-Isa, ¿Estas despierta? -Escuche a mi madre.
-Si, entra.
- ¿Sabes dónde está? -Abrió la puerta.
-Aquí estoy. -Se rio Isaac al ver que no termino la frase.
- ¿Qué no pueden estar separados? Apenas despiertan y ya están juntos.
Ambos nos vimos y reímos.
- De hecho, se vino a dormir aquí porque tenía miedo del monstro.
Mi madre rio con nosotros y entró a la habitación.
- ¿Quieren desayunar ya o aun no tienen hambre?
-Primero siéntate aquí. -Golpeé la cama.
-Queremos irnos a una casa de campo al menos por el fin de semana, ¿Crees que mi padre quiera?
-Tal vez pueda ser una semana entera, tu padre está de vacaciones.
-Amaría eso. -Respondí.
-La verdad si nos hace falta desconectarnos del mundo. -Siguió Isaac.
-Les haría bien respirar el aire limpio, puro.
- ¡Papá! -Grité. -Hay que arreglarlo de una vez para rentar la casa antes que nos ganen.
Nuestro padre subió con cara de asustado.
- ¿Qué pasa? -Preguntó viéndonos uno por uno.
-Nos vamos de vacaciones por una semana y no acepto un no por respuesta. -No sé cómo logre decirlo.
- ¿A dónde o qué?
-Es una sorpresa, no muy lejos, pero lo vamos a disfrutar. -Sonrió Isaac.
-Solo empaquen con lo que se sientan cómodos y de lo demás nos encargamos nosotros.
Tanto mi gemelo como yo sonreímos nerviosos mientras veíamos a nuestros padres.
-Está bien, lo que digan. -Dijo por fin. - ¿Para cuándo o qué?
-Haremos todo lo posible para que mañana mismo podamos irnos. -Respondí.
-Muy bien, ahora a desayunar pequeñitos. -Ordeno mi madre.
Todos bajamos juntos, aunque solo mi hermano y yo estábamos en pijamas. Antes de comenzar a desayunar Isaac logro rentar la casa queríamos, en realidad era una bella cabaña con alberca, rodeada de vegetación, perfecta para un descanso.
-Hay que terminar pronto. -Dijo mi hermano. -Tenemos que ir de compras.
-De acuerdo.
Al ver la mesa nos llenamos de nostalgia, era aquel mismo desayuno que compartíamos de niños. Nos sentamos y comenzamos a comer.
-Siento que algo falta. -Me miro Isaac.
-El jarabe y la crema batida. -Reí al descubrirnos.
-Solo que sea eso.
-Lo sabía, ustedes no cuidan su alimentación. -Regaño nuestra madre.
Nos quedamos callados hasta terminar, ambos subimos a organizar la cama y ducharnos. Fuimos a comprar algunas cosas personales, comida y lo que pensamos podríamos necesitar, ya que fuimos los cuatro comimos y cenamos fuera. Regresamos tarde, pero comenzamos a empacar para dejar todo listo y salir en la mañana.
Al día siguiente nos fuimos muy temprano, pusimos la condición de nada de teléfonos o cualquier dispositivo con conexión, se trataba de disfrutar de nosotros. Durante ese tiempo tome muchas fotografías, nos volvimos una familia muy unida. Disfrutamos de la naturaleza, de nosotros y descubrimos habilidades extrañas. Regresamos a casa como una nueva familia, nuevas personas en general. Papá regreso a la oficina así que ya no pudimos pasar mucho tiempo con él, pero consentíamos a ambos cada que podíamos. Las dos semanas se pasaron demasiado rápido y la hora de regresar a Tailandia llegó, en esta ocasión me despedí de ambos dándoles un fuerte abrazo, dentro de mi sentía algo extraño que no había sentido antes.
-Quiero volver pronto. -Me quejé.
-Lo haremos hermanita, pronto los veremos de nuevo.
Asentí y los abracé de nuevo antes irnos a abordar, sin darme cuenta por primera vez en nuestras despedidas mis lágrimas comenzaron a caer. Trate de calmarme y nos separamos por fin.
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Reencuentro.
Teen FictionEl hilo rojo se conecta aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. Pero, ¿Logrará que un par de hermanos se encuentren en su siguiente vida aunque nacieron en países diferentes? Isa nació en un país...