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3 horas antes de media noche.

Casi fin de año y el tiempo parecía correr rápido.

— ¡Mueve esas piernas, anciana!

Y también Hyunjin.

La emoción dentro de su sistema, no se comparaba con la — generalmente — tranquila Hyejoo, quien iba a paso tortuga, mirando desde lejos a su mayor dar saltos de felicidad.

El camino hacia la pista de patinaje había sido demasiado corto, debido a la emocionada chica que ya deseaba patinar hasta caer de cansancio, cosa, que era demasiado difícil. Todo el que conociera a Kim Hyunjin sabía que era un total problema pararla cuando hacía algo que disfrutaba.

Hyejoo predecía que sería un show intentar irse de ahí.

Solo cuatro días antes de que el año acabara y aun no tenía un plan para poder cumplir lo que deseaba.

Cumplir su deseo navideño.

— Son las nueve de la noche señorita, solo queda una hora antes de cer-

— Si si si, lo que sea. — sin esperar algo más, pagó el precio de entrada a la persona a cargo, y se despojó de sus zapatos para colocarse los patines y entrar — ¡Gracias!

— Gracias.

Hyejoo reverenció, algo avergonzada por la actitud de la mayor, y también pagó su entrada, Realizando los mismo pasos que Hyunjin, obviamente, en una velocidad menor.

— ¡Vamos, Son! — gritó una risueña Hyunjin, dando vueltas sobre su propio eje y acercándose a la entrada para esperar a Hyejoo.

La nombrada negó repetidas veces, antes de dar un paso, y adentrarse al hielo donde se encontraba su mayor. Se sintió observada por ciertos pares de ojos metiches, cuando, al llegar entrelazo su mano con la de ella. Pero le daba igual. Hace mucho le había dejado de importar lo que la gente hablará de ella, ya sea su forma de ser, de verse, sus gustos y demás.

Las personas envidian lo que no tienen.

Ella tenía Hyunjin.

Ellos no.

Aunque en verdad no se trataba específicamente de Hyunjin, pero quería sentirse especial por tenerla. Presumir la y gritar a los cuatro vientos que era suya. Y muy pronto, tendría la etiqueta para poder presentarla como se debía.

— Ahora, intentemos bailar como profesionales, linda. — propuso Hyunjin y sin esperar respuesta, acercó a HyeJoo a su persona para posar sus manos en los hombros de ella y posteriormente, hacer una pose extraña en su rostro. — ¿Me veo genial?

— Te ves perfecta. — haciendo lo mismo que su mayor, Hyejoo no espero una respuesta y quitó una de las manos de ella para hacerla patinar, y esta vez, asegurándose de no esconder su rostro por la timidez. — Ahora, a patinar.

Mi pequeña ha madurado.

Y ahora el turno de avergonzarse por tal sinceridad, fue de Hyunjin, quien aguantó las ganas de gritar de alegría, eso había sido nuevo. Que Hyejoo no se percatará, o le importará, las miradas de los demás y le siguiera el juego, había sido sorprendente.

Ellas solo mostraban contacto en casa.

Todo iba por buen camino y, ya fuera por ella o por la menor, pronto tendrían esa plática.

Faltaba poco.

— Dios mío, esto se siente como subir de nivel... — murmuró Hyunjin arrastrando sus pies y recuperando el aliento, y agallas, justo al lado de Hyejoo. 

— ¿Qué dijiste?

— Nada. — sonrió inocente y guiñó a su acompañante, aumentando la velocidad en la que iban, sin dejar de mostrar su sonrisa.

Ellas eran... solo un par de bobas contra el mundo.

12:00 | HyunHye.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora