Sábado por tarde.
La semana dura había acabado, es decir, los exámenes.
Su cuerpo reposaba en el frío suelo de su hogar, sintiendo una terribles ganas de dormir, se prohibió hacerlo. Era apenas el inicio de una tarde tan aburrida, que no deseaba desperdiciar durmiendo. Aunque amara dormir y estar de perezosa, se impulsó para ir a la habitación de al lado y ver a quien rondaba en su cabeza. Importándole poco salir en pijama, que consistía en una camisa de hombre hasta debajo de sus muslos y short de tela, salió de su hogar y entrando sin tocar al apartamento de la izquierda.
Caminando serena y descalza directo a la habitación, viendo a la azabache hacer lagartijas en el suelo. Silenciosa. Ella siempre era silenciosa. La miró esperando que notará su presencia, aunque no dudaba que la estaba ignorando, mordiendo el interior de su mejilla decidió hablar.
— Unnie.
Observando que esta ni siquiera la miró, la chica continuó haciendo su ejercicio. Con pereza, pasó de ella y con decisión se aventó a la cama. Rebotando para causarle molestia a la dueña y haciendo extraños movimientos para adoptar una forma cómoda.
Nada.
Soltando un bufido fue que cerró los ojos y planeo dormir.
[🐺🐱]
Una suave brisa colándose por su mejilla fue lo que la hizo abrir los ojos.
Mierda.
Había prometido no dormir durante ese día y no lo cumplió, en la ventana se podía ver la oscuridad de la noche. ¿Demasiado tarde? Cerró los ojos para no soltar una grosería y antes de siquiera estirarse, fue que sintió una mano reposar en su cintura.
Era ella.
Intentando no moverse, falló. Sus piernas se encogieron por la ráfaga de viento que sintió y eso causó que la contraria que se encontraba detrás de ella, rodeara por completo su cintura y la atrajera a su pecho. El calor que emanaba la chica era asfixiante y, aunque era cómodo estar así, deseaba alejarse un poco. Sin importarle nada, tomó la mano para intentar zafarse de esa prisión, pero fue detenida por la azabache, quien pasó toda su pierna por su cuerpo y ahora no solo un brazo la abrazaba, si no los dos. Estaba atrapada.
— Eres asquerosa.
— Ya me he bañado mh... — aun medio adormilada, contestó a la queja. Apretando como si de un peluche se tratará a la chica quejica.
— Puedo sentir tus pechos, enferma. — soltando un grito de molestia por no poder moverse, intentó nuevamente alejarse, pero lo que obtuvo ahora fue un beso en cuello que la hizo saltar de irritación y, en el fondo, amar. — Tu...
— Sigamos así ¿sí? — usando su voz melosa fue que intento comprarla y, aprovechando la irritabilidad que emanaba la pequeña, empezó a refregar su rostro en su espalda mientras repartir suaves besos y apretar de vez en cuando su cintura. — Anda Hyejoo-ah~
La odiaba tanto.
— Te odio. — siguió quejándose, mientras era volteada para estar cara a cara con ella, y no pudiendo negarse a una Hyunjin melosa, se relajó y dejo escapar una sonrisa de lado. Ahora siendo ella quién se pegó mas a su cuerpo y escondiendo su rostro en su cuello, sintiendo las manos de su Unnie acariciar su anatomia.
Hyunjin era tan cambiante de humor.
Al igual que ella.
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12:00 | HyunHye.
Fanfiction𝗛𝗛 | ❝ A las 12:00 de cada noche, era cuando sucedía la magia ❞ Pequeños fragmentos de la vida de Hyunjin y Hyejoo. ࿔ Historia Corta ࿔ Lesbian bro Redvelt69 Noviembre 2020