, y aún más si con un dedo escribía al aire. Ahora no sólo murmuraba, sino también eso, y la veía pensativo.

—Mmm... ¿Izuku? ¿Qué haces?

—Ah-... ¿Uh?

Parecía ni estar enterado de lo que recientemente había hecho.

—No... Nada— y soltó una pequeña sonrisa. Había parecido un aficionado a los héroes.

Sólo pestañeó sin entender para restarle importancia a ello.

Y esta vez, sin que dijera nada, hizo el esfuerzo de estirar sus manos hasta tocar la cabeza del de cabellos verdes. Tras pocos segundos, lo logró sorprendiéndolo ya que había desviada su punto de vista.

La observó pintando un sonrojo y bajar la cabeza de inmediato. Aquello le resultaba muy tierno para la castaña clara. Lo adoraba. Y las volvió a su largo normal.

Finalmente se puso de pie, estirando una mano en dirección a él.

—¿Quieres que sigamos? Claro, si te sientes apto— se agachó un poco, dibujando una sonrisa en sus labios.

Al volver a levantar la vista, la analizó para terminar aceptando. Pero, a penas estaban dando los primeros pasos, ya la muchacha veía a su compañero más bajo que ella. Lo curioso, era que él era centímetro más alto.

Al girar a ella, dispuesto a sacar tema de conversación, se llevó la sorpresa de que sus piernas se habían estirado.

—¡No de nuevo!— exclamó sintiéndose cada vez más alta. Y la verdad era que ya superaba los dos metros y medios en total.

Se detuvo, tambaleando un poco. Pensó que eso pasaría, pero no tan pronto.

—¡Tranquila! ¿Si? ¡Dame tu mano si quieres para seguir!— habló fuerte, alzando de nuevo su brazo sano, manteniendo el otro pegado a su cuerpo como podía.

—S-sí...— asintió temerosa de que, en cualquier momento, perdiera el equilibrio y cayera. La caída sería recibida por un lindo dolor por lo que imaginaba.

Respiró profundo para calmarse y se concentró en estirar una mano a Izuku. Sentía que no llegaba más, que cada vez más lejos lo tenía por el miedo de lo pensado. Aún así, lo logró.

—¿Quieres que practiquemos juntos esta parte de tu don?— propuso amable, para alentarla.

—Bien— aceptó para pararse bien, aunque cuando retomaron camino, iba un poco encorvada y sus piernas algo chuecas.

Pero a pesar de ello, creía que era una linda escena ir tomados de la mano, mientras que ambos tenían que lidiar con sus problemas de particularidad. No pudo retener la sonrisa que ya mostraba, seguida de un leve rubor en sus pómulos.

¿Qué les va pareciendo? ¿De su agrado?

Besos ♥

APRENDER A CONOCERTE |Midoriya Izuku y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora